sábado, 19 de septiembre de 2009

Si no fuera por…

Estuvimos leyendo la carta de nuestro ex-gobernador, a la sazón vicepresidente en ejercicio de la oposición como dice Zaiat y queríamos compartir algunas reflexiones con Uds. que fueron surgiendo mientras chatéabamos con el Inge.

"Alguien tiene que ceder", es el título de la carta que hizo pública nuestro Vice, entre sus párrafos podemos encontrar lo siguiente:

(…) En 26 años de continuidad democrática nos ha costado mucho consolidar políticas que tienen como meta el bienestar de la población. Hoy, lo prioritario es que a ningún argentino le falte seguridad, salud, trabajo y educación.

Hoy la inseguridad no reconoce límites. Debemos combatir en forma efectiva el flagelo de la inseguridad, trabajando todos los poderes del estado y sus dependencias, en forma conjunta y comprometida, para aplicar una política integral de seguridad.


Podemos recordar las épocas en que el gobernador vivió atribulado por los problemas de seguridad, a punto tal que desfilaron por esa cartera más de 5 ministros y ante el reclamo de los vecinos por la falta de respuesta del gobierno en materia de seguridad, nuestro “mi voto es no positivo” se desmayó.

Debemos dar respuesta inmediata a las carencias en el área de salud, porque es rol indelegable de quien gobierna, otorgar todas las herramientas necesarias a la ciudadanía para que goce de un sistema de salud efectivo y de calidad.

El sostenimiento y generación del empleo debe ser prioritario y debe partir de un análisis realista del mercado, estableciendo un compromiso social entre todos los sectores involucrados. La desocupación o subocupación genera vulnerabilidad social.


Naturalmente el ex-gobernador de Mendoza no recuerda el triste papel que hizo desde el punto de vista de la gestión económica, lo que hizo que en primer lugar se acercara al gobierno nacional de Néstor Kirchner en busca de su apoyo.

Así continúa con su carta diciendo hipócritamente:
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Actualmente, la pobreza y sus problemas concomitantes nos conmueven y preocupan. Se la cita en discursos, en debates parlamentarios, en plataformas electorales, se dan cifras: si es el 40, el 30 o el 15 %. Los pobres y los indigentes no son estadísticas son personas que sufren, que padecen, que no acceden a la educación, a la salud, al trabajo. Tomemos a la problemática de la pobreza como eje de este problema estructural de un Gran Consenso Nacional. Ponerlo como eje, para no solo establecer como meta achicar la brecha de ingreso, sino también la brecha del conocimiento. La brecha de ingreso se achica con una adecuada distribución de recursos, la del conocimiento requiere cambios estructurales en nuestro sistema educativo y tiempos que superan más de una gestión de gobierno.

Hay que tener en cuenta que este discurso viene de parte del político que consiguió que no se aprobara la resolución 125, que hubiera permitido obtener fondos legítimos de un sector que se enriqueció astronómicamente gracias al esfuerzo de millones de argentinos que soportamos el tipo de cambio. Al votar contra la resolución se puso objetivamente de parte de los poderosos que brindaron con champán.

La pobreza también tiene que ver con la calidad institucional, porque esta garantiza los controles necesarios para tener educación, salud, vivienda y distribución del ingreso. En los últimos días hemos visto como la falta de controles puede afectar la salud de trabajadores que confiaron en su obra social.

Frase que viene a ser algo más que la cúspide del cinismo teniendo en cuenta esto, como por ahí se dice parole, solo parole, porque a la hora de la verdad, entendemos por qué Julio Cleto Cobos quiere mandar el proyecto de ley de SCA que obtuvo media sanción en diputados a 5 comisiones para retrasar en lo posible su discusión.

En educación se deben establecer – y sostener en el tiempo – políticas de estado (acá y acá), porque los cambios en esta materia demandan tiempos distintos a la dinámica social. La mejora de la calidad educativa requiere establecer prioridades: chicos en la escuela y maestros que enseñen en ella. Los procesos de transformación educativa vividos en Argentina, provocaron el vaciamiento de contenidos en las escuelas y las mismas se llenaron de programas y proyectos. Los resultados de las evaluaciones de calidad educativa, tanto nacionales como internacionales, han demostrado que la aplicación de esta política ha degradado la formación de nuestros estudiantes. Habrá entonces que recuperar las horas perdidas en Lengua, Matemática, Historia, Geografía y Ciencias, entre otras. Hay cosas sencillas que producen grandes impactos, como asegurar a cada chico la tenencia de un libro, como dar prioridad a la doble escolaridad en las zonas de vulnerabilidad social. Debemos implementar los controles necesarios para garantizar el cumplimiento de la obligatoriedad de la enseñanza, un chico no puede estar en la calle, debe estar en la escuela.

A ver si nos comprendemos, todo lo que reclama el Cleto fracasó o no lo impulsó como gobernador en nuestra provincia, ¿me eeentiendeee?

Mate & Sopaipillas, 18 – 09 – 09

La Quinta Pata

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