domingo, 6 de diciembre de 2009

“Crónica de una muerte anunciada” - SUTE Mendoza

Elina Giffoni
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Este es el título de una novela de García Márquez que habla de la desidia de un pueblo entero ante la amenaza de muerte de un hombre. El paralelismo que esbozamos acá se refiere a lo que pasó en el plenario del SUTE que se realizó en Tunuyán el 4 de diciembre. Desde el comienzo se percibía que la conducción sindical estaba moribunda, con sus peleas internas. Pero el hecho principal ya había ocurrido: la virginidad de Ángela Vicario pertenecía a un hombre que no era precisamente Santiago Nasar y la muerte injusta ya era un hecho. En este caso, solo priorizaban las luchas internas de la lista Celeste y tenían una vez más la intención de entregar a los Docentes y no Docentes a la patronal como lo hicieron en la Audiencia Pública para aceptar el candidato de la DGE impuesto por el Gobernador.
Esta asamblea rayó en lo bizarro ya que miembros de la conducción cantaban consignas pasadas de moda que nadie acompañaba, la arrogante (y vencida) Secretaria Gremial se retiraba y el Secretario General (¿?) hacía lo propio. Lo preocupante fue que los más viejos sacaban los pergaminos ya vencidos enrostrándoselos a los docentes jóvenes, como diciéndoles que no tenían derecho a opinar. Algunos, incluso, casi se van a las manos.

Esta conducción, en sus últimos estertores, es la clásica patota sindical, que terminan entre ellos a los golpes, insultos y, la peor de las cosas, llamando a la policía, el último recurso que le quedaba para que todo quedara impune, salvo, quizás, lo que ya se había aprobado a libro cerrado.

A pesar de todo, están vencidos y lo saben, porque quedó demostrado que hay sangre nueva y luchadora que se opone a la entrega sistemática de nuestros compañeros. Queríamos que se discutiera el sueldo docente, las problemáticas que estamos atravesando y solo se dedicaban a cantar porque veían cómo perdían peso sus propuestas y la impotencia que tenían en sus ojos era digna porque se cumplía la crónica de la muerte anunciada.

A la actual conducción no le interesa la educación mendocina, ni argentina, solo quieren ser los clásicos gordos sindicales, vivir “protegidos” en complejos y ser cuidados por aplaudidores a sueldos y que denigran al trabajador docente.

Si viene la renovación es por el compromiso de miles de docentes que se juegan día a día para que la educación tenga excelencia y no esté de rodillas al poder de turno.

A no bajar los brazos, la única lucha que se pierde es la que se abandona.


*Docente

La Quinta Pata, 06 – 12 – 09

La Quinta Pata

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