Con esas palabras una militante popular describe el trabajo de Florencia Vespignani. Gráfica Política se suma a la Colección Ideas Visuales, por medio de la cual la Editorial El Colectivo publica libros de imágenes cuidadosamente elaborados, que al igual que el resto de su producción apunten a despertar la reflexión y la acción. El libro se presentará el viernes 21 de agosto, a las 19 hs. en MU, punto de encuentro, Hipólito Yrigoyen 1440, a dos cuadras de Plaza Congreso, Capital.
En este caso, las 108 páginas color de calidad ilustración dan cabida a 74 obras y diversas reproducciones, acompañadas por textos que reflexionan sobre la obra de Florencia a cargo de diferentes referentes de la política y la cultura.
Los trabajos de Flor
Vicente Zito Lema
Ante mis ojos los trabajos de Flor. Me emocionan. Me interrogan. Otra vez el enigma: ¿cómo pueden la belleza y la tragedia dormir en la misma cama? ¿Pueden volar las aves hechas de luz en los bosques sombríos...?
La cuestión social y la cuestión estética no pueden superar el dilema, la naturaleza de su vínculo ya es un dilema. Así se dirá, con mayor o menos inocencia y escaso optimismo, con más clara o más oscura entonación en la voz que desgarra primero el aire y después el papel, y más tarde las sábanas, allí, ante nuestro humano cielo, donde una criatura nace y donde un hombre y una mujer que se han amado mueren, sin memoria de la lluvia, de mala manera, con los ojos para siempre abiertos, igual que el horizonte…
Así lo sentimos ayer y así volvemos a sentirlo hoy, aún con pies más fríos, frente a los trabajos de Flor: hay cuerpos tristes que se ahogan en el río; hay cuerpos felices que jamás dejarán de ser el río…
O sea: hay artistas que se alejan temerosos de la vida, y se ahogan –ellos y su arte– buscando su rostro en el fondo de las aguas. También hay artistas, del temple de Flor, que se dejan llevar junto a Dionisius por las correntadas de la vida, y besan y abrazan la vida, toda la vida, por ejemplo la más humilde y despreciada hojita de vida, hojita en el tembladeral de la vida, aunque de pronto la vida tenga los labios de la muerte. (Todo lo que digo nace de la obra de Flor, vean bien sus trabajos…).
Es que la muerte en nuestros tiempos –en la estructura material de nuestros tiempos, donde el mercadeo atrapa en las almas su mayor pasión–, no se disfraza con túnicas negras ni dialoga con una calavera escénica sobre el ser o no ser de la existencia. Se muestra aguda y diurna la muy canalla, impía y procaz en los cuerpos del hambre y del dolor, en todas las violencias con que el Poder convierte a la criatura humana en un territorio desvastado por el canibalismo y el afán depredatorio de una clase social. ¡He ahí la vera crueldad!
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