domingo, 15 de noviembre de 2009

Kurdistán, la autonomía que nunca tuve

Alejandro Haddad
(desde Kurdistán Norte)
El Kurdistán es una región compleja, habitada por un pueblo de pueblos; que habla una lengua y varios dialectos; que viste una ropa de variadas formas; que baila un baile de distintas maneras; que practica una religión que no siempre es la misma. El pueblo kurdo habita un suelo que es propio en el corazón pero no en las leyes. El pueblo kurdo es aunque no lo dejen ser. Para acercarnos un poco a la esperanza que lo mantiene vivo y andando, que venga este “Kursditán, la autonomía que nunca tuve”.

Prohibir un pueblo
“La gloria como una nube
desaparece si miras otra vez.”


Se puede estar de acuerdo en no fumar en lugares cerrados, en conducir con el cinturón de seguridad. Se puede estar de acuerdo en cocinar sin sal, en no utilizar agrotóxicos. Se puede estar de acuerdo en muchas cosas, incluso, se puede estar de acuerdo en no estar de acuerdo con alguna idea. Pero en lo que no se puede estar de acuerdo es en prohibir un pueblo. Porque no se puede estar de acuerdo con las conductas genocidas; a menos que se sea genocida, claro.
Los fusiles otomanos primero y turcos ahora, vienen prohibiendo, desde hace doscientos años, al pueblo kurdo. En estos dos siglos, el pueblo kurdo viene demostrando que un pueblo no desaparece con leyes prohibitivas, porque ha nacido de la vida y la vida, aún dormida, no deja en paz a la muerte.
Primero fue el imperio vestido de imperio. Se llamaba Otomano, del pueblo Otoman. Luego, o sea, ahora, es el gobierno del estado turco. Aunque transformado en república, las ideas de imperio siguen intactas, y con ellas, territorios y pueblos que antiguamente habían sido anexados por el imperio. Entre ellos, el territorio Kurdo y su pueblo.
No obstante eso…
Esperen unos minutos, no puedo concentrarme con tanto ruido… Están sobrevolando aviones del ejército.

Origen y ubicación
“La fama va envileciendo
ese pedazo intacto que queda de ti.”


El origen del pueblo kurdo es incierto. Hay varias posturas en relación a ese tema. Unas dicen que el pueblo kurdo vive en la región conocida como Kurdistán, desde 6 siglos antes de Cristo. Otras dicen que su origen en la región es de unos 3000 años, y otras, más de 12 mil. Otras dicen otras cosas, y otras, como la difundida por el nacionalismo turco, dicen que no existe tal origen, sencillamente, porque el pueblo kurdo no existe.
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Lo cierto, más allá de los resultados de las investigaciones y de las ideologías que lo ningunea, el pueblo kurdo existe antes de las formaciones de los estados-naciones, en las que quedó dividido su territorio.
En el continente americano, los Pueblos Originarios han conseguido con su lucha, que los gobiernos de los países reconozcan su pre-existencia a la conformación de los estados-nación, más allá de conocer el origen cierto de esos pueblos.
Pero, ¿por qué tantas trabas para aceptar la pre-existencia del pueblo kurdo en el suelo que habitan?

El Kurdistán está ubicado en la parte septentrional de Medio Oriente, entre los ríos Tigris y Éufrates. Ocupan las alturas de las montañas de Anatolia y los montes Zagros; de ahí se los conoce como “el pueblo de las montañas”.
Llamamos Mesopotamia a la zona donde se asienta el Kurdistán. Para Europa, es el “Oriente Próximo”, porque está próximo de sus mercados de baratijas, y cercano a sus ideas de dominio.
El pueblo que habita el Kurdistán, es descendiente de los Medos, quienes derrotaron a los asirios en el año 612 antes de Cristo (A.C). Según esta versión que muchos kurdos dicen, la nación kurda, lleva treinta siglos viviendo en esa zona. Aunque, como ya se mencionó, el origen sigue siendo charlado. Sigamos en esta lógica que parece convincente:
Al vencer a los asirios, los kurdos intentan un imperio que será derrotado por los persas en el 550 A.C. Si bien ha logrado vivir en cierta calma durante la edad media, bajo el resguardo de los feudos, desde entonces, desde aquel 550 A.C., el Kurdistán, viene viviendo un periplo de sucesivas dominaciones sin establecerse como nación libre e independiente.
De todos modos…
Aguarden un momento… la policía está haciendo una razzia.

Kurdistán, resistir desde antaño

“Y ni siquiera el poder será
capaz de neutralizar…”


Por los años del siglo 16, el creciente imperio Otomano y su rivalidad con el imperio y Savafavid (persa), convirtieron al Kurdistán en una zona beligerante; en un territorio en disputa por su importancia estratégica, ya que se encontraba en medio de esos dos monstruos militaristas y era el paso hacia Medio Oriente o hacia Europa; según de donde se lo mirase. Además, Kurdistán conserva en su vientre la fecundidad que le dan sus ríos. La pugna terminó por dividir al Kurdistán en dos. Sus fronteras fueron trazadas por los imperios.
Los y las kurdas, eran ciertamente autónomas, dado a que, bajo el imperio otomano, las autoridades de los feudos kurdos eran respetadas. Tan es así, que el imperio otomano “negocia” con los kurdos el paso por su territorio para llegarse hasta las puertas del imperio persa. Sin embargo, la primavera autónoma iba a sufrir socavamiento por parte de los otomanos. Las permanentes, y cada vez más profundas interferencias en sus asuntos internos, terminaron por querer romper esa autonomía. Así es como surgen los primeros levantamientos kurdos contra el imperio otomano, cansados de tanto entrometimiento. Pero la no articulación de las luchas y los sectarismos tribalistas (cuestiones de feudos), convertirían en fracaso los levantamientos de 1806, 1831, 1842, 1855 y 1880.
Sin embargo…
Esperen un momento, no puedo ver bien… Está pasando una comitiva militar.

Kemal “Atatürk” y el unionismo
“…lo que se puede encontrar
bajo una risa feliz…”


A comienzos del siglo 20 surgió una ideología nacionalista que iba a a trasformar el imperio otomano en república e iba a prevalecer hasta el día de hoy. Ese pensamiento-práctico, fue gestado por Mustafá Kemal “Ataturk”, y se propagó rápidamente en una tierra ya abonada por el odio al diferente que generan los imperios. Nace la ideología “kemalista”.
Kemal Atatürk, es considerado el padre de Turquía, ya que, junto a los “Jóvenes Turcos”, derrocaron al rey otomano en 1908, y tomaron el poder prometiendo dar igualdad al pueblo, abriendo un camino de reformas hacia la democracia. Así nació la actual república de Turquía.
Los “jóvenes turcos”, pretendían expandir su ideología, estableciendo el poderío otomano sobre toda Asia Central (el “Pan-Turiano”). Por supuesto, como toda ideología expansionista, la unionista, era racista y chauvinista.
En 1914, y bajo los efectos narcotizantes de realizar el sueño del Pan-Turiano, los unionistas se proponen exterminar a toda aquella persona que no fuese de la nación turca. La cruzada lleva a la persecución, entre otros pueblos, del griego, el armenio y el kurdo. Pero el ejército kemalista no iba a hacer el trabajo sucio. Eso iba a estar reservado para algunas familias kurdas que quedaban del resabio feudal. Así los otomanos se valieron de la desunión kurda para usar algunos de sus brazos como asesinos de armenios.
Durante la primera guerra mundial, un millón y medio de armenios y armenias fueron exterminadas por la práctica de esa ideología. Aunque le buscaron una explicación racional, esa ideología puritana de la raza superior, tan vinculada a Hitler y Mussolini, carecía de toda base científica, y más bien era una cuestión económica. Las masacres perpetuadas contra armenios y griegos, fueron para quedarse con el comercio que estos acaparaban.
Pero el exterminio, no significa, necesariamente, la muerte de los cuerpos y sus colores de piel. Significa también la muerte de su lengua, de sus bailes, de sus ropas, de su música… en fin, de todo aquello que signifique identidad. Entonces, la tarea será asimilar al pueblo, que deje de ser y se haga otra cosa.
Ante tamaña planificación de exterminio, surge, a través de los años, el rumor de que, el propio Atatürk, habría escrito en los años de la década de 1920, que había que darle la autonomía al pueblo kurdo. El rumor sigue explicando que esos papeles fueron destruidos. Pero, como todo rumor, este es incierto. Pareciera que apenas se sostiene por la esperanza que los kurdos le ponen a una salida pacífica a su problema.
Pero además…
Esperen un poco… acaban de cortar la luz.

Un imperio se transforma
“y un sentimiento espiritual
que te aguardan para hacerte
bueno hasta el final.”


En la primera guerra mundial, el imperio otomano es derrotado por las fuerzas británicas y francesas. Luego de esa guerra, y lejos de pretender la autonomía de los pueblos, ingleses y franceses se dividen el botín. La mitad de Medio Oriente para un imperio, y la otra mitad para el otro.
Francia se quedó con Líbano y Siria, mientras que Inglaterra se quedó con Irak y Jordania. En tanto, Persia se transformaría en Irán. Entre tanto, el derrotado imperio otomano, estaba en crisis militar y económica. Es en ese momento, donde el pueblo kurdo pudo haber aprovechado la debilidad otomana, para obtener su liberación y establecerse como nación independiente. Sin embargo, el fuerte rechazo a su independencia por parte de Francia e Inglaterra, sumado a las rivalidades internas, provocó otro fracaso. Al mismo tiempo, los nuevos intrusos tenían otros planes para ellos: la de ser ocupantes tapones entre Europa y Medio Oriente; siendo así, moneda de cambio entre los nuevos países.
Así como el imperio británico colaboró económica y militarmente a establecer en Persia la república de Irán, colaboró en no colaborar para que el Kurdistán sea libre y soberano. Por el contrario, procuró que sigan siendo un estado tapón. Entre tanto y tanto, descubren que en zona kurda hay petróleo. Inglaterra, ni corta ni perezosa, negocia con el naciente estado de Irán el control del recurso. Un motivo más para ningunear al pueblo kurdo.
Sin embargo, en 1918 se firma el tratado de Sevres, siguiendo el Programa de los Catorce Puntos del presidente estadounidense Woodrow Wilson. Según ese tratado, Kurdistán comenzaría a vivir la autonomía tan esperada. Pero sin embargo, hay otro sin embargo. Con los tratados de Laussane y de Ankara, en 1923, Kurdistán pasaría a cobrar la forma fraccionada que tiene ahora, estando el territorio repartido entre Siria, Irán, Irak y Turquía.
Es que los imperios, se discuten, se pelean, pero se ponen de acuerdo, mientras los pueblos siguen buscando en la historia un poco de dignidad.
Sin embargo…
Esperen un segundo, no me dejan poder… está patrullando un camión blindado de la policía.

La lucha que nos dividió
“Las cosas que nunca tuve
son tan sencillas
como irlas a buscar.”


No todo el Kurdistán es igual a todo el Kurdistán. Hay cuatro dialectos que se hablan en el territorio: el Sorani, el Zasakí, Goraní, y el Kurmanji. Y si bien la religión predominante es el Islam sunita, hay alevíes y chiítas. El imperio otomano, hizo de esas diferencias mínimas un conflicto que dura hasta el día de hoy. Otro de los factores que el imperio otomano profundizó, fue la división de las grandes familias que forman feudos.
En los cuatro países en los que está repartido el pueblo kurdo, hay resistencia, pero no de la misma manera, ni con el mismo sustento ideológico, ni la misma práctica ni el mismo objetivo político.
En Irak, los dos partidos predominantes, el Partido Democrático del Kurdistán (PDK), fundado por el guerrillero Mustafá Barzani; y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), escindida del PDK, y fundada por Jalal Talabani, mantienen un enfrentamiento ideológico y territorial.
Durante la guerra entre Irán e Irak, los kurdos fueron víctimas tanto de un ejército como de otro, estando su territorio en medio del fuego cruzado.
En 1996, el entonces presidente iraquí, Sadam Hussein, ordenó al ejército capturar a Arbil, referente de la resistencia kurda apoyado por Irán. Por su parte, Bill Clinton, presidente de los Estados Unidos de arriba, ordenó dos ataques aéreos dirigidos al ejército iraquí apostado en zona kurda. Otra vez Kurdistán como escenario de la pugna imperialista, kurdos derramando sangre kurda bajo influencia foránea. El PDK Barzani, apoyado por Irak, y UPK Talabani, apoyado por Irán, se trenzaron en una disputa fratricida por el control del norte de Irak.
Pero antes de ese fuego cruzado, entre los 1937 y 1938
Y entre tanto…
Espérense que no puedo concentrarme... Está sobrevolando un helicóptero militar artillado.

Conciencia e identidad para la lucha
“Tuve un árbol pero se secó.
Tuve un niño y entre mis manos creció.
Tuve un libro pero envejeció.”


En los años de la década de 1960, el pensamiento científico marxista, aportó nuevos elementos al discurso kurdo. No se trató de inventarlos, sino de descubrirlos.
Antes, el pueblo kurdo era kurdo, sabían que era kurdo, pero no sabían qué era eso de ser kurdo y ser kurda. Habitaban un suelo, sabían en su intuición que era propio, pero se sentían ajenos. Entonces llegan las preguntas y llega el pensarse a sí mismo para empezar a definirse. Esos planteos llevan al pueblo kurdo a saber que pisan un suelo propio; que allí viven desde antes de que Turquía sea Turquía, y Siria sea Siria, e Irán sea Irán e Irak sea Irak.
Empezaron a saber que su lengua era suya, que tenían una y podían hablarla más allá de las prohibiciones.
El pueblo kurdo, entre otras, llegó a la conclusión que les aseguró que son un pueblo colonizado en pleno siglo 20.
En las arcas de su memoria, descubrieron que tienen una historia de ocupación y resistencia. Que esa historia estaba llena de derrotas por la derrota misma que significa la división. Supieron que manteniendo las relaciones feudales, la libertad y la democracia eran imposibles; que mientras existieran los feudos, la explotación y la dominación seguirían vigentes.
1971 fue un año de revueltas en toda Turquía (donde hay mayor presencia kurda). Las cárceles se abarrotaron de manifestantes kurdos. En los juicios, los fiscales militares negaban la existencia de la lengua kurda, aferrándose a la idea de que el kurdo era un dialecto del turco. Solo lograron que en 1980, todos los detenidos kurdos hablaran kurdo en los juzgados.
Y además…
Disculpen un momento… hay un zumbido de ambulancias que me aqueja.

Se organiza la resistencia, el PKK
“El tiempo se llevó
toda la inocencia que al nacer les dio.”


En las últimas décadas, en el pueblo kurdo nacen distintas organizaciones que intentarán ser guía y sustento de la lucha por su identidad y su territorio.
Entre estas organizaciones la más destacada por su contundencia y adhesión popular, es el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El PKK surge en 1978 de un grupo de jóvenes universitarios del Kurdistán anexado por Turquía. En su origen, el PKK es de ideología marxista-leninista. Basado en esas ideas, el PKK se propone librar al Kurdistán del colonialismo y establecer un estado independiente. Para ello, el 15 de agosto de 1984, un grupo armado encabezado por Abdullah Öcalan realiza su primera acción armada atacando un cuartel turco. Desde entonces, la guerrilla del PKK sigue afincada en las montañas que cosquillean las fronteras de Irak, Irán y Turquía.
El líder del PKK, Abdullah Öcalan ha sido encarcelado en 1999 después que agentes de la CIA lo capturaran en Kenia, luego de un largo periplo que comenzó por su expulsión de Siria. La agencia de inteligencia norteamericana, lo entregó al gobierno turco como gentileza de la casa. Desde entonces, Öcalan purga una condena perpetua, solo, en la cárcel de Imrali, ubicada en la isla del mismo nombre. La pena fue cuestionada por el propio tribunal de la Unión Europea, por haber estado fundada en procedimientos que violaron los derechos humanos elementales, y no se respetó el debido proceso.
El PKK cuestiona los liderazgos regionales, heredados de los antiguos latifundios, resabios de la época feudal. Propone, en cambio, la liberación social y nacional.
Pero el PKK, ajustándose a los tiempos y al caminar dinámico de los pueblos, fue modificando su propuesta. En distintas reformulaciones, busca, al día de hoy, una salida pacífica para la democratización, no solo de los y las kurdas de Turquía, sino para toda Turquía y la región.
Las bases del PKK, apostadas a lo largo y ancho de todo el Kurdistán anexado por Turquía, vienen sufriendo persecución, cárcel y tortura desde el nacimiento de esta organización. Entre los años de 1994, 1995 y 1996, el ejército masacró a 17.000 personas entre militantes del PKK, mujeres y niños; arrasó con 3 mil pueblos, desalojando a los y las campesinas e incendiando sus casas. Desde entonces campesinas y campesinos tienen prohibido regresar a sus campos. El éxodo masivo de familias rurales, provocó el engrosamiento de barrios marginales de ciudades como Amed, donde, en el barrio Ben û Sen, viven hacinadas miles de personas.
Y entre tanto…
Disculpen… otra vez cortaron la luz.

El vicio de prohibir
“Por eso cuando te miro
ya sin ninguna duda
creo adivinar…”


Desde su nacimiento, el PKK es una molestia, pero es un negocio para el ejército turco.
Entre otras cuestiones, la mujer, dentro del movimiento, ha conquistado muchos espacios que antes les fuera vedado. Tienen unidades propias dentro de la guerrilla, llevando a cabo acciones militares destacadas. Ocupa cargos públicos en instituciones gubernamentales dentro del DTP, partido vinculado al movimiento kurdo.
Las violaciones a los derechos humanos elementales por parte del gobierno turco hacia la población kurda son sistemáticas. A la creciente corrupción militar que en años de la dictadura enriqueció a comandantes que diseñaron grandes edificios por los cuales cobraron una fortuna de dinero y nunca terminaron de construir, se suma, la política prohibitiva de la lengua kurda en las escuelas y en las oficinas públicas.
Además está vedado decir “Kurdistán”, enarbolar banderas kurdas, que las y los kurdos tengan escuelas propias, que escriban una carta desde Kurdistán, que tenga un seleccionado de fútbol, que sus muertos reposen en suelo kurdo.
El vicio delirante de la prohibición, llevó al gobierno turco a vedar el acceso a la página de videos Youtube. Sin embargo, el propio primer ministro Recep Tayyip Erdoğan, declaró públicamente que era “muy fácil entrar a Youtube” y que él mismo lo hacía.
Es cierto. Las prohibiciones solo generan más entusiasmo y creatividad. Nadie en Turquía (los kurdos tampoco, claro) se privan de entrar a Youtube a través de otras páginas. Allí, las y los kurdos pueden ver videos de cantantes como Serhado, músico de Hip-Hop, hijo de un exiliado kurdo quien grabara algunos clips en las montañas del Kandil, donde se halla la guerrilla del PKK.
Los ejemplos podrían seguir… pero ahora mejor esperar porque la televisión está mostrando a un puñado de héroes militares que van a la guerra contra la guerrilla.

Kurdistán y todo su peso en petróleo
“que estoy a un paso de la verdad…”
El pueblo kurdo suma un total de casi 40 millones de personas. Debido a lo complejo de su situación, los datos sobre la distribución poblacional varían, pero está repartido, más o menos, así:
• Irán: 8 millones (17% de la población).
• Irak: 4 millones (25% de la población total).
• Siria: 2 millones.
• Armenia, Georgia, Ezebaiyán y Kasajtán: 600 mil.
• Turquía: 20 millones (25% de la población total).
• Alemania y resto de Europa occidental: 1 millón.
• Resto del mundo: 4 millones.
Estos datos, imprecisos pero ciertos, muestran que el pueblo kurdo vive en la diáspora, aún viviendo en su propio territorio.
Kurdistán posee en su seno casi toda el agua potable de Turquía además de las tierras más fértiles. Su territorio carga con los largos brazos de los río Éufrates y Tigris, dos masas de agua estratégicas para Turquía. En primer lugar, esto se viene traduciendo en la instalación de represas hidroeléctricas que han desalojado de sus viviendas a unas 150 mil personas (la mayor parte kurda). En tanto, la instalación de esas represas posibilitó al gobierno turco negociar con Siria la expulsión del líder del PKK Abdullah Öcalan, quien había sido recibido como refugiado político por ese país. Turquía amenazó a Siria con dejarlo sin agua, utilizando las distintas represas sobre el río Éufrates, si no entregaba a Öcalan.
Esa misma amenaza pesó sobre Irak, a quien, hace un año dejó sin el elemento vital, si acaso se le ocurría colaborar con la guerrilla (recordemos que la retaguardia del PKK se encuentra en las montañas del Kandil, en suelo iraquí fronterizo con Turquía).
Pero no solo eso solo. Las instalaciones nacionales de Turquía están custodiadas por el ejército. De modo que, la instalación de una represa hidroeléctrica, supone la instalación, aunque pequeña, de una base militar. De este modo, las represas sirven de excusa para trabar el flujo guerrillero que navega los ríos, además de poder vigilar las zonas donde la guerrilla tiene apoyo del pueblo.
Entre tanto, Turquía le debe al Kurdistán el total del petróleo. Pero no solo Turquía vive de los kurdos. También Siria extrae el 100% de su petróleo de tierras kurdas, mientras que en Irak, el crudo extraído de la zona kurda significa el 74% y en Irán el 50.
A pesar de que el pueblo kurdo vale todo su peso en petróleo, no puede obtener su autonomía porque la intensión no es comprarle sino robarle. A ningún estado-nación del mundo parece conmoverle la situación de extraños en su tierra del pueblo kurdo. A ningún país parece importarle que casi 40 millones de personas mendiguen su identidad. Ningún gobierno democrático del mundo parece querer tener intenciones democráticas en el Kurdistán prohibido. Ningún presidente ni presidenta del planeta parece querer ganar el premio Nobel de la paz abogando por una salida pacífica en Kurdistán.
De todas maneras…
Van a excusarme… un niño acaba de morir por las bombas de gas tiradas por la policía.

Kurdistán, la novia que nunca tuve
“cuando presiento que sé
lo que se puede encontrar
bajo esa risa feliz y un sentimiento espiritual
que me aguardan para hacerme bueno hasta el final.”


El pueblo kurdo viene bregando por su autonomía en distintas luchas, armadas y pacíficas, desde hace, al menos, doscientos años.
El intelectual turco Ismail Besikçi, preso durante veinte años en cárceles de su propio país por hablar sobre la cuestión kurda, asegura que Kurdistán no es ni siquiera una colonia, que su pueblo, por lo tanto, no tiene ni siquiera los “beneficios” de un pueblo colonizado. Dice que Kurdistán es “una colonia internacional”.
En la guerrilla del PKK no solo hay mujeres y hombres kurdos, también hay mujeres y hombres turcos. Porque el problema de Kurdistán es un problema universal, que toca a cualquier corazón sensible con las causas humanas.
Kurdistán es el símbolo de la intolerancia de los gobiernos, de la cooperación de los países expansionistas, de los intereses capitalistas, de la expoliación realizada por los imperios disfrazados de repúblicas democráticas.
Estados Unidos y los países que conforman la Unión Europea, solo encontraron, como un paso más a la solución del conflicto armado entre el ejército turco y el PKK, que lleva veinticinco años, declarar terrorista al grupo guerrillero.
En las últimas semanas, el encarcelado líder del PKK Abdullah Öcalan, invitó a tres grupos de paz a entrar a Turquía con la finalidad de entregar un proyecto para buscar una salida pacífica y democrática al conflicto. Pero el ejército turco respondió con un muerto en la propia frontera por donde entraron los primeros dos grupos, esperados por 150 mil personas.
Además, la amiga policía francesa, el mismo día en que los grupos cruzaron la frontera desde Irak, detuvieron a un “peligroso terrorista del PKK” escondido en París. Desde entonces, se han registrado al menos tres ataques con armas blancas a kurdos residentes en Estambul. Entre tanto, al tercer grupo de paz, que ingresaría procedente de Europa, el gobierno turco le negó la visa, aferrándose al poder que les da el hecho de que el grupo está formado por exiliados.
Kurdistán es ese amor imposible. Pero esa imposibilidad hace que se camine, que el pueblo kurdo camine, que busque, y no deje de buscar, el modo de darse a conocer aprendiendo eso de ser kurdo y ser kurda. Cada día la resistencia se muestra en más rincones de su prohibición de ser.
Cuando una anciana y una niña lloran al unísono, formando un tendal de lágrimas de alegría al ver a sus milicianos marchar hacia la paz; cuando jóvenes visten a plena luz del día y por la calle, los trajes que usa la guerrilla en las montañas, arriesgándose a caer presos por años; significa que este camino por la identidad y la democracia ejercidas en plena libertad no tiene retorno.
Kurdistán ese amor imposible, es esa realidad a punto de dejar de ser sueño.
Y ahora, si me disculpan, voy a subir el volumen del disco de Pablo Milanés, ya ningún ruido de aviones militares volando rasante me van a interrumpir.

“La novia que nunca tuve,
el primer amor que siempre soñé.”

(“La novia que nunca tuve”, Pablo Milanés)

Agencia Walsh, 14 – 11 – 09

La Quinta Pata

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