sábado, 28 de noviembre de 2009

La noche que Tinogasta no durmió por defender sus derechos

Vecinos Autocovocados de Tinogasta

Tinogasta. Una vez más el pueblo de Tinogasta con la férrea convicción de la defensa de la vida y sus recursos, dio una clara señal de que la ambición de gobernantes, empresas transnacionales y la ignorancia de un minúsculo grupo de traidores... con el pueblo de Tinogasta.. ¡no podrán! .. en esta bella y bendita tierra ¡No pasaran!

Cerca de las 18 del 24 de noviembre de 2009 la camioneta patente GAZ 727 en cuya puerta se lee Proyecto Río Colorado en la que viajaban Carlos Buslaiman y cuatro jóvenes pagados por la empresa minera, ingresó al paraje La Higuerita manifestando una evidente provocación a las personas que estaban montando guardia en el campamento. De acuerdo a lo acordado y por "suerte" contando con señal de telefonía celular, inmediatamente se dio aviso a los autoconvocados, quienes de inmediato arribaron al campamento convocando al pueblo a unirse para recordar a los intrusos que no cuentan con la licencia social del pueblo y que una vez más estaban violando propiedad privada.

Habiéndose congregado una inmensa multitud, en asamblea, se tomó la determinación de que a su regreso, la camioneta con sus ocupantes debían permanecer junto al campamento hasta que la Fiscal Silvia Álvarez y/o el Intendente Municipal Simón Quintar y los Concejales Guillermo Sesto, Edgardo Reartes, Horacio Sierralta y Gustavo Díaz se hicieran presente y escuchen el reclamo que se viene llevando en relación a la No explotación minera contaminante a cielo abierto, por el pueblo de Tinogasta.

Como siempre sucede con autoridades judiciales y la fuerzas policiales, solícitas al requerimiento de intereses ajenos al pueblo, un móvil policial con numerosos efectivos llegaron al campamento pidiendo que se liberara la camioneta. Ante la negativa de la asamblea, el efectivo policial expresó que regresaría en una hora y que ya se debía cumplir con la orden, de lo contrario se vería en la obligación de proceder a los arrestos, a lo que la multitud manifestó que procedieran y que debían contar con un predio inmenso ya que debía arrestar y contener al pueblo presente.
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Dado lo avanzado de la hora, cerca de la una de la madrugada, y ante la negativa de la Fiscal, del Intendente y de los Concejales de escuchar el reclamo del pueblo, la asamblea decidió seguir en la misma modalidad, pero lo que sucedió ante el arribo nuevamente de la policía, cerca de las dos , fue sorprendente: Carlos Buslaiman representante de la empresa Jackson Minerals Ltd. solicitó que se le abriera paso con el compromiso público y ante las cámaras de cable Sono Visión, de no regresar al predio de las minas nunca más y que tiene entendido que no hay maquinarias que estén planeando arribar a Tinogasta.

Por razones humanitarias y tácticas, dada la gran cantidad de horas que los ocupantes de la camioneta estaban soportando sin agua, ni alimentos, la asamblea decidió que se acompañaría a la camioneta con custodia policial, en caravana hasta la oficina que la empresa ocupa en la casa de Rosa Orquera de Mirolo.

No se vio desde hace muchos años una auténtica muestra del amor que la gente siente por su lugar, nuestro lugar. La caravana que acompañó a los vencidos pro mineros fue impresionante, magnífica, emocionante... más de ciento cincuenta automóviles, siempre acompañados a distancia prudente por móviles policiales, a las cuatro de la mañana recorrían ruidosamente las calles de la ciudad y con la decepción e impotencia de sentirse huérfanos, sin la seguridad, protección y representatividad que las autoridades democráticamente elegidas deben proporcionar, Tinogasta rompió en un bullicioso y estridente reclamo, con las únicas armas de los cánticos, palmas y un megáfono, se les hizo sentir a las autoridades el justo enojo y la rebeldía. A las cuatro con treinta minutos, la caravana finalizó, como viene siendo una costumbre últimamente, en la explanada del Templo San Juan Bautista, con un fervoroso Padrenuestro.

Tinogasta era un pueblo que parecía dormido, sin embargo ante la amenaza a la vida de las presentes generaciones y de las futuras, surgió la voz de las generaciones pasadas, las que lucharon denodadamente por defender el suelo, la cultura, las raíces.. y despertó en los tinogasteños la fuerza de la raza diaguita cuya sangre corre aún hoy, por las venas del bravo pueblo de Tinogasta. Tinogasta, ¡de pie! ¡Viva el valiente y bravío pueblo de Tinogasta!

No a la mina, 28 – 11 – 09

La Quinta Pata

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