Norberto Ganci
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Se me ocurre pensar que estamos presenciando una de las mayores disputas por el poder, como nunca antes en la historia, pero no una disputa signada por las armas convencionales, al menos no por ahora…
Las ideas son la clave de esta contienda, las ideas acompañadas de propuestas y estrategias.
Las ideas como actores fundamentales ante los mezquinos intereses corporativistas.
Sí, estamos ante una de las batallas más grandes por el control.
Quien debe ejercer el control, es en definitiva la columna vertebral de esta pelea; y es el control de las voluntades, de las individualidades, de las preferencias.
Cómo pensamos, actuamos, decidimos, debería ser potestad de cada uno de nosotros pero, silenciosa e inteligentemente nos han inoculado las pretensiones de otros, para los fines de otros.
Nos han hecho creer en la falsedad del “gusto popular”, instalando meros productos mercantilistas disfrazados de sociedad.
Más aún, han tenido incidencia en la elaboración de elementos vinculados a la formación intelectual, y de esa manera, utilizando viejos y renovados métodos, direccionar cada una de las actitudes individuales en beneficio de un sector minoritario de poder.
La vergonzosa injerencia que han tenido, y tienen, los monopolios comunicacionales, para manipular inescrupulosamente nuestra existencia, debe llegar a su fin.
Leer todo el artículo No podemos continuar permitiendo semejante atropello a la libertad.
No podemos, con nuestro silencio e inacción, avalar la irracionalidad.
No podemos aceptar, bajo ninguna excusa, las amenazas que sectores promueven si es aprobada la nueva ley de medios audiovisuales. Amenazas que anuncian tirar por la borda el producto de años de lucha de sectores realmente populares, de sectores sociales. Esos sectores que siempre, pero siempre, se han visto marginados de los circuitos comunicacionales, sencillamente porque “no son negocio” o “no son redituables”.
Es urgente una actitud madura de parte de toda la sociedad, actitud que demuestre el haber aprendido a defender nuestros espacios de libertad.
Volvemos a recordar la actitud asumida por esos sectores de poder en determinados momentos de nuestra historia; desde el “algo habrán hecho” y “los argentinos somos derechos y humanos”, al “somos todos el campo” son una pequeña y odiosa muestra.
Sinceramente no me extrañaría encontrarme en la calle con un delibery portando en su canasto una leyenda como “todos somos clarín” o “todos somos condena tres”.
Jamás hemos visto asumir a esos grupos de poder semejante desparramo de artillería mediática, nunca… ¿o asumieron oportunamente una determinante posición respecto de Maximiliano Kosteky y Darío Santillán? ¿Exigieron con sus portadas la aplicación de la ley por el caso Fuentealba? ¿Intimaron a los sectores involucrados para que aparezca Jorge Julio López?
Me gustaría poder ver en la calle, alguna vez, a ilustres ciudadanos manifestándose diciendo por ejemplo “todos somos docentes” o “todos somos indigentes”.
¿Podremos alguna vez asumir que la mendicidad del otro me pega de lleno en la indiferencia y abolla mi alma en su mezquindad?
Aunque no lo parezca, de eso también se trata esta puja por el poder, el control de la voluntad para poder verme en el otro y comenzar a avergonzarme por no responder ante la necesidad.
*Director de El Club de la Pluma
El Club de la Pluma, 07 – 10 – 09
La Quinta Pata
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