Rodrigo Farías
El mes de diciembre el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, estuvo de visita en la provincia de Mendoza. Luego de agitar las psiquis racista que habita en una buena porción de la clase media durante el conflicto del indoamericano, instigando el fratricidio y el odio xenófobo contra ciudadanos hermanos, Macri puede decir que no fue mal recibido en esta provincia soleada y viñatera. Habrá sido quizás seducido por la cartelería de Daniel Cassia, a estas alturas prácticamente una actualización del nacionalsocialismo, cuya consigna es la tolerancia cero y el servicio militar obligatorio para quienes sufren el desempleo y la pobreza.
Lo cierto es que Macri, en Mendoza, tiene más de un bunker en donde sentirse apañado. Si el partido demócrata lo agasajó en su cena de fin de año, no fue menor la cortesía de los representantes del peronismo federal duhaldista de la provincia, con Cassia a la cabeza.
También el diario online MDZ recibió al porteño, como mínimo, con los brazos abiertos. Le concedió una entrevista (http://www.mdzol.com/mdz/nota/260146 ) cuya difusión antes que periodística pareció un acto de campaña. Es que, además de la empatía ideológica que puede existir entre la línea editorial del diario digital con el proyecto político de Mauricio Macri (cabe recordar que “Orly”, el hijo homónimo de Orlando Terranova, fue candidato por el PRO en las pasadas elecciones de Capital), existen además relaciones prácticas y comerciales que vinculan a Macri y a los dueños del MDZ, Orlando y EduardoTerranova.
La empresa madre del MDZ es publicidad Sarmiento que opera a nivel nacional y posee la concesión del mobiliario de la Ciudad de Buenos Aires. Licitación que les ha valido a los Terranova un proceso judicial en la Cámara en lo Correccional y Criminal bajo la sospecha que la empresa presentó antecedentes falsos en la licitación del mobiliario urbano de la ciudad de Bs. As. Por esta causa que salpica tanto al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como a los empresarios mendocinos, recientemente fue separado de su cargo el juez de instrucción Facundo Cubas sospechado de sufrir presiones por parte de esta sociedad político empresarial conformada por Macri y los Terranova. La causa continúa su curso y en un futuro próximo la justicia deberá determinar, si las hubo, responsabilidades políticas y empresariales.
Por otra parte, por segundo año consecutivo, Julio Cobos, pasó a brindar por el fin de año por las oficinas del MDZ. Un medio que cada vez más explícitamente intenta servir de oficina de operaciones y amalgama de las hilachas de una derecha (sea radical o peronista) cada día más primitiva.
Río de Palabras 37, 30 – 12 – 10
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