El mundo enfermo de capitalismo

Évelin Torre

El 7 de abril se conmemora el día mundial de la salud, pero es claro que la salud no es para todo el mundo.

En el mundo capitalista en el que vivimos, la salud (o la enfermedad) es un negociado en el que participan laboratorios, universidades, gobiernos, hospitales y médicos.

Miles y miles de personas mueren al año por no poder costear los tratamientos que requieren, pues la medicina, lejos de ser una profesión de alto contenido social, ha pasado a ser en una actividad meramente lucrativa, donde los pacientes son nada más que cifras en una chequera.

La solidaridad simplemente ha desaparecido; la convicción y los principios han quedado guardados en el cajón más empolvado de los recuerdos, allí donde también va a parar el juramento hipocrático que los jóvenes galenos realizan al recibirse.

Sin embargo, no es culpa de los médicos exclusivamente, también lo es de este sistema capitalista deshumanizador, que nos hizo creer que lo único que importa es el dinero y no las personas.

Y en este sentido, no es difícil entender que Cuba tenga uno de los mejores sistemas de salud de todo el mundo, que garantiza a cada uno de los ciudadanos de esa nación caribeña el acceso gratuito y universal a todos los niveles y especialidades.
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La característica esencial de la medicina cubana es la prevención. En la isla cuentan con catorce vacunas totalmente gratuitas, así también como planes de educación para la prevención de enfermedades.

Cuba mantiene además, desde hace más de diez años, la Escuela Latinoamericana de Medicina, que ya formó en la mejor medicina social del mundo, de forma gratuita, a millares de jóvenes oriundos de comunidades carentes de todo el continente, incluidos los Estados Unidos de América.

También promueve la Operación Milagro, que ya consiguió que más de 3 mil latinoamericanos pudiesen recuperar plenamente su visión. Cabe destacar que esta labor solidaria es realizada por los médicos, durante sus vacaciones.

Es claro que la concepción social que ellos mantienen de la medicina, muy lejos está de la que el capitalismo salvaje moldeó a su antojo, en la que el valor de la vida se fija en función de la billetera del cliente. Esto es un claro ejemplo de un mundo sin salud, de una economía enferma.

Es por eso, que en el día mundial de la salud, sería bueno recordar y tener presente aquella frase que pronunció alguna vez Ernesto Guevara: “vale, pero millones de veces más la vida de un solo ser humano, que todas las propiedades del hombre más rico de la tierra.”

La Quinta Pata, 08 – 04 – 12

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