domingo, 7 de marzo de 2010

Caras y caretas vendimiales

Ramón Ábalo

Hermosas muchachas mendocinas - ninguna cosechadora para más datos – como todos los años, aspiran a ser, a partir de la madrugada del lunes, la Reina Nacional de la Vendimia. Unas son espigadas, otras no tanto; algunas rubias, la de más allá morena, otras de pelos castaños, significando físicamente aquello de "la Argentina, crisol de razas", o sea la mescolanza entre los productos humanos nativos con los venidos de todas las latitudes del mundo. La que vaya a ser elegida, será legítima representante de ese crisol por un año entero. En conjunto, son las caras de una fiesta casi centenaria, mendocina por su nacimiento, con olor y perfume a mosto, vid y vino; a frutales y aceitunas, como también de otros olores y colores más prosaicos y declinantes de una identidad que se transforma en cosmopolita por miles de habitantes pasajeros – turistas que le dicen – por algunas horas, para los cuales la liturgia de la Pachamama se ha convertido en un show hollywoodiense.

Y para esta ocasión, como viene ocurriendo, es también tribuna solapada de diligenciamientos de autoegolatría de caretas y caretones de la política, de la economía, de las finanzas, de la industria, de la farándula y de todos aquellos que presumen de representatividad social y pública. Para ser parte del show, por ejemplo, llegan visitantes de la talla de un Felipe Solá y De Narváez, aspirantes a ocupar el trono de la Casa Rosada, para lo cual están empeñados en apurar los tiempos con el desplazamiento abrupto – a como sea – de la actual ocupante, la Cristina K, abrumada con las argucias maniqueas de tiros y troyanos, para quienes, como el Solá, el De Narváez, el mendocino Sanz, Macri, la Lilita, nuestra Argentina es un botín en disputa, nada despreciable por tantas bondades crematísticas que afloran de una pampa húmeda llena de mies y cabezas de ganado. No son menores otros frutos tan apetecibles para las arcas de los usufructuadores tradicionales, que han encontrado en esta coyuntura – como es también tradicional en el país de las vacas gordas – los caretones de una mafia expoliadora y explotadora. Cuando estamos transitando el presente mirando al futuro, nos quieren embretar nuevamente en el pasado de inequidad e ignominias. Pobre de nosotros, los de abajo. Pobre país. Pobre Patria.

La Quinta Pata, 07 – 03 – 10

La Quinta Pata

1 comentario :

José Pepe Parrot dijo...

El querido Jaque Mate dijo "bueno, si es una fiesta sólo para mendocinos, pongamos un cartel que diga, turistas abtenerse". Nunca escuché una confesión tan apabullante sobre la actual naturaleza de la fiesta de la vendimia. El laburante de la tierra, el que suda como un burro bajo el sol, ese no tiene que aparecer. ¿Para qué?¿Para espantar a los turistas? La fiesta de la vendimia cada día me da más asco.

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