domingo, 22 de enero de 2012

Retornando por el camino a la meca

Ramón Ábalo

Sin fanatismo, pero con cierto fatalismo, la Argentina nacional y popular está presta a retornar por caminos embarrados a la meca: yanquilandia. Ya llegó y se aposentó en el norte el nuevo embajador argentino, Jorge Argüello, recibido con cierta algarabía por el presidente Obama sin disimular tonos admonitorios, instando al país sudaca, que somos para los yanquis, a volver al redil. Las relaciones, a veces tumultuosas, empezaron a tomar otra dirección cuando el reciente encuentro Cristina-Obama, en un aparte de la reunión cumbre de las Naciones Unidas. Entonces, el gesto de Obama pareció el de un seductor y a muchos le recordó, ese momento, al de "las relaciones carnales" del menemato, nada seductor.

Y a lo que parece, le seguirá ipso pucho el Paco Pérez, con varios proyectos de envergadura en lo que hace a obras públicas, pero que, desde el vamos, le faltan unos dos mil millones de pesos para ejecutarlas. El hombre sabe que el intento no va a ser difícil pues en la meca de las finanzas lo que más les llena las arcas y los bolsillos son los endeudamientos de los periféricos. No importa cuán pobres estemos o parezcamos, saben, sin error en cálculo alguno, que a flor de tierra, o en las alturas, o en las profundidades terrenales y marítimas, los millones que aportarán para unas cuantas casa-viviendas, autopistas y otros chiches están hartamente respaldadas con lo que natura ya no les da. Y algo más, mucho más: la adhesión incondicional del establishment, los que rematan el país por treinta dineros. Paco Pérez, según trascendió, se haría acompañar por el Pilo Bordón, ex embajador en USA, lo que lo habilita para asegurar éxito para una "patriada" como esta.

No menos onerosa será para la Argentina la "seducción" yanqui. Pide (exige) por intermedio del buen talante presidencial yanqui, que el país pague lo que debe, como es la deuda con el Club de París, a los bonistas del default, al Banco Mundial, y que "sincere estadísticas", es decir que el FMI vuelva a transitar, como Paco por su casa, en los libros contables y los humores de los argentinos. Nada menos. Y algo más de los requerimientos imperiales: el retorno a la cooperación militar, para lo cual, ya se habría dado el visto bueno para próximos ejercicios militares conjuntos en nuestro territorio. Nada menos.

Que me duele la muerte que se me está viniendo (Augusto Tamayo Vargas, novelista peruano).

La Quinta Pata, 22 – 01 – 12

La Quinta Pata

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