domingo, 31 de julio de 2011

Hay crisis mundial y parece sensato blindar la región

Emilio Marín

Independientemente de lo que ocurra con el déficit de EE UU, hay crisis económica mundial. Y es bueno que Argentina busque defensas, junto con Unasur. Cristina lo hace. ¿Neoliberales y neófitos como Del Sel lo harían?

El 47 por ciento de los porteños votó el 10 de julio por Mauricio Macri que muy probablemente vuelva a ganar en el desempate. ¿Esa mitad del electorado habrá pensado que el PRO es el escudo para protegerla de los vientos huracanados que están soplando desde Europa y Washington?

Es que los temas urgentes de Argentina, tales como el desarrollo económico y la redistribución del ingreso, la creación de empleo y viviendas, la solución democrática del conflicto social, etc., demandan respuestas que no pueden ser el "amor y alegría" con que idiotizó Durán Barba la primera vuelta.

Y si a aquellas cuestiones tan serias se le añaden los factores externos, con una superpotencia que está a punto de caer en default, por su déficit fiscal superior a 14.3 billones de dólares, quedaría claro que los votantes de cualquier parte de Argentina (y la región) deberían ser muy exigentes con los candidatos. Deberían preguntarles qué van a hacer para defender los puestos de trabajo y el nivel de actividad económica interno. ¿Cómo actuarán para que el vendaval que se incuba más allá del Atlántico no sea un tsunami que cubra hasta la mitad del Obelisco?, sería la pregunta a los candidatos.

Obviamente no parecen haberlo tenido en cuenta los votantes santafesinos que pusieron a Miguel Torres del Sel en segundo lugar. "Gaceta Ganadera" informaba: "Del Sel ganó en el corazón sojero de la provincia, como los departamentos de Caseros, San Martín, Constitución, General López, Iriondo, San Lorenzo y San Jerónimo (en el Sur), y San Justo y Castellanos (en el centro)".
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Conclusión: esos sojeros tendrán mucha plata, pero cero conciencia política y bajo cero conciencia social. Si de golpe en la bonanza económica tuvieran que afrontar los temporales del frente externo, deberían saber que el Midachi no los iba a sacar del apuro. Miguelito se iría de gira para el teatro o el tambo, y "sanseacabó", como la gorila de la novela de Ernesto Sábato.

O peor, Del Sel correría con Macri, Momo Venegas y Luisito Barrionuevo, para que Eduardo Duhalde les bajara línea. El vínculo entre todos ellos está probado en demasía. El candidato a gobernador de Unión PRO Federal manifestó que se va a sumar activamente a la campaña de Duhalde. "No tengo ningún problema, aparte soy muy amigo de Mario Das Neves. Ellos nos dieron una mano bárbara. Estoy en deuda, no tengo problemas en devolverle esta gauchada".

En cambio Cristina Fernández estuvo en Lima, en la asunción de Ollanta Humala y la posterior reunión de presidentes de Unasur, para recalar luego en Brasilia y reunirse con Dilma Rousseff. Las presidentas están buscando acuerdos para blindar los países frente a la crisis mundial, con muchas críticas al accionar irresponsable de Estados Unidos y la Unión Europea. Agendaron dos reuniones de ministros de economía, una será en Buenos Aires, con carácter de urgencia. Cristina y Dilma no se toman la vida en solfa, como Macri y Del Sel, y preparan medidas económicas defensivas, a diferencia de Duhalde. Este es amigo de la embajada norteamericana y en su equipo de campaña (Toma, Amadeo, Atanasof, Luisito B.) sobrevive el espíritu de las "relaciones carnales".

Óptica sesgada
Como los resultados de Capital Federal y Santa Fe no han sido buenos para el kirchnerismo, era previsible que sus opositores los amplificaran. Lo han hecho incluso los que no ganaron, como Duhalde, Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió. La matrona de la CC dijo festejar por partida doble, la derrota de Agustín Rossi (léase CFK) y la victoria asustada Alfredo Bonfatti (léase Hermes Binner).

Los que tenían derecho a un festejo legítimo eran los del PRO en Capital y los del autotitulado Frente Progresista en Santa Fe. En menor medida Del Sel. Los otros eran colados en la fiesta ajena. Sería discutible negarle a Clarín y La Nación su entrada, toda vez que ayudaron mucho a esas victorias opositoras. Estos monopolios ponen huevos en varias canastas, pero tenían derecho a bailar al ritmo de Arde la ciudad, con el PRO, y las cumbias de Del Sel. Al fin de cuentas sin esos medios poderosos de limado de cabezas, esos buenos resultados no habrían sido posibles.

La conclusión que han sacado en esos búnkers es que una victoria opositora sobre la presidenta es ahora más posible que antes. Los más sensatos opositores, como Luis Majul, admiten que por ahora CFK lleva las de ganar, pero tienen expectativas de que la ola opositora y problemas al interior del gobierno puedan dar lugar al resultado apetecible.

El resultado de la elección de Córdoba, el 7 de agosto, es aguardado como un nuevo paso en esa dirección. Fracasó el pacto entre la presidenta y el candidato del PJ, José M. de la Sota, a quien varias encuestas suponen el ganador. Si es así se alimentarían las ilusiones de la oposición, aunque De la Sota se ha cuidado hasta ahora de pasarse a ella con armas y bagajes.

En La Docta es evidente el yerro presidencial. No quiso impulsar un candidato del kirchnerismo pensando en una alianza con el probable ganador. Y se quedó sin el pan y, probablemente, sin la torta, habida cuenta de la falta de lealtades de este clon cordobés del "Lole".

En ese marco no sería coherente el impulso que está dando el diario que expresa a la Sociedad Rural y la Bolsa de Comercio, a la errónea creencia de que no se harán las elecciones primarias del 14 de agosto y las generales del 23 de octubre. Así se desprende de un largo artículo de su columnista estrella, Joaquín Morales Solá, comentando una presentación de la jueza María Servini de Cubría, que se queja de la falta de fondos girados a la justicia electoral. La magistrada dice, y Morales Solá amplifica, que de este modo podrían no realizarse las primarias y hasta las presidenciales.

El gobierno ha desmentido con cifras esas acusaciones de la magistrada y el secretario electoral nacional Alejandro Tullio cerró la polémica diciendo que "las elecciones se van a hacer, ¿alguna vez no se hicieron?".

Si el amigo del general Bussi estuviera tan seguro de un triunfo de la oposición, no sembraría tantas dudas en la realización de esos comicios...

Terreno resbaladizo
La victoria de Cristina Fernández no corre tanto riesgo por esos avances provinciales de la oposición o de aliados poco confiables como De la Sota. Tampoco por una relativamente baja participación de la ciudadanía en las abiertas de agosto, que quizás ocurre si mucha gente se reserva para votar directamente en octubre. Los obstáculos son otros, sin minimizar aquellos.

El gran desafío es la crisis económica internacional que está en curso y puede pegar un salto cualitativo si el 2 de agosto la administración Obama cae en default como River Plate en la B.

Aunque el impacto en Argentina sería menos poderoso que en otros países más expuestos, también pegará en las costillas locales. La depreciación del dólar afectará el valor de las reservas, de las que la presidenta suele vanagloriarse. La crisis europea puede incidir en menores ventas de productos argentinos, lo que también podría suceder con exportaciones a China y Brasil, dos clientes de primera. La salida de capitales podría aumentar de ritmo, espoleado por las necesidades de dinero de las casas matrices de bancos y multinacionales con representación aquí. Muchos proyectos de inversión productiva se van a demorar o anular.

Por supuesto, se puede "Vivir con lo nuestro", con lo del Mercosur y Unasur, y lo que se comercie y pacte con el resto del Tercer Mundo. La relación Sur-Sur tiene muchísimas más posibilidades de desarrollo que las que se puedan otear desde las cumbres del G-20 donde CFK es una invitada clase B.

La presidenta tomó la decisión de proteger el trabajo y la producción nacional, lo que es muy valorable. Pero eso no alcanza. Si los ingresos del fisco son menores por aquella crisis, habrá menos recursos para que el estado intervenga. ¿Echará mano de las reservas del Central, pese a las previsibles acusaciones? ¿Se atreverá a una mayor intervención estatal en el comercio exterior? ¿Hará reformas tributarias, retornando a medidas contra la rentabilidad extraordinaria como en 2008 con la resolución 125?

La defensa de la economía nacional no debería identificarse con el crédito del estado a multinacionales como General Motors o subsidios a grandes empresas nacionales como Ledesma. El déficit de la balanza comercial del sector automotriz, en el primer caso, y la represión a los pobladores de Jujuy, en el segundo, ameritan un balance autocrítico sobre esas políticas mal llamadas "proactivas". Serían pro-monopolios. No es lo mismo.

Comparado con ese debate crucial, otros asuntos que arrojaron espinas al paso de la presidenta lucen como no tan importantes. Por ejemplo, la mayor influencia de un conservador, Daniel Scioli, en las próximas elecciones, con la chapa de que en Buenos Aires contrarrestará los traspiés de Capital y Santa Fe.

Si se resuelve bien el tremendo desafío de la crisis provocada por el capitalismo global, la interna con el amigo de Reuteman, Del Sel y De la Sota que mora en La Plata será un tema menor.

La Arena, 31 – 07 – 11

La Quinta Pata

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