domingo, 4 de octubre de 2009

Cleto Cobos, el más moralista de los inmorales

Natalia Brite

El “vice” argentino es amigo de represores de la dictadura, desconoció la ley de su provincia para beneficiar al Grupo Clarín, manipuló licitaciones a favor de empresarios dudosos, como José Luís Manzano, Daniel Vila y Francisco de Narváez. Muy católico. Algunas dudas sobre sus facultades psíquicas.

Fermín Cobos era un peronista devoto, tanto que sufrió un infarto producto de la conmoción que le generó la muerte del presidente Juan D. Perón, en 1974. Meses atrás, había asumido el cargo de tesorero del gobierno “montonero” en Mendoza, a cargo de Alberto Martínez Baca. Pero el protagonista de esta nota no es don Fermín, sino su hijo, quien asegura haber tenido una infancia de barrio y de no mucha abundancia.

Julio César Cleto Cobos es muy católico y un disciplinado deportista; parece buscar siempre el “orden natural” de las cosas y resaltar la importancia de “valores morales”. Con base en ese marcado posicionamiento ideológico, pretendió siempre ser reconocido en el justo lugar del equilibrio, como el hombre del “consenso”.

Nació en Mendoza, el 30 de abril de 1955, el año del ocaso de la segunda presidencia justicialista, el de los bombardeos de las fuerzas militares sobre la Plaza de Mayo. Nació el mismo mes en que tomaba forma la conspiración política opositora que preparó el golpe cívico-militar que, solo unos meses después, llevaría al presidente Perón a un exilio de 18 años, proscripción mediante.

En Mendoza gobernaba Carlos Horacio Evans, apegado a las políticas peronistas de la época: en su gestión se habían estatizado las reconocidas Bodegas y Viñedos Giol. Este perfil “populista” le valió que la autodenominada Revolución Libertadora lo sacara del sillón de San Martín y lo pusiera en una celda. Se podría decir, aunque solo es un dato casual, que las tramas conspirativas y destituyentes aparecen en la carta natal del protagonista de esta historia.

Durante su adolescencia se transformó en el cadete Julio Cobos, cursó toda su educación secundaria en el Liceo Militar General Espejo – institución que ha formado a varios dirigentes de reconocida trayectoria en Mendoza. Esto explica que tiempo después fuese uno de los más fervorosos defensores de estas instituciones, cuando la actual Ministra de Defensa argentina, Nilda Garré, analizó, en 2006, la clausura de los liceos militares como ámbitos de formación.
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Era un estudiante universitario de 23 años, cuando Cleto fue llamado a cumplir sus compromisos militares en el conflicto argentino-chileno de 1978 en el marco de las disputas limítrofes en la zona del Canal de Beagle. Estuvo en el Paso El Pehuenche, frontera entre Argentina y Chile a la altura del sureño departamento de Malargüe, Mendoza.

Hay algunos detalles de la vida personal del vicepresidente que dibujan su perfil político. Uno de ellos es el tono en que habla de sí mismo. Verbaliza un cierto desfasaje entre su función pública y su persona: en más de una ocasión, fundamentalmente en conversaciones con la prensa, Cobos se ha auto mencionado con frases al estilo de “este gobernador” o “el vicepresidente”.

Dejemos a los especialistas en psicología la interpretación de este comportamiento. En 1997, junto a varios amigos – entre ex funcionarios suyos y compañeros del Liceo Militar – fundaron un grupo de deportes: “Mendoza Marathon Runners”.

El periodista y escritor Mauricio Munno recupera un extracto del texto fundacional de este grupo, en su libro “Un vicepresidente en la alcoba”: “trotamos porque creemos en las virtudes del ejercicio físico y estimamos la práctica habitual de ellas como una fuente de virtudes morales”. Manifiesta, una vez más, su “preocupación” por la integridad moral y espiritual en una entrevista brindada a la revista Caras.

Allí hace referencia, entre otros temas, a la concepción y organización familiar. Cobos aclara: “Me quedé con las ganas de un hijo más (…) pero era tiempo de los nietos. Aunque aún no espero que me den la sorpresa, porque mi deseo es que cada uno de mis hijos, primero se ubique en la vida”. A continuación hace la siguiente afirmación: “Un país es una gran familia, donde los habitantes son los hijos y uno los tiene que dirigir y administrar (…) la célula de la sociedad es la familia”. Cobos, confeso adscrito al catolicismo, se casó con Cristina Cerruti, ferviente practicante religiosa.

El Ingeniero en Construcciones, egresado en 1979 de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Regional Mendoza, se afilió a la Unión Cívica Radical (UCR) en 1991. Comenzó su carrera política en 1994. Ese año fue Secretario de Urbanismo y Vivienda de la Capital de Mendoza, designado por el intendente radical Roberto Iglesias, quien luego fuera su antecesor en la gobernación de la provincia cuyana.

En 1997, Cleto Cobos ganó el decanato de la universidad en la que se graduara. Quien ejercía el cargo hasta ese momento era el radical Ernesto Bustelo, y su contrincante en esas elecciones fue el dirigente comunista Enrique Tarditi. Pero en esa disputa electoral, quien contó con el apoyo del decano saliente y de la Franja Morada, ala estudiantil del partido radical, fue Tarditi.

Munno reseña en su libro que Bustelo era poco afecto a Cleto por un episodio que ambos protagonizaron, y que tiene alguna similitud con la famosa y reciente madrugada del “voto no positivo”.

Hacia finales de la década de 1980, en la UTN se había realizado una investigación que descubrió que directivos de esa facultad habían servido de informantes a las fuerzas militares durante la última dictadura. Ya en democracia, los denunciados se postularon a cargos electivos de la casa de estudios. Como era de esperarse, el Centro de Estudiantes opuso una fuerte resistencia y el caso llegó a discutirse en el Consejo Directivo.

Cobos era miembro docente de ese órgano, al igual que Bustelo en su calidad de decano. Al llevarse el caso a votación, Cleto se abstuvo y generó un empate entre la posición democrática y la del “perdón”. Finalmente la máxima autoridad de la facultad debió desempatar. Logró que los informantes de los golpistas no se reciclaran en democracia, pero quedó fuertemente marcado por la abstención no ingenua de su correligionario.

Cleto, finalmente, fue el decano de la UTN de Mendoza hasta 2001, y reelecto por el periodo 2001-2005. Entre diciembre de 1999 y diciembre de 2000 pidió licencia de su función para desarrollar tareas como Ministro de Ambiente y Obras Públicas provincial, acompañando nuevamente a Roberto Iglesias, esta vez gobernador.

Tarditi aportó a APM un dato más. Durante su gestión universitaria, “Cobos logró que los estudiantes no pegaran carteles dentro de la facultad, de modo de que se vea ordenada y limpia”. Con esa medida, pretendía anular las controversias políticas en los pasillos. El docente consultado vincula este tipo de acciones con el “vacío consenso” del que tanto habla por estos días el vicepresidente.

Hasta 2003, Cobos esbozó sólo una tímida imagen como dirigente. No había enfrentado aún ninguna contienda electoral en la interna radical ni en comicios generales. Pero ese año, Iglesias se empeñó en promocionarlo como su sucesor.

Se mostró a Cleto casi como un ciudadano común, radical pero no muy partidario. Esto mismo, la aparente no organicidad, le valió ser resistido por algunos correligionarios, que hasta plantearon que la propuesta de Iglesias era un capricho.

Finalmente, Cobos fue el candidato en las elecciones de octubre de 2003, y ganó las elecciones como cabeza de una coalición entre la Unión Cívica Radical y sectores de la derecha conservadora, entre ellas el partido Recrear, liderado a nivel nacional por Ricardo López Murphy.

Este acuerdo fue resultado del apoyo explícito que Cobos le había manifestado meses atrás al fugaz ministro de economía de Fernando De la Rúa en las presidenciales de ese mismo año.

Se reconocía como parte de una estructura partidaria con más de 100 años de historia, pero advirtió que el particular clima de época estaba signado por el descrédito de los partidos tradicionales y la emergencia de un discurso de tinte progresista. Estaba al mando del ejecutivo mendocino cuando comenzó a estrechar relaciones con el presidente Néstor Kirchner. Desde ese momento, el gobernador mendocino se postuló como referente del denominado “radicalismo K”, es decir, el ala de la UCR que se montó en el intento kirchnerista de crear la Concertación o Transversalidad, cuyo eje aglutinador de las diversas extracciones políticas giraría en torno al proyecto nacional.

Kirchnerista pero conservador. Mientras gobernador y presidente tendían a la convergencia, en sus modelos de gestión no se veían reflejados los supuestos acuerdos políticos. A nivel nacional se ponderó una política de respeto por los derechos humanos, y en Mendoza las condiciones de vida infrahumanas que se vivían en las cárceles, los casos de abuso policial y gatillo fácil, y la confrontación con los sindicatos, eran moneda corriente.

Algunos ejemplos
En la apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura provincial, el 1 de mayo de 2007, el entonces gobernador Cobos apeló a conceptos de mano dura para tratar los problemas de inseguridad. En su discurso, marcadamente autoritario, anunció: "vamos a privilegiar la vida por encima de las leyes" para combatir el delito y consideró que "hay que trabajar en la prevención, así sea poniendo límites a los derechos".

Además, varios de sus funcionarios han sido centro de denuncias por diversas declaraciones repudiables que formularon. El ministro de Justicia y Seguridad, Roberto Grillo, acusó a los abogados de derechos humanos de ser poco más que una PYME, que pretende sacarle plata al Estado. Mario Campos, subsecretario de Seguridad en 2004, tildó a un periodista que lo estaba interpelando de “negro de mierda”.

Una más: entre los nombres cuestionados que aparecieron en la gestión cobista, Munno destaca el de Luís Stuhldreher, director de Logística del Ministerio de Seguridad, entre los años 2003 y 2005. Cobos conocía a este militar retirado porque lo tuvo como instructor en sus días de liceísta. También conocía a este personaje el dictador Jorge Rafael Videla, quien, a pocos días de instaurarse el golpe cívico militar genocida, firmó la designación de Stuhldreher como intendente militar del departamento de San Rafael. En 2007, el juez Federal Héctor Acosta pidió la detención del ex funcionario cobista por estar acusado de delitos de lesa humanidad.

En la relación con la clase trabajadora, la gestión Kirchner relanzó la discusión por el salario mínimo vital, y reactivó los convenios colectivos de trabajo. Pero durante el mandato de Cleto los empleados judiciales sufrieron el denominado “desenganche”. Se trató de una disposición legislativa impulsada por el radicalismo y que dejó sin efecto el mecanismo de actualización salarial de los trabajadores, que estaba atada al incremento en los haberes de los jueces.

En una reciente nota, el periodista Horacio Verbitsky recuerda otro momento de la gestión Cobos en Mendoza: “Cobos y su ministra de Economía, Laura Montero, licitaron once áreas petroleras. La oferta más alta la presentó la UTE (Unión Transitoria de Empresas) encabezada por Oxipetrol. Las ofertas siguientes correspondieron a empresas del trío Manzano-Vila-De Narváez –conocidos empresarios de la concentrada corporación mediática – más el empresario patagónico Cristóbal López. Pero Cobos anuló la licitación. En la segunda convocatoria, ya con la oferta de Oxipetrol conocida, Manzano y López mejoraron las suyas y resultaron los principales adjudicatarios.

Otra, y van…
Desde hace años existe en Mendoza el Fondo de Financiamiento de Inversiones Públicas y Privadas para la Transformación y el Crecimiento. Su objetivo declarado es “brindar asistencia crediticia a las pequeñas y medianas empresas” y apoyar proyectos de desarrollo ganadero, agroindustriales, mineros y de colocación de malla antigranizo para zonas cultivadas”. Pero durante el gobierno cobista, se prestó más de 10 millones de pesos al Grupo Clarín, accionista mayoritario del centenario diario Los Andes, para importar una rotativa alemana. Este préstamo superó 58 veces el tope estimado por el organismo.

Vicepresidente, pero opositor
Definitivamente, no impulsó un proyecto provincial en sintonía con el nacional, pero fue el candidato oficialista a vicepresidente. El 28 de octubre de 2007 fue electo en la fórmula presidencial Cristina Fernández-Julio Cobos.

Casi en ese mismo momento comenzó a despedazarse la delgada membrana que cobijaba a Cleto en el mismo proyecto del kirchnerismo. Desde entonces se transformó en la esperanza destituyente de una atomizada oposición política que intenta aglutinarse al calor de la corporación mediática.

Es vicepresidente, pero votó contra su propio gobierno. El jueves 17 de julio de 2008 se produjo una sesión de más de 18 horas en la Cámara de Senadores en la que se trató el proyecto de ley – que ya tenía la sanción de los Diputados – que ratificaría la resolución 125. Esta normativa tendía a regular los derechos de exportación del Estado nacional sobre la producción agropecuaria. Por supuesto que el tema irritaba a las patronales agrarias, y la oposición política y mediática se habían sumado a este frente reaccionario. La votación terminó empatada en 36 votos, por lo cual el honorable presidente de la Cámara de Senadores de la Nación (léase Cobos) se vio obligado a desempatar la discusión. Como no podía ser de otro modo, y para ser fiel a su historia de paradojas, votó en contra de la sanción.

Desde entonces se lo puede escuchar repitiendo mecánicamente los valores políticos del término “consenso”. Desde ese lugar pretende anular la posibilidad de reabrir las discusiones sectoriales y sostener determinados privilegios a favor de las clases más acomodadas. Fue también desde esta acepción posmoderna del consenso que encabezó el armado político de un frente opositor al gobierno nacional – que, sí señores, él mismo integra como segundo al mando – en las elecciones legislativas de junio pasado, cuyos resultados lo ubicaron como una clara referencia del frente opositor para la tarea de restaurar el orden conservador en Argentina de cara a 2011.

APM, 01 – 10 – 09

La Quinta Pata

1 comentario :

Anónimo dijo...

desgraciadamente hay mucha gente que cree en esta imagen "moralista" viéndolo como un salvador, ¿de que? ni siquiera sostiene convicciones interesantes mucho menos progresistas.
quien traiciona una vez lo continuará haciendo.
la desesperanza confunde y sumerge las mentes en la mediocridad,
difícil, muy difícil tarea conseguir que los ciudadanos aprendamos a aprender quienes nos gobiernan.
nada más triste y vergonzoso que la tibieza con la que esta gente nos gobiernan.

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