sábado, 3 de octubre de 2009

Una reflexión ibseniana

Federico Mare

Quererlo todo no significa despreciar lo poco o mucho que se logra cuando no se lo puede todo. Significa no resignarse de antemano a la parte, ansiar la plenitud. Poco es mucho cuando se lo ha intentado todo, y mucho es poco cuando el esfuerzo no está a la altura de la voluntad. La medida de la subjetividad revolucionaria no está en los avatares del resultado, sino en la lucha misma, como lo entendía Ibsen. La disyuntiva del todo o nada no es, como se cree comúnmente, un "extravío" de la conciencia revolucionaria, sino la coartada del nihilismo: "como todo no se puede, mejor no hago nada". Aun cuando no se pueda todo, incluso cuando la nada parezca doblegarnos, hay que intentarlo todo. Pueden privarnos del goce de la libertad, cierto; pero nunca de la dignidad de luchar por ella, aun en la derrota. Hay allí, como bien supo advertir Camus en El mito de Sísifo, una razón más que suficiente para querer seguir viviendo. Por lo demás, cuanto más se quiere y más se hace, más se consigue; y cuanto más se consigue, menos lejos se está del todo.

La Quinta Pata, 03 – 10 – 09

La Quinta Pata

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