sábado, 1 de noviembre de 2008

Nuevo libro sobre la guerra civil en Catalunya

Guerra civil en Catalunya

Xavi Montanyá

Mientras el debate político en sobre la memoria histórica en España sigue su curso, la historiografía continúa alumbrando el pasado: se publica por primera vez una crónica de la Guerra Civil en Catalunya.

Setenta años después de su redacción, sale a la luz un documento inédito de primera magnitud histórica. La Crònica de la Guerra Civil a Catalunya es el relato oficial que, día a día, el Departament de Presidència de la Generalitat, fiel a la tradición de las crónicas medievales, elaboró narrando las actividades del gobierno y del presidente Lluís Companys, los hechos más significativos, la complejidad y gravedad de los conflictos políticos del momento y el pulso de la vida cotidiana durante la guerra.

El diario abarca desde el 18 de julio de 1936 hasta el 28 de febrero de 1938, fecha en que se interrumpe de golpe sin que, de momento, se sepa si existe continuación. Josep Tarradellas, conseller primer y de Finances, presidente de la Comissió d´Indústries de Guerra y coordinador del Comitè de Milícies Antifeixistes, debió ser uno de los principales artífices del proyecto, tal como señala Jordi Casassas, doctor en Historia Contemporánea, en su estudio introductorio. Hay correcciones manuscritas del propio Tarradellas y fue él quien salvó el documento llevándoselo al exilio y preservándolo durante décadas, junto con la variada y valiosa documentación que constituye hoy el Arxiu Montserrat Tarradellas i Macià, en el monasterio de Poblet. En el segundo volumen, de futura publicación, se incluirán tres textos inéditos de Tarradellas redactados entonces: su análisis personal de la crisis que provocó los Fets de Maig de 1937, una carta a Juan Negrín, en la que constata todas las aportaciones de la Generalitat a la causa republicana, y su dietario personal sobre el final de la guerra.
Leer todo el artículo
Hasta su publicación, la Crònica ha tenido una vida azarosa. Según explica Montserrat Catalán, directora del Arxiu, cuando Tarradellas, encarcelado en Aix-en-Provence, tuvo conocimiento del fusilamiento de Companys, pidió a su padre, Salvador, que quemara todos los documentos que conservaba en el Clos Mosny de Saint Martin-le-Beau, para evitar comprometerles. No obstante, su padre los ocultó en bidones de gasolina y los enterró en las viñas de la propiedad. Los nazis registraron la casa tres veces, sin éxito, y él los recuperó en 1945, a su retorno de Suiza. "Tarradellas siempre repetía que la única manera de evitar los errores que se habían cometido era a través de la constancia escrita. Tenía una verdadera obsesión por dejar constancia escrita de todos sus actos y reflexiones para las generaciones futuras", señala Catalán, que estuvo muchos años al servicio del President antes de dirigir el Arxiu.

Extraña mucho que un documento de tal valor haya permanecido ignorado hasta ahora. Según Catalán, si bien ha sido consultado por diversos investigadores, nadie ha hecho referencia explícita a que se trata de una crónica diaria de la Generalitat. Una prueba de su valor es que un fragmento original, de agosto de 1936, figura en el sumario del consejo de guerra a Lluís Companys, y fue utilizado como prueba inculpatoria contra él, según constata Josep Maria Solé Sabaté en Consell de guerra i condemna a mort de Lluís Companys. President de la Generalitat de Catalunya. Octubre de 1940.El médico Joaquim M. Balcells i Serch, tes tigo de la acusación, hizo entrega de los papeles al tribunal alegando que "fueron encontrados en el cajón de la mesa de su despacho de la Diputación y que creyéndolo de interés hace su inmediata entrega". Jordi Casassas, en el prólogo a la Crònica,escribe: "No deja de sorprender el rastro tan débil que ha dejado un texto que, por sus características, podía ser un referente en la explicación sistemática de los sucesos de la guerra vistos desde Barcelona: como mínimo, los franquistas sí que lo consideraron importante y probatorio".

"Las aportaciones históricas más relevantes de la Crònica - comenta Casassas- son, como mínimo, dos. La revelación del importante carácter político, en el sentido más profundo del término, del president Companys. El documento describe su gran intuición y su capacidad para dar ánimo y esperanza a la población. En segundo lugar, constituye la narración de las circunstancias desfavorables que se viven en Catalunya desde el 19 de julio y, a su vez, del gran esfuerzo que hace el Govern de aportación a la guerra y a la gobernabilidad de la República, a pesar de las dificultades de entendimiento con el gobierno central, que se mostró siempre muy receloso con la autonomía catalana, hasta el punto de irle restando atribuciones".

Una de las aportaciones destacadas que apunta la Crònica es que el gobierno central ordenó cancelar la operación de la toma de las Baleares, puesta en marcha por la Generalitat y comandada por el capitán Alberto Bayo, con la excusa de que había que reforzar el frente de Madrid, maniobra de la que Catalunya se enteró a posteriori.

En la Crònica se observa el día a día y cómo se reacciona ante los principales problemas, como el de la violencia incontrolada y los asesinatos de burgueses y religiosos, un tema clave en el trabajo historiográfico de hoy. El documento constata la preocupación del Govern por erradicarla. Hay contundentes llamamientos públicos de Companys, Tarradellas, Ventura Gassol o Joan Casanelles, entre otros, y del Comitè Central de Milícies Antifeixistes, y medidas como la creación de los Tribunales Populares. "La Generalitat, desde el 19 de julio, ha de nadar y guardar la ropa. Se adoptó la fórmula de legislar la revolución. Esa era la fachada, pero en el fondo, estaban hartos de arribistas, incontrolados y falsos idealismos", considera Jordi Casassas. "La voluntad del Govern de erradicar la violencia es muy clara. No obstante, hay dos tendencias. Companys opta por decir que sí a todo e irse acercando a los comunistas para contrarrestar y frenar los desmanes. Tarradellas, en cambio, opta por el diálogo con los anarcosindicalistas, con la CNT, no con la FAI, para atraerlos hacia la Generalitat y dar cuerpo a la revolución. Se propone así eliminar la violencia, y legislar para crear una economía, una justicia y una producción cultural revolucionaria. Estas dos tendencias, la representada por CNT/ POUM, de un lado, y parte de ERC con el PSUC, del otro, chocan en mayo de 1937. Y aquí se acabó todo, no sólo el POUM y la revolución anarcosindicalista, sino también buena parte de la autonomía catalana".

Uno de los episodios desconocidos hasta hoy que ofrece este documento es el viaje de pacificación que realiza Tarradellas, a finales de septiembre de 1936, a Lleida y Tarragona, para frenar la violencia e imponer el poder de la Generalitat. Según Casassas, "es un relato ejemplar del gran valor que tuvo Tarradellas, pues se jugó la vida para restablecer el orden. Hay que ser muy valiente para sentarse a negociar en una mesa con alguien que hace ostentación de su pistola. No obstante, lo hizo. Luego, Companys se sumó a la labor."

La Crònica también es importante por lo que no dice. Uno de los temas que ignora es la represión sufrida por poumistas y anarquistas tras los hechos de mayo de 1937. También se relata, día a día, cómo se afronta el problema de la inmensa masa de refugiados, se registran incautaciones, detenciones, requisación de propiedades religiosas, la puesta en marcha de las industrias de guerra, las colectivizaciones, la actividad del Comitè de Milícies... Es admirable cómo en una situación límite y trágica se dio un papel preponderante a la cultura, con la labor del Comissariat de Propaganda y la Institució de les Lletres Catalanes, la Universitat Autònoma, la enseñanza primaria, con la creación del Consell de l´Escola Nova Unificada (CENU). Esta crónica, en definitiva, narra cómo los hombres que en Catalunya asumieron cargos de máxima responsabilidad durante la guerra, pese a las dificultades y los recelos del gobierno central, pusieron toda su inteligencia y energía en vencer al fascismo y crear un país fuerte, avanzado y moderno, hasta el último momento.

Revista Ñ y La Vanguardia, 31 – 10 – 08

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario