martes, 17 de junio de 2008

Hubo protestas en la provincia por el conflicto del agro

Protestas por el conflicto del agro

La convocatoria llegó por la cheta y juvenil manera del mensaje de texto y a las 20 comenzaron a sonar los cacerolazos de teflón y los bocinazos de autos nuevos en gran parte la provincia. El motivo del reclamo parecía ser el apoyo al campo, pero con el paso de las horas los pedidos fueron tan heterogéneos como la misma movilización. La inflación, el desabastecimiento, la falta de diálogo por parte del Gobierno nacional y hasta la inseguridad, fueron algunas de las razones por los mendocinos salieron anoche a las calles. También hubo marchas de apoyo a Cristina.

Las agrupaciones kirchneristas y otros partidos y agrupaciones sociales democráticas se reunieron para hacerles frente a los grupos que se manifestaron contra la política de Cristina Fernández de Kirchner.

El gobierno de Celso Jaque, como de costumbre, estuvo ausente. El Ministerio de Seguridad ordenó a la Policía no intervenir, salvo para evitar enfrentamientos.

Un funcionario a quien se vio entre los que apoyaban a la presidente fue el secretario de ambiente Guillermo Carmona, que se mezcló entre quienes respaldaban al Gobierno nacional.

En el microcentro hubo tensión durante varias horas y algunos incidentes. Las protestas se replicaron en otros puntos del Gran Mendoza, el Este, el Valle de Uco y el Sur.

Microcentro
Al principio parecían grupos aislados que, cacerolas en mano, protestaban contra la política nacional.

Pero en pocos minutos, crecían los bocinazos.
Leer todo el artículo
“Me mandaron un mensaje de texto y se lo reenvié a todos mis amigos, por eso nos vinimos para acá de inmediato”, dijo Martín mientras hacía sonar sus palmas.

Había pasado media hora desde el comienzo del reclamo y ya unas 400 personas se apostaron en el conocido Kilómetro Cero.

Los cánticos se oyeron cada vez más fuerte y variaron a lo largo de la protesta. “Si éste no es el pueblo, el pueblo dónde está”, gritó a coro la entusiasta multitud en pleno cacerolazo.

Entre los caceroleros hubo insultos contra la Presidente y Luis D’Elia. Las estrofas del Himno Nacional se entonaron varias veces (una de ellas cuando llegó un móvil de un canal de TV local) mientras flameaban banderas argentinas.

Los manifestantes también fueron diversos. Había vecinos del microcentro, militantes que se autotitulan de izquierda como los del PCR (Partido Comunista Revolucionario) pero actúan como si fueran de derecha, y también hubo dirigentes políticos.

En esa lista se destacaron los legisladores gansos y pro-campo, Roberto Pradines y Diego Arenas. Un grupo de militantes MST intentó participar con banderas y fue expulsado a los gritos por lo caceroleros de teflón. Al respecto, Los Andes informa equivocadamente lo siguiente: “Lo curioso es que esa agrupación, cuyo líder es Raúl Castells (Sic), está a favor de que se eliminen las retenciones a las exportaciones” y apoya el reclamo de los agro-negocios”. En realidad la líder del MST es Vilma Ripoll.

Al poco tiempo, dirigentes de las agrupaciones Libres del Sur, Barrios de Pie y otros se instalaron a 100 metros de la concentración y enfrentaron a quienes tratando de formar caravana se oponían al Gobierno por la avenida San Martín.

Allí hubo insultos, forcejeos y algunos golpes. “Esta gente está en contra del pueblo. Son golpistas, tienen esos autos mientras tiran la leche”, decía Noelia, una de las militantes de Libres del Sur.

Las marchas continuaron hasta casi la media noche
En Mendoza no hay soja y los productos casi no tienen retenciones. Pero sobre la avenida San Martín se reprodujo el conflicto que desde hace 97 días mantienen el Gobierno y los dirigentes rurales, luego de que se decretaran las retenciones móviles. Un grupo se quejaba y hasta pedía la renuncia de la presidenta.

A pocos metros de distancia, unos 150 adherentes al Gobierno insultaban bajo la consigna de la redistribución de la riqueza. “Nos autoconvocamos cuando nos enteramos que habría cacerolazos y salimos a repudiarlos”, dijo una de las militantes.

Desde ese momento la situación se tensó y estuvo cerca de descontrolarse. La policía, que tenía la orden de no intervenir salvo que hubiera algún riesgo de desborde, copó parte de la calle para mantener a los dos grupos separados.

La pulseada siguió hasta pasadas las 23. A esa hora ya se habían sumado al bloque de apoyo a la vigencia de la democracia dirigentes universitarios, gremialistas y políticos, como Guillermo Carmona. El titular de Ambiente aseguró que estaba como “militante, funcionario y ciudadano”.

La desconcentración no fue sencilla. Hasta último momento las fuerzas de seguridad temían que existiera un enfrentamiento violento. Pero finalmente la tensión terminó cuando los caceroleros dejaron la calle.

Redacción La Quinta Pata y Los Andes, 17 – 06 – 08

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario