domingo, 18 de septiembre de 2011

“Hice todo lo posible para que Argentina perdiera la guerra de las Malvinas”

Silvina Agüero

Memoria de Fernando Matthei Aubel, militar chileno.
El ex Comandante en Jefe de la FACH y también ex director de la Academia de Guerra Aérea de Chile, la que se usara como centro clandestino de detención y torturas durante la dictadura de Pinochet, revelaba en agosto de 2005 su demoledor secreto para la Argentina.

Fernando Matthei Aubel, militar del vecino país trasandino - en el que por estos días el tristemente célebre juez federal mendocino Otilio Romano esconde su vergüenza y deshonor relacionados con el encubrimiento de 103 crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura en nuestro país – se adjudicó en agosto de 2005 la exclusiva autoría de la alianza que hizo posible el rotundo triunfo de Inglaterra en la guerra de las Islas Malvinas.

Matthei, nacido en Osorno el 11 de julio de 1925, fue ministro de salud durante el la dictadura de Augusto Pinochet y el 24 de julio de 1978 fue nombrado comandante en jefe de la FACH y miembro de la junta militar de gobierno de Chile hasta 1991, reemplazando a Gustavo Leigh. En noviembre de 1971 asume como agregado aeronáutico en las embajadas de Chile en Inglaterra y Suecia con sede en Londres. Pero, luego del golpe militar propiciado por Pinochet, regresó a Chile para ser director de la academia de guerra aérea a la que se usaba por aquellos oscuros años como centro clandestino de detención y tortura; allí precisamente fue torturado hasta morir por sus propios compañeros de armas Alberto Bachelet, padre de la ex presidenta, Michelle.

Toda la nación argentina puede estar resentida conmigo – afirmaba por entonces Fernando Matthei. Chile no tuvo nada que ver en la guerra de las Malvinas, fui yo por cuenta personal.
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Estas declaraciones intentaban dejar a la luz que todos los demás integrantes de la junta militar que por aquellos años conducían los sangrientos destinos de Chile, ignoraban por completo las acciones de Matthei, incluido el mismo Pinochet. Sin embargo, en la actualidad la mayoría de la ciudadanía de ambos países limítrofes descree que Pinochet y el resto de la junta hayan desconocido este acuerdo chileno-británico.

Mientras Perú enviaba aviones y se solidarizaba con el pueblo argentino, Chile solo guardaba un hermético silencio.

No podíamos creer que Argentina cometería un desatino tan grande – continuaba Matthei. Galtieri afirmó que Malvinas solo era el primer paso y que el siguiente sería la recuperación de los otros terrenos perdidos.

Como los ingleses tenían un gran desconocimiento sobre los movimientos que llevarían a cabo las tropas argentinas en la Patagonia, fue entonces que Matthei pensó en dar el primer paso y comunicarse con ellos: Decidí hablar con los ingleses, pero en realidad, fueron ellos los que tomaron la iniciativa, recuerda Matthei. “Llegó a Chile el entonces Comandante inglés Sydney Edwards y negociamos la entrega de aviones, misiles antiaéreos y radares a cambio de información. Cuando hablé con Pinochet decidí ser lo suficientemente vago en mi información, para que él se desentendiera en caso de que algo llegara a andar mal. El coordinador de esta alianza chileno-británica sería el capitán Patricio Pérez.

Yo fui el enlace. Los apoyamos con monitoreo permanente, radares y escuchas telefónicas con dispositivos electrónicos – agregó Matthei.

La colaboración de inteligencia y la ayuda política de Chile brindadas a Inglaterra fueron reconocidas por la propia Margaret Tatchet, la entonces primer ministro de Gran Bretaña.

Casi 25 años después de aquel duro conflicto bélico que hirió de muerte a los argentinos y que dejó heridas que aun hoy no cierran, Matthei afirmaba categórico: Hice todo lo posible para que Argentina perdiera la guerra. Hice lo que estuvo a mi alcance para defender a Chile. A mí me pagaban para eso. La amistad con los argentinos era un problema de otros. Yo hice todo lo posible para que Argentina perdiera la guerra de las Malvinas.

La Quinta Pata, 18 – 09 – 11

La Quinta Pata

1 comentario :

Anónimo dijo...

(Tenía que ser chileno!)

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