viernes, 7 de agosto de 2009

Clarín censura a un blog

Claudio Díaz

El padre celestial de la libertad de expresión, el impoluto fiscal del periodismo independiente, democrático y pluralista, o sea: el diario Clarín, vuelve una vez más a practicar la censura.

Ahora ha recurrido a la Justicia para que se le prohíba a un grupo de periodistas ejercer su oficio como editores y redactores del sitio www.quetepasaclarin.com, creado en marzo de este año.

¿Puede sorprender la reacción del multimedia que viene alertando acerca del peligro que significaría para el país, y la humanidad toda, la sanción de una nueva Ley de medios de comunicación que reemplace a la que rige desde la última dictadura?
En verdad, no.

Porque este grupo económico hizo del cinismo, el doble discurso y la hipocresía su razón de ser.
Incluso, en esta arremetida contra el derecho de expresión de 10 hombres y mujeres de prensa, va por más. A través de su bufete de abogados, pretende que el dominio creado a tales efectos, el quetepasa…, pase a ser de su exclusiva propiedad, alegando que el nombre de la marca le pertenece y que por lo tanto solo puede ser utilizada por ellos.

El estudio que lo representa es nada menos que el de la dinastía Saénz Valiente, a su vez conectado con el despacho letrado de José Alfredo Martínez de Hoz, su hijo (del mismo nombre) y el primogénito del doctor Mariano Grondona, es decir, Marianito Florencio.

Nos preguntamos si tras esta movida para acallarnos, intentarán pedirle al Tribunal Internacional de La Haya que intervenga ante la Real Academia Española, exigiéndole que elimine de todos los diccionarios de habla castellana la palabra Clarín… pues sólo el Grupo está en condiciones de usarla. (A propósito de España: allí existe el sitio diseccionando el país, por el diario de Madrid que realiza un trabajo similar al nuestro sin censuras, más allá de que a la empresa editora no le cause ninguna gracia).

Cuando allá por marzo último escuchamos al ex presidente Néstor Kirchner referirse en términos jocosos hacia el diario (el ya popular “¿Qué te pasa Clarín…?, ¿Estás Nervioso?), junto a un grupo de jóvenes periodistas decidimos crear el dominio para impulsar un espacio de análisis y reflexión que diera cuenta de la influencia que ejerce sobre nuestra comunidad lo que denominamos como Mediocracia, esto es: el sistema mediático constituido por los grandes grupos periodísticos que monopolizan en Argentina el negocio de la información y tratan de imponer el discurso y el pensamiento de los grupos de poder.
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Lo hicimos aprovechando las nuevas herramientas de comunicación que se disparan desde la tecnología de estos tiempos, porque como tantísimos compatriotas carecemos de los medios económicos para poder solventar alguno de los espacios periodísticos tradicionales, como son el diario, la radio o la televisión.

Como exponentes del pensamiento nacional nos asiste ese derecho de manifestar nuestras opiniones y así lo hicimos desde el sitio.

Todos saben, y el Grupo Clarín más que nadie, que no lanzamos un blog con fines comerciales.

No “vendemos” publicidad; no lucramos, no cobramos por escribir porque la nuestra es una tarea militante de esclarecimiento.

En fin, como miles de amigos y colegas, no hacemos de nuestro ejercicio periodístico un negocio para posicionarnos como un emporio, un grupo de poder que después impone a la clase dirigente en su conjunto condiciones para que defienda sus apetitos e intereses económicos.

De allí que nos resulte absurdo, extravagante, patético y ridículo que el Grupo pretenda que nosotros queremos valernos de su nombre para facturar…

Claro, como esa es la filosofía que lo anima, piensa que todos los demás buscamos esa misma guía para nuestra vida.

Lo que hicimos a lo largo de estos cuatro meses fue, simple y sencillamente, informar, contar lo que un medio como Clarín no cuenta; revelar sus relaciones con grupos de poder locales y extranjeros para que el pueblo sepa un poco más acerca de cómo, por qué y quién escribe la historia.

Demostramos con ejemplos concretos la manipulación informativa que lleva a cabo; la manera de instalar noticias; la vida interna en su propia redacción, cuando se obliga a los periodistas a decir lo que la empresa necesita decir.

Nunca Clarín, en todo este tiempo, nos ha pedido explicaciones acerca de la veracidad de lo que publicamos.
Y tampoco lo hace en este caso.
No, el argumento es que – usamos su marca…

¿Habrá, entonces, que pedirle a todos los medios que se abstengan de mencionar, por ejemplo, la palabra Coca Cola, cuando refieren la lucha de los compañeros trabajadores camioneros que pelean contra la multinacional para que se les reconozcan sus derechos?

En todo caso, debería ser el propio ex presidente Kirchner quien nos demande por haber utilizado una expresión de su autoría.

Porque efectivamente, como ya dijimos, el copyright del quetepasaclarin le corresponde a él.

Sabemos que el Grupo decidió recurrir a la Justicia en los primeros días de julio. No parece ser casual la fecha, pues en esos días habíamos reproducido las declaraciones del ex director del diario La Razón, José Pirillo, revelando que el CEO del grupo, Héctor Magnetto, le había confesado en su momento que los dos chicos (hoy jóvenes) adoptados por de una de las propietarias del holding, Ernestina Herrera de Noble, son hijos de un matrimonio argentino secuestrado y desaparecido en tiempos de la dictadura.

Tampoco parece ser casual que este acto de censura que ejerce Clarín se haga efectivo en los días previos a la salida de un libro que revela las relaciones del diario con sectores del gran capital mundial, y la alianza que tejió con el sector sojero agroexportador para impulsar en nuestro país el regreso a un modelo colonial, sin industrias ni movimiento obrero, con cabida para apenas 15 de los 40 millones de argentinos.

Decidimos provisoriamente “salir de la pantalla” porque la Justicia nos advirtió que, de seguir haciendo uso de nuestro dominio en Internet, se nos aplicará una multa diaria de $500. Como no tenemos los recursos para hacer frente a esa eventual erogación es que optamos por aceptar la orden judicial.

Se nos ocurre que si hubiera que escribir el guión de esta historia para llevarla a la pantalla, la primera imagen que aparecería – trillada y todo – sería la de un ring.

En un rincón nos vemos a nosotros mismos… Con toda la fuerza espiritual y las ganas de seguir revelando qué pasa en el lado oscuro de la luna (en el lado oscuro de Clarín).

Y eso, aunque no tengamos ni la estructura ni el poder mediático que se necesitaría para confrontar con posibilidades de éxito.

En cambio, en el otro rincón vemos la opulencia de los poderosos, su soberbia.
No hay equivalencia posible.

Estamos hablando de dos categorías morales totalmente antagónicas. Pero no nos importa, aceptamos el desafío.

Porque a nosotros nos empuja no sólo una actitud virtuosa, sino la gran fuerza moral de millones de argentinos que, cada uno en su puesto de combate, también salen a pelearla todos los días contra quienes pretenden someterlos.
Por eso nos vamos a parar en el centro del ring.

Y como ocurriera el año pasado, en medio de los aprietes de los Kirschbaum, los Roa, los Blanck y otros para no dejarnos expresar nuestras ideas y pensamientos, allí intercambiaremos golpes otra vez…

Hoy estamos nuevamente fortalecidos por el apoyo y la solidaridad de miles de blogueros compañeros y hermanos; de una fabulosa cantidad de colegas que desde sus publicaciones escritas o programas radiales de FM’s barriales están alentándonos a no abandonar la lucha; de dirigentes sociales; de estudiantes; de trabajadores de fábricas y hasta de centros de jubilados.
Del pueblo, en una palabra.

En cambio, mírenlos a ellos… Dan pena: achanchados de tanta gula, con sus arterias tapadas por la grasa del dinero que se engullen. Je…, los amantes de la libertad se convierten en violadores…

Pero en fin, la Justicia dirá cómo sigue la confrontación.

Nosotros no bajamos la guardia y de última, si el gran gurú de la prensa independiente logra imponer la censura, seguiremos en la lucha.

Y seguiremos desafiando al Grupo aunque cambiemos un poquito la pregunta: ¿Qué te pasa, Clarinete?

Nac & Pop, 07 – 08 – 09

La Quinta Pata

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