viernes, 14 de agosto de 2009

Ana María Vega: “la sociedad mendocina es más madura que su dirigencia”

Gabriel Conte

Cuando un semáforo da rojo, hay que frenar. Si no se frena, podemos chocar. Cuando la ciencia señala que determinados parámetros son fundamentales para evitar enfermedades, ya no hay lugar para discutirlo. Sería tan ridículo –y absurdo, anacrónico – como discutir por qué usar el rojo y no el violeta, el turquesa o el azul marino para los semáforos, cien años después de haber instituido al rojo, el amarillo y el verde como sus luces características.

Eso pasó entre la Iglesia y los manuales de educación sexual.

Ana María Vega es licenciada en Comunicación Social, periodista, especializada en promoción y educación para la salud. Actualmente es gerente de Producción de LV8 Radio Libertador. Desde hace 13 años, difunde su microprograma “Todo salud” por diversas emisoras de frecuencia modulada de la provincia, con la educación sexual como mascarón de proa.

Ha llegado a buen puerto: su expertis la ha llevado a lograr la difusión de 70 microespacios radiales por los que recibe, como eco de la necesidad social de conocer más sobre educación sexual, miles de comentarios vía mensajes de texto.

Es compiladora del Manual de Educación para el Bienestar, la Afectividad y la Sexualidad (Meba) con el que los docentes mendocinos deberían salir a capacitar a padres y alumnos.

Es católica y dos de sus cuatro hijos van a una escuela confesional. No estaría bien mencionar esto si el tema no fuese lo suficientemente justificador como para hacerlo: se trata de una de las expertas que trabajó en la elaboración del manual con el que el Gobierno capacitó a capacitadores y que, ahora, pretenden cambiar, censurar o, en el mejor de los casos, dejar en el olvido.

Nació y se crió en el barrio La Gloria. En la populosa barriada, junto a su actual marido, Juan, militó socialmente junto al padre Jorge Contreras. “Conozco la realidad social”, nos dice y demostrará, a lo largo de la charla que no miente. Y que la quiere cambiar. Señala algo que al leer la nota sonará más lógico que ahora, que todavía no arrancamos: “Los curas que están más cerca de la gente no están en contra de la educación sexual”.

Es que esta semana estalló una fuerte polémica con el asunto. Ya sabíamos que la Dirección General de Escuelas venía demorando la implementación de la educación sexual. Pero esta vez llegó al extremo, al querer replantear todo lo escrito en un libro que ya contaba con aprobación y consenso. Pero aparecieron voces nuevas en la discordia enarbolando dogmas religiosos. Creyeron que esos argumentos son más potentes que los dictados de una ley y frenaron su cumplimiento.

Como consecuencia, renunció el equipo de capacitación, que ayer dio a conocer su postura oficial sobre el tema.

- ¿Qué dice el manual que prepararon para educar sexualmente?
Leer todo el artículo
- El manual fue elaborado basándose en la educación sexual integral. ¿Qué entendemos nosotros por esto? Lo que le permite al individuo integrar los aspectos biológicos, psicológicos, y todo lo que tiene que ver con lo afectivo y lo social. Este manual debía tener esa información. Cómo es nuestro cuerpo, qué tenemos que hacer para evitar que la naturaleza no se manifieste en el momento en que no es oportuno. Conocer los métodos anticonceptivos, la biología, cómo funciona y, después, avanzamos sobre aspectos que tenían que ver con el psiquismo. A través del manual, nosotros pretendíamos informar a los docentes –ya que siempre fue pensado y dirigido a los docentes y profesionales de la salud – los aspectos que tienen que ver con el desarrollo psicosexual. La ciencia, en los últimos años, ha avanzado en este tipo de investigaciones. Es decir, el conocimiento de cómo nacemos sexuados, tanto como hombres o mujeres según tengamos pene o vulva, y a lo largo del tiempo con todas las interacciones que vamos teniendo de nuestro entorno, con la madre, los hermanos, con la familia y después en el ámbito de la sociedad, cómo va aportando a nuestro desarrollo psicosexual y cómo nos vamos formando a partir de estas relaciones. Con la base biológica, lo vamos construyendo.

- ¿No se trata entonces, de un paquete terminado y digerido que se les tira por la cabeza a los alumnos?
- No, claro que no. El hecho de que nazcas con un pene o con una vulva no dice cómo vas a actuar el resto de tu vida como mujer o como hombre. Entendemos que hay muchas formas de ser mujer y muchas formas de ser hombre y la sociedad te instruye. Esto, visto desde el desarrollo psicosexual explica, cómo la sociedad, a lo largo de la vida, y en la primera infancia, va influyendo en el niño y la niña que se va dando cuenta de que es varón o de que es nena y qué se espera de él y de ella por lo que se le dice o por cómo se lo trata. Es decir, una perspectiva de género. Nosotros entendemos –y esto está impregnado a lo largo de todo el manual – que el género está construido socialmente. Esto va marcando la vida de cada uno de nosotros. Por eso no es lo mismo ser mujer en Mendoza en 2009 en la Ciudad que serlo este mismo año en un pueblito de Alvear o no es lo mismo ser mujer en el 1500, o el 1900, ni va a ser lo mismo en el futuro.

- ¿El manual le dejaba al docente algún resquicio para que se contextualizara el contenido de acuerdo a cada idiosincrasia?
- Absolutamente. El rol del educador en sexualidad es dar a sus alumnos y alumnas una orientación en función de toda la información que es necesaria y algo que es vital: la reflexión sobre su realidad concreta y el contexto en el cual se encuentra, tanto como cuáles pueden llegar a ser las decisiones más saludables tanto física como psíquicamente, que va a tomar. Porque, desde esta perspectiva de género, no te podés quedar con que sólo hace falta darles información a los adolescentes. Porque hay muchos mecanismos inconscientes que sólo se ponen en juego y se pueden modificar cuando los chicos pueden debatirlo. Hoy no tienen esos espacios para debatir ya sea en sus casas o con sus amigos. Muchas veces esto no pasa de un chiste. Creo que el docente que ya está formado – y muy bien formado – puede hacerlo.

- Me imagino que los docentes se ven en un brete: o directamente decir que de eso no hay que hablar cuando no saben qué responder cabalmente, o bien, meterse de cabeza y hablar de todo. Pero para esto último no sólo hay que estar capacitado, sino habilitado para poder hacerlo sin represalias…
- Exacto. Yo remarco mucho la diferencia entre sexología y sexosofía. La educación sexual basada en fundamentos científicos es sexología. Porque usa los conocimientos científicos para educar, formar y reflexionar y entonces, el docente es capaz de separar sus aspectos de sexosofía, es decir, de cómo ellos mismos han construido su idea de lo que es la sexualidad. Cuando puede separar ambos aspectos, es capaz de manejarse con sus alumnos en el ámbito de la reflexión, de la información, del conocimiento, pero no sólo desde lo que piensa.

- ¿Cómo ha sido su experiencia en la capacitación docente?
- Mientras más los capacitamos, más hablamos de conocimientos compartidos y de lo que más se conoce y se acepta por los organismos internacionales como la UNICEF, la UNESCO o la Organización Mundial de la Salud. Lo separamos así de la sensación u opinión personal.

- ¿Son capaces de dejar lo dogmático en su casa?
- Claro. Ni siquiera hablamos de que dejen lo religioso en su casa. Ya que si vos sos ateo, y vos me venís a decir: “bueno, acostate con todo el mundo”, eso es sexosofía; no me estás hablando desde la sexología. Por eso, este manual en sus conceptos generales, ya fue, ya se hizo. Pasamos por todo un proceso de consulta. No es que al manual lo leyeron desde la Iglesia y nada más, sino que fue aprobado.

- Entonces, ¿ya se le consultó a la Iglesia?
- A nivel general, sí. No así en los detalles. Pero el Estado preparó estos materiales para los ejes que no son espirituales. Está contemplado un eje de trabajo que es “la espiritualidad”. La idea es que, después de que las escuelas confesionales den la información científica en los aspectos biológicos, sociológico y psicológicos, ellas mismas dijeran: “todo esto es así, pero nosotros consideramos, desde nuestra perspectiva, que…” ¿Se entiende?

- Sí, claro. No invadían terreno religioso sino que aportaban información científica…
- Las escuelas confesionales podrían decir, si quieren, que para ellas, por ejemplo, las relaciones sexuales deberían iniciarse después de casarse…Pero no pueden obviar que el preservativo es una alternativa para prevenir enfermedades, porque eso no es filosofía, sino ciencia: está comprobado científicamente, aunque no les guste.

- ¿Considera entonces que el manual ya era lo bastante abierto y que no merece demoras ni críticas?
- La apertura que da el manual es que da la perspectiva científica y, de ahí en más, cada escuela confesional debía complementarlo con sus propios intereses. Lo pueden adaptar en cuanto al mensaje dogmático, pero no decir lo opuesto. Si yo te digo que el manual está atravesado totalmente por la perspectiva de género, y te estoy diciendo que el género es una construcción social que se integra a lo biológico, no que se disocia, en fin… Es totalmente integracionista: se integra a lo biológico.

- ¿Dónde está el punto de impacto con la Iglesia?
- Cuando se sostiene la postura de que la perspectiva de género no existe. Piensan que a partir de eso hay que “limpiar” el manual. Nosotros siempre apuntamos a una educación laica. El primer año, no se limitó a las escuelas públicas, sino que fue abierto. Y participaron docentes de escuelas evangélicas, judías y católicas. Los docentes de las escuelas católicas a los que yo capacité estaban fascinados. Intentan dar la educación sexual en sus escuelas, pero adaptando los aspectos que tienen que ver con lo dogmático diciendo: “esto es lo que la ciencia dice, pero nosotros les recomendamos…., etc., etc”.

- ¿Cambiaría la situación de tragedia en que se transforman las prácticas sexuales para muchos jóvenes que hoy no tienen información adecuada, si se dictara la educación sexual en las escuelas?
- Hay docentes que se quejan que desde hace mucho se habla del tema y todo sigue igual. Pero no es que se haga, sino que se habla. Los docentes no se sienten habilitados todavía por sus autoridades para avanzar con esto para lo que ya fueron capacitados. Tienen miedo de hacerlo. Pero hay una cuestión de actitud que debemos promover. Hay padres que te dicen: “Mi hijo no pregunta sobre el tema”. Pero no se trata de eso; alguna vez, seguramente, hubo algún mensaje censurador sobre el tema que impide que el chico indague. Entonces hay que hacer todo un trabajo de reconstituir la confianza. Esto mismo está pasando en las escuelas.

- Pero es obligación aplicar la educación sexual en las escuelas, según la Ley de Educación. ¿No considera que se la está violando?
- Tenemos un problema, claro. En estos cuatro años, desde Mendoza nos pusimos como pauta, desde el equipo, llegar a los chicos que todavía no se iniciaban sexualmente, frente a la idea más común de enseñarles anticoncepción a los que ya han practicado sexo. Nuestra postura fue enseñarles a los chicos a que reconozcan cómo se van produciendo los cambios en su cuerpo, cómo se pueden cuidar… y que aplazaran el inicio de las relaciones. Por eso apostamos a octavo y noveno año. Después, ir a los que en general ya tienen relaciones sexuales para instarlos a que eviten los embarazos no deseados, a que prevengan el VIH. Este año ya queríamos bajar con la capacitación a quinto, sexto y séptimo.

- Entonces: ¿ustedes elaboraron un material para ser usado por los docentes dentro de los plazos legales?
- Si, directamente a partir de terminada la capacitación ya se podía iniciar. La Resolución habilitando a cumplirlo ha salido hace poco, pero ha faltado esa cuestión de actitud, como ya hablamos. Pero hay otro tema: los docentes se quedaron esperando la posibilidad de que se les pague por la nueva tarea que se les encomendaba, más que nada a los docentes designados como “referentes” por escuela. Se trata de tareas concretas que deben hacer: responder con talleres, tomar acciones frente a situaciones puntuales. Pero no les dan horas cátedra para hacer ese trabajo. Lo deben hacer dentro de su hora y eso no corresponde. Porque si sólo hay dos docentes capacitados en toda la escuela, solo van a tener educación sexual sus alumnos o a los que van a la misma hora que ellos…No es serio.

- ¿Este es el principal obstáculo práctico, además del, digamos, ideológico?
- Es que, por ejemplo, una gran cantidad de profesores de gimnasia se capacitó para dar la educación sexual y no podemos ocupar sus clases de gimnasia para este tema. Es la escuela la que tiene que establecer la condición especial para el docente capacitado del taller. ¿No se le va a pagar entonces por ese trabajo extra? No hay falta de voluntad propia de los docentes, todo lo contrario. Ya la pusieron al hacer el curso. Pero el programa de educación sexual en las escuelas no puede sustentarse en el voluntarismo de los docentes interesados. Ya demostraron que tienen una predisposición especial, porque no solo tuvieron que enfrentarse a su propia sexualidad, sino también a los condicionamientos del sistema educativo.

- Volviendo sobre los materiales que repentinamente se volvieron polémicos. ¿Quiénes los elaboraron? ¿Son militantes políticos?
- No, no. Somos todos educadores y orientadores en sexualidad. Son dos niveles distintos de especialización dictados por el Cepas que dirige Alejandrina Román de Giro. Ahí está la conjunción de teorías biológicas, sociales, culturales, todas las investigaciones que se han hecho en materia de sexualidad a lo largo de los años.

- Si se pudieran comparar el proceso de construcción del manual mendocino con el nacional, que recientemente la Iglesia también criticó a través de la palabra del obispo de La Plata, Héctor Aguer, ¿Qué diría?
- Aquí fue más especializado en la orientación hacia los docentes. El manual nacional es un excelente material para los formadores de docentes, es una actualización de lo último que se sabe en materia de sexualidad en muchos aspectos…

- …Cabe decir entonces, que aquí se le dio una “vuelta de rosca más”…
- Las filminas, por ejemplo, están hechas en base al manual que hicimos nosotros. Ahora si nos dicen, de repente, que se cambia el manual…no podemos dar la capacitación con otro material, con algo diferente a lo que nosotros elaboramos.

- En definitiva: ¿qué pasa por la cabeza de quienes conducen la Dirección General de Escuelas? ¿Quieren eliminar el manual que ustedes hicieron? ¿Quieren censurarlo, sacarle algunas partes? ¿Quieren que escriban otro con lo que les dicte la Iglesia? No se entiende…
- Mi opinión personal es que la Dirección General de Escuelas no cuenta con personal idóneo para evaluar nuestro manual. Lo hicieron el año pasado. Nos dijeron que era una condición sine qua non que pasara por las manos de las curriculistas, para poder imprimirlo, y nos corrigieron cuestiones técnico formales, como por ejemplo, que la bibliografía vaya al pie de página. Todo ese proceso demoró la aplicación por mucho tiempo.

- ¿Se paró todo por esas cuestiones mínimas?
- Se demoró, pero las subsanamos. O hicimos como lo pedían. Pero se atrasó el inicio de las capacitaciones. Teníamos todo listo en marzo del año pasado para empezar y recién pudimos arrancar en julio.

- ¿Fue cuando la ministra Iris Lima dijo que se lo llevaría a su casa para leerlo tranquila página por página?
- Eso no lo sé…La cuestión es que por cuestiones técnico formales se demoró.

- ¿Pero alguien les condicionó el contenido?
- En mi opinión personal hubo un incidente del que nadie se hizo cargo, pero que pasó. Toda una sección del manual basada en bibliografía seria y respetada, desapareció de la edición impresa. Era la sección en la que le dábamos herramientas a los docentes para responderle a sus alumnos cuando les preguntan lo más típico: “¿cuándo puedo empezar a tener relaciones sexuales?” o “¿cuándo es la mejor edad?”. Los chicos les están pidiendo permiso a los docentes cuando les preguntan eso. Y es porque han logrado una relación de confianza que no encontraron en otro ámbito. Bueno, los docentes tienen dudas de cómo responder y preparamos, repito, basados en bibliografía reconocida, una serie de recomendaciones no taxativas, sino que llevaran a reflexionar a los chicos, ya que el docente debe tomar distancia y no puede contestar desde su sexosofía. “Bueno –decía el texto- empezaste a preguntarte vos mismo si estás listo o lista” y cosas como esta, realmente importantes. Tantas repreguntas, que es muy probable que los chicos lo vieran como evasivo, pero que buscaba que indagaran sobre su sexualidad más allá de la curiosidad o por presión de su grupo de amigos.

- ¿Ese capítulo lo sacaron del manual?
- No estuvo en los manuales impresos. Ese apartado no estaba.

- ¿Qué les dijeron?
- Nadie salió a responder. Tuvimos una reunión, pero nada… Siento que lo tuvimos que defender muchísimo al manual…hasta que bueno, el equipo de capacitación presentó la renuncia…pero no sólo por esto.

- Lo seguís defendiendo al manual tal como estaba pensado…
- Lo sigo defendiendo. Creo que es un buen producto colectivo. Pero insisto: depende del análisis que se le haga, hay detalles ideológicos muy profundos que tienen que ver con la perspectiva de género, más allá del preservativo que es un tema que “de cajón” tiene que estar como único método anticonceptivo que a la vez evita la transmisión del HIV.

- Todo esto en una provincia en donde los jóvenes ¿qué saben de sexo, según tu experiencia?
- Solo por tomar un dato, en el año 2007 puse al aire por cuatro FM de la provincia los 70 microprogramas de educación sexual, porque me cansé de escuchar hablar de sexualidad en las radios sólo desde el chiste. En cuatro meses yo recibí 2 mil preguntas en mensajes de texto a mi celular, cuyo número daba a conocer al aire. Todas las respondí…Me siguen llegando a pesar de que ahora no damos el número al aire. …Por eso yo lo que veo es que hace falta un espacio de consejería para los chicos. Algo que no sea sólo ir al hospital, que no se perciba al tema sexual solamente desde su perspectiva de enfermedad.

- Si a un pequeño emprendimiento privado llegan 2 mil preguntas, quiere decir que hay una necesidad de hablar del tema y que no hay espacios para hacerlo, ¿es así?
- Sí; debería haber espacios de consejería fuera de los hospitales y centros de salud porque el adolescente no se concibe enfermo, ¿por qué va a ir allí si solo quiere saber?

- ¿No existe esta posibilidad en ninguna área, ni siquiera en las de Juventud?
- En general no lo hay. Ahora, el área de Salud Reproductiva empezará una capacitación a profesionales para estar preparados para esta tarea de consejería. Pero yo considero que la consejería debe estar instalada en todos lados, en los barrios, en los gimnasios, en las uniones vecinales…

- …en la web…
- …En todos lados, al alcance del chico o la chica que necesiten una respuesta seria. Somos nosotros los que tenemos que ir a los adolescentes y no esperar a que vengan ellos. Creo que, de todos estos lugares, el espacio más legitimado para este tipo de tarea, el mejor lugar, es la escuela. Algo así se preveía en la Ley de Prevención del Abuso sexual Infantil que salió aprobada y que no se puso jamás en práctica. Era una tarea que, conjuntamente, debían poner en funcionamiento la DGE y el Ministerio de Seguridad desde los foros vecinales que dependen de la Subsecretaría de Relaciones con la Comunidad. Era una forma de empezar con la educación sexual.

- ¿Se resigna a que en Mendoza cada vez que se presente una iniciativa que busque educar a las nuevas generaciones para evitar muertes innecesarias, embarazos indeseados y una visión trágica de la sexualidad, ésta se demore o archive?
- No. No me resigno. Yo creo que la sociedad mendocina es mucho más madura que sus dirigentes. En mi experiencia con los docentes que me tocó capacitar, puedo decir que son ellos, nuestros docentes mendocinos, quienes pueden enseñarle muchísimo a los dirigentes del gobierno de la Educación. Que les pregunten a los docentes si el manual les sirvió, si es o no lo suficientemente amplio…

- El debate planteado me suena, por lo menos a mí, que tengo opinión sobre el tema aunque no busco que todo el mundo piense como yo, un poco medieval, ¿no? Lo religioso sale a negar las afirmaciones de la ciencia…
- Insisto: el manual es tan amplio que logra que en escuelas de distintos credos, los docentes puedan responder a las demandas de los chicos sobre sexualidad, pero a la vez deja abierta la puerta a que el factor dogmático tenga su cabida en la forma en que la escuela presenta el tema ante sus alumnos. En los talleres, por ejemplo, está previsto que se debata entre dos posturas opuestas en torno a la legalización o en contra de la legalización del aborto. Nunca hablamos –porque no lo creemos – de estar “a favor” del aborto; pero si creemos que su legalización o no debe plantearse como debate.

MDZ Online, 14 – 08 – 09

La Quinta Pata

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