domingo, 2 de octubre de 2011

Derechos humanos: “habrán mujeres en el mundo que, como nosotras, se levantarán para defender al cachorro”

Silvina Agüero

Abuelas de Plaza de Mayo galardonadas por la Unesco. Estela de Carlotto recibió en París el premio por la paz representando a las Abuelas. A esta conmovedora e histórica celebración no faltó nuestra presidenta Cristina Fernández.

El miércoles 14 de septiembre y ante un público de alrededor de 1500 personas, la mayoría de ellas representantes de distintas partes de África, las Abuelas de Plaza de Mayo fueron distinguidas con el premio de la paz Félix Houphouet-Boigny, que otorga la Unesco.

En el salón principal de la mencionada institución internacional, ubicada en el corazón de la ciudad de París, su directora general, Irina Bukova, entregó a Estela de Carlotto un diploma por la paz, una medalla de oro y un cheque por ciento cincuenta mil dólares, luego de lo cual, Estela agradeció en nombre de todas las Abuelas.

La presidenta Cristina Fernández, presente en la entrega del premio, se comprometió a seguir apoyando esta lucha y afirmó que no solo estaba presente como presidenta sino también como una ciudadana en representación de millones de argentinos que ven a las abuelas como una muestra de superación en un momento trágico.

En su breve y sencillo discurso, Estela dijo que “la palabra abuela genera ternura y viene a la mente la imagen de una mujer anciana de cabello blanco, abrazando a sus nietos en un sillón, pero esta imagen, está en las antípodas de lo que somos: no estamos sentadas y el sillón está tan vacío como los brazos que tendrían que abrazar a nuestros nietos. Estamos en peregrinaje por el mundo en búsqueda del hijo y el nieto que nos sacó la dictadura”.

También, Estela destacó grandes y valiosos logros obtenidos por las Abuelas, como la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos y el importante lugar que hoy ocupa ante la ley y en derechos humanos, el derecho a la identidad de las personas.

Posteriormente, Estela afirmó, “Después de 34 años tenemos el andar más lento pero el corazón late con fuerte vigor, por el optimismo y el amor de lo que hacemos. Hay un compromiso de no abandonar esta lucha y la advertencia de que este despojo no podrá repetirse en ningún lugar del mundo, porque habrá mujeres que, como nosotras, se levantarán para defender al cachorro”.

Sin lugar a dudas, este premio por la paz a las Abuelas tiene un significado mucho más profundo aún. Representa nada menos que el reconocimiento a la lucha de aquellas mujeres que fueron despojadas de un modo salvaje y despiadado de sus tesoros más preciados: sus hijos y sus nietos. Mujeres repletas de valentía, heroísmo y honorabilidad, las que, muy lejos de abatirse o de empaparse de sed de venganza, decidieron tomar el camino más arduo y escarpado; el de la lucha inclaudicable a través de pilares sólidos como la búsqueda de la justicia, de la verdad; el fortalecimiento de la paciencia y la lenta construcción de cada día, a pesar del dolor. Mujeres llenas de luz, poseedoras de espíritus fuertes y tenaces. Esas inmortales mujeres que, hoy, por fin son reconocidas por la inquebrantable memoria de la historia mundial.


La Quinta Pata, 02 – 10 – 11

La Quinta Pata

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