Marcos Meloni
Gran parte de la América Latina contemporánea ha gestado un intenso cambio en la concepción del debate político y social, especialmente en los países que se han sumado al desafío Nacional y Popular. Proyectos y obras se combinan en los distintos plazos que la política propone y dispone. Es así que países que históricamente han batallado con los peores índices de desocupación, mortalidad infantil, analfabetismo, hoy empiezan a develar otros reflejos.
Bolivia, Ecuador, Venezuela, Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina demuestran más decisión al momento de pensar en los que menos tienen. Tal vez uno de los mejores ejemplos sea la importancia que estas gestiones le han otorgado a la educación. Si bien las diferencias en cada país son importantes, el modo de inclusión es uno de los factores comunes que han marcado un nuevo rumbo dentro de las políticas sociales. Sin embargo, los grandes medios de comunicación de origen privado no han demostrado o reflejado esta realidad. Bien es sabido que el ejercicio de la comunicación en Nuestra América, dependiendo del sector al que pertenezca, puede transformarse en un enemigo de la democracia y de los gobiernos que encauzan las necesidades de los que menos tienen. En este aspecto abundan las referencias, ya se trate de empresas locales o extranjeras, los medios se comportan como los paladines de la justicia y la verdad popular. De este modo forman la opinión pública como también la imagen de los altos funcionarios, especialmente de los y las presidentes. Se dice de Chávez el “dictador” en plena celebración de la Democracia venezolana, a Evo lo discriminan por ser indígena, de Cristina solo se dice que se le va de las manos la inflación, tal vez porque es mujer; en Ecuador tratan de negar el intento de golpe a Correa, solo por citar alguno de los ejemplos más violentos.
Así, un sinfín de emisiones diarias diciendo lo mismo 24 horas al día y como telón de fondo un monstruo omnipresente llamado CNN, devenido en el ícono yanqui de la palabra autorizada de cómo ven al cono Sur: subversivo y autoritario. Han sabido representar de manera sincrética el malestar de todas las ultraderechas de los distintos países que eligen defender lo propio sobre lo foráneo. Operan con elementos sucios y poco fundamentados en la elaboración de la noticia y más allá en el contenido final como medio oficial de la propaganda anti-latinoamericanista.
Río de Palabras 39, 27 – 01 – 11
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