Marcelo Padilla
Estupefactos, sorprendidos, en silencio, anonadados, pasando vergüenza, argentinos, símil europeos, antárticos, vanidosos, embusteros, destructivos, criticones, aduladores, individualistas. ¿Más argentinos que nunca?
Ojalá no quedemos fuera del mundial de Sudáfrica. Por varios motivos: porque sería un invierno aburridísimo. Porque se aprovecharía desde el oportunismo político hacer leña del árbol caído. Porque…no sé bien porqué. Ojalá no quedemos fuera. Pero si sucediera, nos lo tenemos bien merecido como sociedad. Construyendo ídolos y matándolos. Somos una sociedad de jíbaros. Adoramos al diego y lo odiamos, “que no hable”- decían años atrás- cuando al diego le ponían los periodistas el micrófono. Justo a él le querían prohibir que hable, un tipo que se animaba a decir un par de cosas incómodas para el establishment.
Nadie ganó nada como DT de la selección desde el 86 como para apuntarle hoy a Maradona con todo ese odio, hacen fila pa` matarlo. Y sí, la selección juega para el mismo orto y qué. Nunca me interesaron los equipos que se arman con europeos. Messi es catalán muchachos. Desde los 13 años que vive allí el pibe de oro. Y es una marca-empresa en sí mismo.
Ya ni se siente la camiseta porque el país transmite lo que los jugadores transmiten, lo que el público transmite. Verón fue un inglés y Messi es catalán. Falta un poco de garra charrúa y juego asociado brasileño. Hoy no somos nada. ¡Joder! Ya ni me calienta la selección, once pelotudos multimillonarios bien peinados que viven de botineras y publicidades pelotudas.
¡Que se vayan al carajo a hacer guita a Europa y ya!, que armen fundaciones para dos niños pobres y se dediquen a la publicidad. Me cansaron, pero no me deprimieron. Ya ni eso me causan. Y nos odian, todos odian. Se nota, se notó. Porque nuestra constitución biológica trae la soberbia en la sangre y la sudamos. Por no querer ser nunca latinoamericanos, nos odian.
Habría que prohibir que un jugador argentino que juegue en Europa vista la casaca nacional. Porque no la sienten. Y para sentirla hay que ser nativo, vivir las penurias cotidianas. Si somos un desastre así, ¿Porqué no armar un equipo con jugadores del campeonato de primera y del Nacional B? al menos pondrían más huevos, imagino.
El Diego tiene que terminar la experiencia porque se lo merece. Nos dio demasiado para pagarle con tamaño odio. El país se desguaza y eso se nota en la cancha.
MDZ Online, 10 – 09 – 09
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