¿Y dónde está el piloto?

Un día como hoy pero del año 2002 doscientos sesenta y pico diputados y senadores se ponen de acuerdo y eligen al presidente de todos los argentinos: Duhalde. Por esos días Kirchner y Carrió reclamaban elecciones generales para que el presidente tenga legitimidad popular. El Ibarrismo lo apoyó y parte del frente grande no. El menemismo también lo apoyó. El radicalismo, ¿a quién le importa? Clarín negociaba su deuda millonaria que estaba a punto de mandarlo a la quiebra con el nuevo presi a cambio de una que otra tapa optimista, con buena onda. La desocupación, la pobreza y la indigencia alcanzaban picos históricos. Racing venía de salir campeón. Un país extraño comparado con este infierno populista lleno de corrupción, drogas e inseguridad que nos pintan los diarios por estos días.

Duhalde realizó una pesificación asimétrica que depositó absolutamente todo el peso de la crisis en la clase trabajadora que perdió como nunca poder adquisitivo, se juntó con el resto de los partidos políticos, la Iglesia, los empresarios, todos los demás responsables del quilombo para llegar al famoso “consenso” –mesa de diálogo- para que nada cambie mucho, reprimió brutalmente la protesta social y después de matar a dos piqueteros tuvo que llamar a elecciones.

Sin embargo hay que agradecerle porque, aunque fue el responsable de una de las más injustas transferencias de ingresos de la clase trabajadora hacia los sectores concentrados de la economía, luego reactivó la economía por lo que fue un gran “piloto de tormentas”.

¿Ahora nos viene a hablar de la cuestión social? Tomatelá…

Un día peronista, 02 – 01 – 09

La Quinta Pata