Javier Polvani
No hay ningún plan del Gobierno para negociar el levantamiento. Antes de irse, Marchena quería negociar con el SUTE.
Sin ningún plan para intentar frenar el paro del 17 de octubre, el gobierno de Celso Jaque se centrará en el descuento a quienes no trabajen para intentar aminorar los efectos políticos de la medida conjunta de varios gremios estatales. Desde que Juan Marchena dejó la cartera política, el Gobierno se quedó sin interlocutor directo con los sindicatos, especialmente en la órbita estatal.
La ministra de Desarrollo Social, Silvia Ruggeri, transitoriamente a cargo de la cartera de Gobierno, no tuvo contacto desde que fue designada con ningún dirigente de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE), ni del sindicato de Judiciales. Así, se enfrió un primer acercamiento que había mantenido gente del Ministerio de Gobierno tratando de desinflar la protesta que finalmente el jueves ratificaron los gremios más combativos dentro de la órbita estatal.
A la medida de fuerza del viernes también se sumaron el Sindicato de Trabajadores Estatales Autoconvocados (SITEA), la Asociación de Médicos y Profesionales de la Salud (AMPROS), la Asociación Personal Legislativo (APEL) y el gremio del Tribunal de Cuentas. “Sin los docentes, la medida no tendría el mismo impacto”, advirtió uno de los colaboradores de Marchena que aún permanece en su cargo a la espera del nombramiento de un nuevo ministro.
El funcionario admitió que en la última semana no hubo contactos formales con los dirigentes gremiales, al mismo tiempo que reconoció que estando todavía Marchena al frente del ministerio había una estrategia para disuadir el paro conjunto. Por el efecto que tienen las aulas vacías, el plan era convencer al SUTE de que le convenía más un acuerdo con el Gobierno que acompañar el paro de ATE y Judiciales.
Leer todo el artículo
No hay comentarios :
Publicar un comentario