Recibió los atributos del mando del mandatario saliente Antonio Saca ante unos cuatro mil invitados. El canciller Jorge Taiana encabezó la delegación argentina. En sus primeras palabras como jefe de Estado, Funes culpó a la "élite dominante" por la crisis del país y lanzó un plan global "para garantizar la estabilidad de la economía".
El izquierdista Mauricio Funes anunció hoy un plan global contra la crisis de El Salvador, por la que culpó a la "élite dominante", al asumir la presidencia del país en presencia de varios mandatarios latinoamericanos y de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.
"Debemos hablar sin rodeos: recibo un país con deterioro de las finanzas públicas en un cuadro de una economía dolarizada", dijo en su primer mensaje al país, según informaron las agencias noticiosas ANSA, DPA y Prensa Latina.
Funes resaltó que la responsabilidad de la crisis "no es del pueblo, sino de la élite dominante que estuvo hasta hoy en el poder".
"La mayoría de los indicadores económicos muestran un deterioro general de la economía; por ello estamos lanzando una plan global anticrisis, para garantizar la estabilidad de la economía y aminorar los problemas sociales", añadió.
Elegido por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), junto al vicepresidente Salvador Sánchez Cerén, histórico dirigente de esa fuerza desde su inicial etapa guerrillera y luego como partido político, Funes confirmó la reanudación de las relaciones diplomáticas con Cuba.
La presencia de Clinton resultó muy significativa, ya que Estados Unidos apoyó activamente a los gobiernos derechistas que gobernaron los últimos 20 años en El Salvador y también sostuvo militarmente a las fuerzas armadas de ese país en la guerra civil con el FMLN (1980-92).
Funes anunció, dentro de su plan anticrisis, medidas para preservar los puestos de trabajo y generar nuevos, con la expectativa de crear unos 100.000 empleos directos en 18 meses.
Leer todo el artículoTambién propuso crear una banca estatal para dar créditos a micro, pequeños y medianos empresarios, la ejecución de un programa de empleo temporal, y la construcción de 25.000 viviendas urbanas y 20.000 en comunidades rurales.
Afirmó además que convocará a un diálogo nacional para la definición de una estrategia de desarrollo y un acuerdo sobre empleo y política fiscal, con la participación de todos los sectores del país.
"El pueblo salvadoreño pidió un cambio y ahora comienza, no por la voluntad de un presidente, sino por las manos de una nación con conciencia de que solo será posible con la unión de todos", sostuvo al usar de la palabra ante el Parlamento, tras recibir la banda presidencial.
Agregó que "la unión" será en torno de "un proyecto de desarrollo nacional con base en la inclusión social, la valorización de la producción y del trabajo, la modernización de las instituciones y la garantía plena de las libertades democráticas".
El nuevo mandatario planteó que no hará como los anteriores gobernantes de la derechista Arena, cuyo último presidente, Antonio Saca, le entregó el mando, que "fueron complacientes con la corrupción, cómplices del crimen organizado y pactaron con el atraso en todas sus formas de expresión".
"Hay que reinventar nuestro país creando un nuevo proyecto de nación que, al mismo tiempo, rescate la gran deuda social y acelere nuestro progreso humano y tecnológico", subrayó.
El nuevo jefe del Estado recibió la banda presidencial en medio del júbilo de los asistentes a la ceremonia que recibieron a Funes y Sánchez Cerén con una gran ovación y la repetición de las consignas "Sí se pudo" y "El pueblo unido jamás será vencido".
Entre los invitados estuvieron los presidentes de Chile, Michelle Bachelet; de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Fernando Lugo; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Panamá, Martín Torrijos; de Guatemala, Alvaro Colom, y de Colombia, Alvaro Uribe.
En cambio, cancelaron sus visitas el boliviano Evo Morales, por "razones de trabajo", y el venezolano Hugo Chávez, sin que se conociera el motivo.
Funes inició hoy la jornada acompañado por su esposa Vanda Pignato – una abogada brasileña, ex representante centroamericana del Partido de Los Trabajadores gobernante en Brasil – con una oración en la cripta donde yacen los restos del asesinado arzobispo Oscar Arnulfo Romero, en la Catedral de San Salvador.
Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980, al inicio de la guerra civil salvadoreña, por escuadrones de la muerte de ultraderecha que comandaba el militar ya fallecido Roberto D’Abuisson, fundador de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que hoy concluye 20 años de gobierno.
"Mi gobierno será guiado por el pensamiento de monseñor Romero; mi guía será la opción preferencial por los pobres, como monseñor Romero sostenía", dijo Funes en breves declaraciones a la prensa al concluir su oración, previa a la ceremonia de asunción del mando.
Télam, 01 – 06 – 09
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