domingo, 19 de febrero de 2012

El frío mató a los dinosaurios

Epifanio Blanco
Un meteorito fue causa del primer cataclismo que padeció la tierra

Como otro meteoro, en lo que va del siglo el hombre ayudó a la desaparición de 53 especies de aves, 68 especies de mamíferos y otros 600 animales. También es corresponsable en la amenaza de extinción de 20.000 variedades vegetales.


Un gigantesco meteorito caído en Yucatán, México, hace 65 millones de años, abrió el freezer del planeta y un frío de fin del mundo acabó con todo lo viviente en la tierra, desde los gigantescos dinosaurios hasta el leve musgo. Un investigador norteamericano cuyas opiniones merecieron recientemente un espacio en la revista científica Nature, aventura incluso hasta el mes del cataclismo de tan lejana época: junio. La historia viene a cuento porque el hombre comporta a veces como el meteorito que golpea contra el planeta. La destrucción del hábitat, el uso de plaguicidas químicos, la contaminación ambiental, la exagerada explotación comercial de los bosques, la caza desmedida, son resultantes de esa conducta, susceptible de estar creando en el planeta un nuevo invierno.

Pero la tangente para escapar de esta pálida es que también está en manos del hombre revertirlo, en manos de cada uno. Jack Wolfe, de la Oficina Geológica norteamericana, declaró a Nature que coincide con la teoría que impera hoy en el mundo científico, que asigna al meteorito caído en Yucatán, haber levantado enormes nubes de polvo suficientes como para ocultar el Sol durante uno a dos meses. Provocó así un invierno nuclear que arrasó con toda forma de vida. Dijo que estudiando hojas fosilizadas en Wyoming, EEUU., encontró que todas las plantas de tierra y mar murieron aproximadamente al mismo tiempo. La estructura celular de fósiles vegetales y animales de aquella época indica que perecieron por congelamiento y la etapa de desarrollo hace pensar que fue en junio.
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La desaparición de la luz solar hizo que las temperaturas en todo el mundo cayeran desde un promedio de 19 grados centígrados a 10 grados bajo cero. Los lagos se congelaron y miles de especies de plantas perecieron. Ese invierno fue seguido por un período de calentamiento global al desintegrarse las nubes y para las plantas, que habían logrado sobrevivir al invierno, el violento verano fue letal. Ello porque el calentamiento global de la atmósfera hizo que el anhídrido carbónico y otros gases de invernadero arrasaran con las plantas y ello provocó la muerte de los dinosaurios.

La contaminación de aire, mar y tierra, la extinción de especies y otros tantos males, justifica la acción de organizaciones ambientales de todo el mundo. La imagen que ilustra esta nota puede verse en el stand que la Fundación Vida Silvestre Argentina tiene estos días en la Exposición Rural de Palermo y ciertamente que es válido el interrogante que la acompaña: ¿Será este el inevitable destino de la vida silvestre? Lo realizado por FVSA y decenas de otras entidades – en la Argentina hay un millar de organizaciones ambientalistas – señala que el hombre, obrando racionalmente, puede impedir la destrucción del mundo natural. Hay un lugar para cada uno en esta tarea.

El Cronista Top. Suplemento de Espectáculos de El Cronista Comercial, miércoles 7 de agosto de 1991 (Cortesía de Eduardo Hugo Paganini)


La Quinta Pata, 19 – 02 - 11

La Quinta Pata

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