La noticia fue sólo publicada por Los Andes. Edición del lunes 27, sección policiales, al fondo a la derecha. Desplazado durante los últimos tiempos de la atención de los gobiernos nacional y provincial y de la agenda de los medios masivos locales, el condenado y aberrante sistema penitenciario en Mendoza se cobraba la decimonovena muerte por violencia en el período que va de julio a julio de los últimos 12 meses. Se supera así, una vez más, la tasa promedio de mortalidad traumática de las cárceles a nivel país, e inclusive la provincia de Mendoza queda por encima de la de Buenos Aires en eso de que los presos bajo custodia del Estado se maten entre sí, cuando no son directamente ejecutados por los agentes y políticas públicas (cuya estimación anual de decesos de este tenor llega a 40 casos sobre una población que decuplica a la local). Para la supervivencia de los presos mendocinos es más “seguro” caer en los pesados penales bonaerenses que aquí. De este modo también se alcanzan los históricos índices de asesinato y suicidio que año tras año se supieron conseguir durante la administración cobista, sin lugar a dudas la peor gestión carcelaria de la provincia desde el regreso a la democracia.
De las víctimas y los motivos y formas de sus muertes casi nada se deja traslucir pues la categoría de los que estuvieron vivos solamente parece afectarle a los más de 3 mil internos y sus familiares. Sucede que los pabellones de silencio que encierran a toda una sociedad durmiente dan por hecho que esos muertos no son propios sino que más bien son un rango inferior de seres humanos, animales salvajes con la suficiente capacidad de discernimiento como para no robar nuestras casas y quizás hasta perdonarnos la vida. En todo caso, “que se maten entre ellos” es el morboso deseo menduco, también a tono con el porteño o el cordobés, recreando nuevamente la desaparición de los indeseables como solución final a lo que sea. Son niños, jóvenes o viejos, condenados judicialmente (apenas un tercio del total de la población detenida) o no, eso sí todos pobres y cabecitas negras y algunos de ellos célebremente reconocidos por la opinión pública gracias a la bendita condena mediática y a los famosos armados policiales y/o judiciales. Policía y Justicia que tan bien y con tanta celeridad cumplen con las tareas de incriminación digitada cada vez que los dirigentes y líderes empresariales exigen sangre apoyándose en el histérico clamor popular. Los casos de muertes violentas en la penitenciaría provincial y en el reluciente Almafuerte (ya teñido de rojo) indican, como mínimo, una grave desatención por parte de las autoridades respecto de la salud psíquica de internos que acabaron en el suicidio, pero también una irresponsable complicidad demostrada con el total desinterés por investigar y castigar gravísimos hechos de asesinatos inducidos por parte del personal carcelario y sospechosos accidentes fatales y suicidados chivos expiatorios incriminados, curiosamente, en los hechos de inseguridad más fogoneados de los últimos tiempos: Leonardo Palacio, 19 años, supuesto asesino de Laura Abonassar, muerte accidental por electrocución y Hugo Asenjo, el “hombre araña” acusado de violar y matar a una mujer, quien a menos de un mes de haber sido detenido, se ahorcó.
Con las excepciones de siempre, los abogados locales de Derechos humanos, el CELS y la CORREPI y un puñado de periodistas comprometidos, la desesperante situación de los presos de Mendoza ha dejado de estar en el ojo de la tormenta debido a que en pos de intereses mucho más redituables políticamente y al involuntario favor de organismos internacionales (Amnistía) que parecen haber sacado los pies del plato, el gobierno nacional, que hasta el año pasado solía poner presión a los gobiernos locales acerca del tema, permite ahora una especie de continuidad criminal entre la política carcelaria de Cobos y la actual de Jaque. Poco, muy poco es lo que ha cambiado. Para mejor, sólo dos problemáticas van en camino de una solución: la realfabetización o alfabetización por primera vez de más de 500 reclusos y la posibilidad para otros 14 de ingresar a la UNCuyo y, debido a la funcionalización de Almafuerte, la leve baja en el hacinamiento (a pesar que en lo que va del año ya hubo más de 400 nuevos ingresos) que permite a los presos disponer de un 50% más de espacio “propio” para realizar todas sus necesidades básicas: antes 1 m2, ahora uno y medio. Milagros de la ingeniería mendocina, se ve.
Continuidad de tierra ocupada por gendarmes, en Mendoza los presos reciben los palos de los gobiernos de Cobos y de Jaque, pero también han sido soltados de la mano del progresismo kirchnerista. El gobierno k ha ido quitando la presión sobre el problema, cada vez que las urgencias electorales lo han llevado a omitir las desastrosas políticas penitenciarias seguidas por gobernantes tan conservadores. Sucedió en el tramo final de la última campaña presidencial, con el aliado no positivo. Sucede ahora, con el actual gobernador, el aliado de plomo.
Fundamental es recordar que el colapso social en que se encuentran las cárceles mendocinas y argentinas, debe su origen al espectacular crecimiento de la brecha entre ricos y pobres que se provocó en los 90, y extendió sus consecuencias al nuevo milenio. Esto, y el desmantelamiento final del Estado sumado a un sistema penal argentino, históricamente selectivo, a la caza de negritos, llevaron la población de detenidos del país, de 20.000 en 1992 a 60.000 en 2006. Lo cual nos obliga a un breve repaso de lo que hicieron al respecto al menos los dos últimos gobiernos provinciales:
“Cachivache”
2004/2007: más de 50 muertes traumáticas en 3 años en las cárceles mendocinas, muchas de ellas provocadas por encierros y golpizas fomentadas por los mismos penitenciarios y un atroz hecho de descuartizamiento; nivel de hacinamiento superior al 300%; internos con menos de 1 metro cuadrado para vivir y con 20 horas diarias de encadenamiento; condiciones extremas de insalubridad e higiene; acusaciones a los sucesivos directores por irregularidades en el manejo de fondos; catarata de denuncias, informes y sanciones por parte de organismos internacionales; intentona cobista, a pesar del fracaso en que terminó esta clase de medidas de cuño ruckaufista, en pos de limitar las excarcelaciones, que no logró permear gracias al CELS y firma de un acuerdo de “cooperación” para las tareas de Seguridad entre la provincia (ministro Cornejo a la cabeza) y represores del proceso reclutados por las modernas agencias.
Septiembre de 2007 , Cobos en la inauguración del nuevo complejo penitenciario de Luján: “Mendoza tiene un sistema penitenciario que es modelo en el país, Almafuerte no es una cárcel”. 50 asesinados durante su gobierno son el modelo y Almafuerte no tardaría en aplicarlo.
Diciembre de 2007: denuncias sobre la gestión Cobos porque durante el último año de mandato (plena campaña) el Servicio Penitenciario fue utilizado (con la excusa de falta de personal para los penales) como bolsa de trabajo para contratar punteros para Casa de gobierno. Empleados que nunca pisaron la cárcel.
31 de Diciembre: estrenaditos, Jaque-Aguinaga brindan por expandir la continuidad: sueñan con 3 penales más para el próximo quinquenio: zonas Este, Sur y Valle de Uco. Montaña, oasis y desierto, toda Mendoza a la sombra. Nace así:
“Verdugo”
Abril de 2008: el CELS denuncia a Mendoza ante la ONU por la situación de sus cárceles, donde se violan normas internacionales, además de criticar el informe presentado por el gobierno nacional (limitado solo a reproducir fallos judiciales) y a la Corte Suprema de Justicia de la provincia, por suspender la aplicación de la Ley nacional 26.061, de Protección Integral de los Derechos de niñas/os y adolescentes. Denuncias: violación sistemática de los derechos a la integridad física y a la libertad (aplicación excesiva de la prisión preventiva) de las personas, deplorables condiciones de alojamiento y de higiene, maltratos y torturas, discriminación por parte de agentes penitenciarios de reclusos homosexuales, aumento de un 25% de confinamientos en instituciones neuropsiquiátricas, etc.
Julio de 2008: la Comisión de Derechos y Garantías de Diputados constató las denuncias acerca de la escasez de recursos médicos y de falta de asistencia profesional (sobre todo en Almafuerte), incumplimiento con los horarios de visitas y continuas negativas a los internos para su acceso a la fase de confianza.
Septiembre de 2008: resurrección de políticas represivas, y comprobadamente contraproducentes, a lo Blumberg (restricción de excarcelaciones, reducción de imputabilidad y detenciones masivas por delitos leves) envalentonan a Jaque, al PD, al resto del PJ y a los radicales, provocando la estampida final de DDHH del gobierno. De aprobarse la Ley de excarcelaciones, la Argentina sería susceptible de sanciones internacionales por contrariar los compromisos firmados por la Nación y la CIDH para mejorar las condiciones de detención en Mendoza. Reaparecen los Magos Adivinos de la Santa Seguridad y pronostican: Miguel Serralta, senador PJ, calcula que con 3 mil presos más el problema de inseguridad sanseacaba. Ernesto Sanz, senador nacional cobista lo apoya. Daniel Cassia cree que se quedan cortos, faltan 5 mil presos más y nos regala: “yo soy de mano dura, esa discusión se agotó hace 30 años” (¿cuándo eliminaron toda posibilidad de discusión?) y “hay que proteger los derechos del que vive por derecha” (¿se podría ser menos explícito?).
Octubre de 2008: por iniciativa de Juan Carlos Aguinaga, el Senado da media sanción a un Código Contravencional reaccionario y medieval, cuyo objetivo mayor es criminalizar la protesta social y la pobreza, mediante una libre interpretación policíaca, para realizar arrestos sin intervención judicial.
Noviembre/Diciembre de 2008: mientras una Cámara Federal libera a los 2 últimos represores detenidos en Mendoza, el informe anual de CORREPI muestra a Mendoza tercera en el ranking de muertes por gatillo fácil en el período 1996/2008 con 123 casos (casi un asesinato por mes), y primera durante 2008 en cantidad de muertos en comisarías, cárceles o bajo custodia de agentes del Estado (la mitad de las víctimas del total del país son jóvenes de hasta 25 años); y Amnistía y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos vuelven a denunciar a la provincia por sus cárceles, como así también las comisiones de la ONU por detenciones arbitrarias. En un reportaje, el abogado Pablo Salinas acusa a los jueces de responder a una clase y castigar a los excluidos, retomando el concepto walshiano de la justicia de clases.
Febrero de 2009: uso indebido de subsidios otorgados por el Ministerio de Seguridad y municipios, falsificación de facturas, rendiciones incompletas, gastos no justificados, subsidios personales provenientes directamente de Presidencia: se acabaron las cruzadas de velas por el centro, Alejandro Gil (el Blumberg “bueno” de Cobos) disuelve en medio de un escándalo la Asociación de Víctimas del Delito. ¿Castigos? ¿Culpables? ¿Damnificados? No, únicamente “disolución”.
Abril de 2009: en sintonía con la caza de brujas acicateada en todo el país por los formadores de opinión, se produce una avanzada de casi todo el arco político local para llevar la edad de imputabilidad a niños de 14 años, en una provincia donde el 50 % de los chicos nacen, crecen y, muy probablemente, mueran pobres.
Palomas “Los presos deben declarar por videoconferencia, para que los jueces no sientan el olor a preso”. Jorge Casanovas, ariete de Ruckauf y Solá, año2004. La iniciativa, por el momento, no prosperó pero no suena irreal junto con una gran serie de políticas reaccionarias afines al modelo penal estadounidense. Modelo que hace más de 40 años, con Nixon abanderado, aloja a más negros en sus cárceles que en sus escuelas primarias. Modelo exportado al mundo, que naturaliza que el Estado le quite a una persona su libertad para condenarla a muerte dentro de la penitenciaría.
“He hablado – decía Dostoiewsky, preso político en una Rusia imperial esclavista, llena de miseria, hambre y brutalidad – del verdugo. La condición del verdugo se encuentra en germen en casi todo hombre contemporáneo”. Es menester modificar toda la política penal y penitenciaria, pues las cárceles son un reflejo y una consecuencia de nuestra sociedad y de nuestro tiempo, imposible dejar cerradas sus puertas. Por eso, imprescindible será seguir hablando de los verdugos, para que la situación de las cárceles locales, después de ser constantemente centro de mezquinos tironeos políticos, no vuelva a ser la tumba de siempre, sellada a cal y canto para que los gritos de adentro no repercutan en un afuera desinteresado e hipócrita.
La Quinta Pata, 04 – 08 – 09
4 comentarios :
Exelente laburo viejo.
"Por eso, imprescindible será seguir hablando de los verdugos, para que la situación de las cárceles locales, después de ser constantemente centro de mezquinos tironeos políticos, no vuelva a ser la tumba de siempre, sellada a cal y canto para que los gritos de adentro no repercutan en un afuera desinteresado e hipócrita."
Una nota durísima, de una temática no menos dura, de una sociedad no menos brutal. Te felicito.
muy buen trabajo, para los que sabemos poco de política pero mucho de injusticia social.
las cárceles, morideros mendocinos, a alguien le interesa en esta sociedad hipócrita.
Una visión bastante acertada de la realidad penitenciaria local. En especial sobre el constante tironeo político. Actualemente una de las motivaciones para asignar jefaturas en el Servicio Penitenciario es no ser de otro Partido que el de turno en el gobierno lo cual es a veces utilizado como escusa para desplazar a quien molesta y reemplazarlo por alguien "leal".
Esto lleva a graves errores como el asignar a cargo de una unidad a Funcionarios inexpertos y que entienden a la cárcel como un comité político más, ofreciendo cargos para manejar voluntades y desatender lo esencial en un Instituto Carcelario que es el Tratamiento Penitenciario, objetivo de un Servicio Penitenciario.
Encuentra alli una explicación a la cantidad notoria de suicidios ocurridos actualmente en la Cárcel de Almafuerte a cargo de un Abogado que hace un año ostentaba el grado mas bajo de la escala jerárquica institucional y que por obra y gracia de las autoridades políticas ascendio 5 CINCO grados de un plumazo -perdón por un decreto- y probablemente pronto le darán el grado más alto en dicha escala con solo 3 TRES años de experiencia, un verdadero carrerón que nos recuerda a un tal LOPEZ REGA, pero lo grave es que esta metodología se repite en toda la Institución, lo que provoca aún más injusticias en la Cárcel, daña la Institución por dentro y por fuera y obviamente repercute en el bienestar de los detenidos.-
Me permito seguir con el tema de los sucidios y muertes en las Cárceles Mendocinas, y en especial en la Unidad "Modelo" de Almafuerte. que se asemeja mas a un depósito de personas que la pretendida unidad resocializadora.-
Diseñada para alojar un máximo de 400 internos, actualmente con mas de 600 internos y que como el artículo lo dice, se amplio la posibilidad de alojamiento-pero no la capacidad real- a 900 internos.-
Esto es facticamente imposible e inhumano preteder llegar a ese monto de personas, ya que colapsarían todos los servicios, como practicamente ya está ocurriendo con la cantidad de alojados actuales.-
el 95 % de los internos se encuentran encerrados en su pabellón las 24 hs, no realizan ninguna actividad programada por las autoridades penitenciarias, no se aplican programas de tratamiento, no concurren a talleres laborales ni a aulas educativas, algunos tienen la posiblidad de jugar al futbol con pelotas caseras (construidas con diversas telas envueltas en medias)dentro del pabellón, pero lo más grave es que algunos permanecen encerrados en su celda durante todo el día.-
la falta de actividades, los problemas de convivencia, la creciente agresividad,hostilidad en las relaciones, el aislamiento, sin elementos contenedores ni tratamientos de ningún tipo,ya que ni siquiera son atendidos por el las Autoridades (destacando que el Personal no acostumbra dialogar con los detenidos por falta de una formación adecuada) todo ello es un generador lógico y permanente de muertes violentas y traumáticas.-
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