Alfredo Saavedra
El presidente electo Barack Obama es en estos días un Santa Claus repartiendo cargos de la burocracia estadounidense, como regalos de Navidad. Los nombramientos para cargos gubernamentales se distribuyen a granel y en eso ha estado ocupado el futuro presidente.
El más conspicuo de los cargos adjudicados hasta ahora ha sido el de la secretaría de estado, nombramiento que ha recaído en la no menos conspicua senadora Hillary Clinton, esposa del ex presidente Bill Clinton, quien no pierde actualidad en la comedia televisiva por su infame reputación de mujeriego, lo cual no deja de ser injusto porque al parecer el ex gobernante quedó curado en salud a partir del escándalo con la joven Mónica Lewinsky, atractiva pasante en la Casa Blanca, con la que tuvo algunos alegres entretenimientos en la Oficina Oval.
Pero retomando el nombramiento de la señora Clinton, quien por cierto está más hermosa que nunca, algunos medios de televisión no perdieron tiempo en ensañarse con la distinguida dama al mostrar algunas escenas durante la campaña electoral, cuando le dijo a Obama que era un inepto y otras linduras por el estilo. Es probable que el partido demócrata haya aprendido una lección de esa desagradable experiencia y en futuros procesos electorales se eviten los enfrentamientos entre los precandidatos del partido. Porque de alguna forma habrá sido embarazoso para la señora Clinton verse en el espectáculo de haberle llamado incapaz al que a partir del 20 de enero próximo será su jefe.
Por otro lado el presidente electo, con los nombramientos, ha entrado en contradicción con el lema de “Cambio” ya que ese fue un tipo de mantra esgrimido durante toda la campaña y que el candidato justificaba al expresar su aborrecimiento por los ocho años de desgobierno de la administración Bush. Pero ahora resulta que con nombramientos como el de Robert Gates, ministro de la defensa actual y que continuará en el cargo con Obama, el tan trillado slogan de “Change” se derrumba.
Otro nombramiento que ha causado escozor en círculos demócratas es el del señor Lawrence Summers, asignado asesor de asuntos económicos para la nueva administración. El señor Summers es señalado de pobres ejecutorias en su función como ejecutivo del Banco Mundial y autor de un oprobioso memo que recomendaba tirar desechos tóxicos en África, por causar menos daño al haber bajos niveles de expectativas de vida de sus habitantes (Sic). Pero además Summers fue quien siendo presidente de la Universidad de Harvard hizo la ominosa declaración de que las mujeres son menos aptas para el aprendizaje de las matemáticas que los hombres. Ya se verá si sostiene sus criterios cuando comparta obligaciones con funcionarias como la señora Clinton.
Independiente de los nombramientos, cuyo denominador de desaprobación está centrado en la del señor Gates y otros puestos militares asignados a funcionarios dentro de la clasificación de “halcones” lo cual es decir ya bastante, también han causado incertidumbre las reiteradas declaraciones de Obama, en el sentido de que no habrá solución de la crisis financiera a corto plazo, lo cual se interpreta como una confesión más que honesta de la incapacidad de cualquier gobierno de los Estados Unidos de dar soluciones a problemas, ya que no las tiene. El resumen es que lo dicho esta semana por el comentarista de televisión Joe Kopyto, de que la luna de miel de los simpatizantes de Obama con el ahora flamante presidente electo ha llegado a su fin, es una verdad incontrovertible.
Redacción La Quinta Pata, 09 – 12 – 08
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