domingo, 13 de septiembre de 2009

Daños colaterales de la radiodifusión

Eduardo Tagliaferro

El debate por la ley de medios puso fin a la tregua del peronismo en Mendoza y tiene en jaque a su gobernador.

El gobernador mendocino Celso Jaque se enfrenta a un fantasma con el que nunca hubiera querido lidiar: su vicegobernador, Cristian Racconto. No lo atemorizan tanto las virtudes o habilidades de este joven arquitecto que ingresó a la política en la elección de 2007 con el visto bueno de Jaque, la bendición de la Iglesia católica y la del multimedios mendocino Grupo Uno, sino que el enfrentamiento pone fin a la tregua peronista que lo llevó al gobierno. La ley de medios impulsada por el kirchnerismo es la divisoria de aguas de una pelea que aunque se realice en sordina – como todas las internas en las que hay mucho poder en juego – ya no tiene marcha atrás posible.

A pesar de las vacilaciones que lo llevaron a desdecirse durante toda la semana y de que ahora niegue el uso de la Legislatura provincial a quienes desde el lunes discutirán en audiencia pública la nueva ley de radiodifusión, Racconto es calificado como “el Cobos de Jaque”.

El domingo pasado, consultado sobre el proyecto K que se está meneando en la Cámara baja, el vicegobernador mendocino dijo que “el Congreso debe tomarse todo el tiempo que sea necesario”. Un día después, luego de que Jaque y la conducción del PJ local se alinearan con el kirchnerismo y afirmaran que las declaraciones de Racconto habían sido malinterpretadas, el funcionario dio marcha atrás y declaró: “No podemos esperar que asuman los nuevos legisladores”. No hay que aguzar los sentidos para percibir la trama de presiones que rodean a los peronistas que están al frente de la gestión provincial. Cercado por los desaciertos y por una economía que todos los meses lo obliga a un sinfín de malabarismos para pagar los sueldos estatales, el gobernador se rindió ante la Casa Rosada. Su decisión también le puso fin al equilibrio peronista.

Jaque llegó al gobierno después que los dos principales jefes del peronismo mendocino sellaran una tregua, una pax romana, que incluso les permitió algo impensado: triunfar sobre la concertación kirchnerista de Julio Cobos y sobre la estructura orgánica de la UCR. Los comandantes desde las sombras son viejos compañeros. El asesor kirchnerista Juan Carlos Mazzón y José Luis Manzano, se conocen desde los tiempos de Guardia de Hierro. Ambos aprendieron a amar a Perón en aquella fracción de la derecha peronista que tomó su nombre de una organización fascista rumana que se apagó con el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Desde 2005, Manzano y Mazzón pelean por el control del peronismo, por la apropiación y organización de los referentes territoriales. Los caciques municipales habían liderado el PJ local desde 1995. Año en el que José Octavio Bordón les dio un golpe mortal al llevarse al Frepaso a los mejores cuadros intelectuales y políticos.
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Desde 2005 los dos ex amigos y compinches son la cara invisible de cada uno de los dos sectores que disputan el predominio peronista en la provincia. Al intendente sanrafaelino Omar Félix se lo identifica con Manzano y al intendente de Maipú, Adolfo Bermejo, con Mazzón. Ambos fueron la cara visible de cada sector. Ni Félix, ni Bermejo, daban para enfrentar a los candidatos de Cobos y del radicalismo en 2007. Jaque fue la síntesis. El pasado del verbo marca el actual momento político del peronismo en Mendoza.

No es casual que Manzano le haya pedido prudencia a su socio comercial Daniel Vila, cuando le tocó hablar frente al gobierno provincial en el acto de inauguración de las nuevas instalaciones del Grupo. La mitad del gabinete abandonó el palco mientras Vila criticaba la iniciativa K de medios. Es sabido que la negociación es el motor de la práctica política de Manzano. A pesar de sentirse amenazado por la nueva ley de medios del kirchnerismo, el ex ministro de Carlos Menem no quiere dinamitar los puentes. De hecho la versión de su regreso a la política fue una señal de alerta, y no más que eso, dirigida a los hombres de Mazzón en el gobierno de Jaque.

“No hay mucho espacio en una opinión pública muy apegada a los valores sanmartinianos como la mendocina para que un ex político regrese a la política después de convertirse en un empresario acaudalado”, confió a este diario un importante dirigente que desde Mendoza llegó a las grandes ligas.

La política mendocina está abandonando su estilo florentino. Todo parece volverse más frontal, más descarnado. El titular de la Cámara de Diputados provincial, Jorge Tanús, se hizo eco del reclamo de un grupo de legisladores y habilitó la audiencia pública que comenzará mañana. Le costó caro. No sólo enfrentó una cachetada de la conducción oficial de su partido sino también un deterioro físico que le produjo un episodio de sangrado.

Para Manzano y para Mazzón es mucho lo que está en juego. “El ingreso de las telefónicas en el negocio sería un golpe mortal para el Grupo Uno. Las telefónicas son las únicas que tienen la infraestructura instalada para dominar en poco tiempo el servicio del cable televisivo”, señala a este diario el mendocino que habla pidiendo reserva de su nombre.

A esa embestida le responden también con munición gruesa. Nuevos y antiguos casos de corrupción dominan la portada del diario Uno. Entre ellos el que involucra a la diputada nacional Patricia Fadel. Un claro golpe al corazón de Mazzón.

Crítica Digital, 13 – 09 – 09

La Quinta Pata

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