domingo, 19 de febrero de 2012

Che Paco, “detrás de cada dólar marcha un soldado yanqui”..

Ramón Ábalo

Lo dijo Sandino, el gran nicaragüense que hace un siglo peleó y logró la liberación de su patria: "Detrás de cada dólar marcha un soldado yanqui armado hasta los dientes..." y esta advertencia no la tuvo en cuenta el Paco Pérez, todavía flamante mandatario máximo de nuestra tierra menduca, que se fue a tierras del imperio en busca de malditos treinta dineros.

No está claro cómo le fue y, vaya paradoja nuestra rogando para que sus alforjas hayan vuelto vacías, lo que lo obligará a rascar la superficie donde los billetes de pura cepa, que no son pocos, se acumulan en las arcas de los que usufructúan los privilegios que les depara el estado bobo, que son este de aquí y el de allá arriba. Lo sabe bien el Paco, que ya logró el derrumbe de la tasa cero, una ley, un privilegio desde lo institucional con el cuento de promover la sustentabilidad de la economía local mediante el no pago de un tributo, como ingresos brutos, con el cuento de que ese dinero lo reinvierta el empresario y así el beneficio, finalmente, sería el "derrame" de la mayor rentabilidad hacia el sector trabajador. Un puro cuento, como se ha podido comprobar Puede que haya habido algún puesto más de trabajo, pero la renta se derramó hacia el interior de la empresa, para consolidarla en la multiplicidad de sus cuentas bancarias. La sustentabilidad lo fue para los empresarios más concentrados, especialmente de la industria vitivinícola, la conservera, olivícola y establecimientos metalúrgicos de gran volumen tecnológico y económico, caso de IMPSA de los Pescarmona, como lo viene afirmando desde hace años el Sindicato de Trabajadores del Estado Autoconvocados (SITEA). Son cientos de millones de pesos que el tesoro provincial deja de percibir anualmente. Y no menos son los ingresos que no son tales por las regalías petroleras, las que recién ahora, según el Paco, van a ser controladas en boca de pozo la producción y los números que la empresa da como tales. Nadie duda que las planillas y la declaración jurada de la empresa son por "izquierda", aprovechando la desidia estatal provincial, que tampoco estuvo a tiempo, como lo comprobó el gobernador, con las inversiones que debió haber hecho, por lo que la producción se vino abajo casi en un 50 por ciento. Si se hubiese mantenido el nivel de producción, la provincia estaría percibiendo por las dichas regalía unos 1.200 millones de pesos. Fue lo contrario, con 329 millones anuales menos desde hace rato. Hagamos cuenta, agregando otros "vueltos" que se pierden en la trama de los intereses espurios y las políticas funcionales. Hablamos del impuesto inmobiliario bajo un sistema de alta gama de inequidad como ningún otro en la provincia, al mismo nivel que el IVA en lo nacional. En uno y otro, el laburante paga, cuando compra pan, carne y azúcar, y cuando paga el inmobiliario. Lo mismo que el ricachón.

Es que el sistema tributario argentino - por ende el provincial - es, como dice el economista mendocino Sergio Papi (Diario Vox Populi, jueves 4 del corriente) "es uno de los más regresivos del mundo debido a su enorme inequidad. Entiéndase, quienes mayor cantidad de recursos aportan al estado a través de los distintos impuestos, es la clase trabajadora y las pymes, y no las grandes corporaciones"
El mandatario menduco, a lo que se viene viendo, no es torpe ni lerdo, pero con esto de ir a pedir prestado dólares la está pifiando, al igual de quienes se rasgan las vestiduras exigiendo políticas oficiales permisivas ("la seguridad jurídica", por ejemplo) para el logro de ríos de inversiones. Ni con los créditos o préstamos, ni con las inversiones, nunca, pero nunca, nos fue bien. El Paco debe tener incorporado como buen saber aquel empréstito de la Banca Baring en 1824, predecesor de todos los malditos dineros que nos atosigan el alma y los bolsillos de todos los argentinos. Claro, hay excepciones, como Martínez de Hoz.

Hace 100 años ya lo dijo el gran Sandino: "Detrás de un dólar marcha un soldado yanqui armado hasta los dientes...para cobrarse los malditos treinta dineros".

La Quinta Pata, 19 – 02 – 12

La Quinta Pata

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