Cristina Fernández suscita amores y odios, aunque no por partes iguales (octubre de 2011 indicó que son más los primeros que los segundos) y esa tendencia se mantiene en lo esencial hasta hoy.
Las proporciones de unos y otros sentimientos tienen en última instancia una relación con el estado de la economía y las medidas que adopta la presidenta.
Obviamente no es algo leído de modo unívoco por las capas sociales, porque muchos de quienes participaron de los cacerolazos estaban en mejor situación personal. Y sin embargo su enojo los desbordaba hasta la furia.
La política es la expresión concentrada de la economía, pero no es un reflejo mecánico. La política y las comunicaciones interfieren, deforman, potencian o inhiben aquellas percepciones de lo económico-social.
Desde el punto de vista del gobierno las cosas marchan muy bien. Estamos mejor que en el resto del mundo. Incluso cuando se va de boca, parecería que vivimos en el mejor de los mundos: con derechos humanos, con producción, consumo y trabajo nacional, más inclusión social, etcétera.
La óptica de la oposición es la opuesta pues no ve nada rescatable. Asegura que la economía dejó de crecer porque amainó el viento de cola y está cerca la hiperinflación. La corrupción hace estragos como en tiempos menemistas. El gobierno es un clon del chavismo y se aísla del mundo (deberían agregar "occidental y cristiano"). Cristina es cuasi una dictadora que busca su reelección eterna y ha pactado con los iraníes, negadores del Holocausto. Pegan sobre Argentina la etiqueta de "la peor del planeta".
Como el cronista no es ecléctico, cree que la verdad está más cerca de la versión gubernamental, aunque está edulcorada; la realidad es más amarga. La valoración de la oposición es esencialmente falsa, por más que - como muchas mentiras - tenga algunas semillas de verdad.
La aprobación del Memorándum con Irán en el senado, por 39 votos contra 31, debe interpretarse en ese marco de referencia. "
Es un pacto con el diablo", editorializó un ideólogo de la derecha, Marcos Aguinis, y repitieron como el loro los senadores Ernesto Sanz, Gerardo Morales, Luis Juez, Sonia Escudero y Liliana Alegre.
No. Es un paso en la búsqueda de justicia en la causa AMIA, tal como sostienen la cancillería y la presidencia, parte de los familiares de las víctimas y Amnistía Internacional. Intenta romper con casi 19 años de parálisis del expediente y pueden ser positivas las audiencias en Irán. El tiempo lo dirá mejor, pero lo peor es dar por buena una causa contaminada políticamente por el sionismo y el departamento de estado.
Mejor, no alineados
Los 9 puntos del Memorándum no significan una declaración de amor entre Cristina Fernández y Mahmud Ahmadinejad. Son un compromiso para la búsqueda de justicia en la causa AMIA. Argentina estaba necesitada de ese diálogo porque su justicia, la que habita en Comodoro Py 2002, señaló equivocadamente a Irán como responsable del atentado. De esa nacionalidad son 8 de los sospechados de la masacre. ¿Con quién iba a hablar entonces el gobierno argentino? ¿Con el de Groenlandia?
La cerrada negativa de la oposición y las cúpulas comunitarias judías que responden a Tel Aviv, expresa el temor a que en las audiencias en Teherán y con presencia de la Comisión de la Verdad, puedan despejarse las sospechas. ¿Si Irán no fue, entonces quién fue? La pregunta taladra los oídos de los dirigentes de la AMIA y DAIA, los más fanáticos en acusar sin pruebas a Teherán y en bloquear cualquier diálogo bilateral.
Además de estar de por medio una cuestión tan sensible como el esclarecimiento del atentado terrorista de julio de 1994, el Memorándum tiene otra faceta positiva. Abre la puerta a una mejor relación política, diplomática y comercial con Irán y el Movimiento de países no alineados, de 132 miembros, que aquel conduce por dos años luego de tomar la posta de Egipto.
En ese espacio hay buenos, regulares y malos, pero no están Estados Unidos y sus aliados europeos y japoneses. Es una especie de Celac latinoamericana y caribeña, pero a nivel mundial. Un tercermundismo con sus logros y limitaciones, que es el lugar donde Argentina debería militar internacionalmente en vez del sillón figurativo en el "G-20".
Ese corrimiento hacia filas tercermundistas por parte de CFK y Héctor Timerman quita el sueño a los opositores y medios monopólicos que sintonizan la onda del departamento de estado. Por eso en los discursos del senado, los detractores del acuerdo cuestionaron el mayor intercambio comercial con Teherán, algo real. Y hablaron de un plan de cooperación nuclear entre los firmantes, que por ahora no existe y fue desmentido por Julio De Vido. Paradojalmente, sí lo hubo en tiempos de Arturo Frondizi y el Sha Reza Pahlevi y todos lo consideraron un avance...
Además de torpedear la causa AMIA, la oposición y
Clarín se oponen al acercamiento con el Movimiento de los no alineados. Y en este punto incurren en una postura antinacional, como en los episodios de la Fragata y los "Fondos Buitres". Es que en ese ámbito tercermundista están los aliados que Argentina necesita para fortalecer sus reclamos de soberanía en Malvinas.
Una reunión de 54 países africanos en Guinea se pronunció a favor de Buenos Aires en ese pleito. Esas solidaridades son imprescindibles en marzo, justo cuando Londres mandó a los kelpers a votar en un referendo para tratar que las islas siempre sean "british".
Se recuerda la foto de Oscar Aguad (UCR), Paula Bertol (PRO), Adrián Pérez (CC) y otros legisladores, sonrientes en Londres, en febrero de 2010, reunidos con funcionarios del
Foreing Office . En ese momento el gobierno protestaba por la exploración ilegal de petróleo en el mar del archipiélago.
Reestatizar el tren
Hay muchos temas donde el gobierno puede atribuirse méritos reales, directos o indirectos. Entre estos últimos, parece loable la cita de juristas y abogados por una "Justicia legítima" prevista para fin de mes en la Biblioteca Nacional. La idea es aportar a la necesaria democratización del poder judicial, que atrasa décadas.
Se dijo al comienzo, no hay que incurrir en eclecticismos, pero tampoco en unilateralidades. Traducido: hay asignaturas pendientes de este gobierno que, sumados a los años de Néstor Kirchner, ya se acerca a la década de gestión. Es un lapso más que suficiente para desatar algunos nudos aún muy enredados.
Por ejemplo, el poder ejecutivo nacional se precia de destinar a educación el 6,47 por ciento del PBI, lo que es cierto. Pero parece que ese porcentaje debe estar incorrectamente distribuido o algo falla para que por segundo año consecutivo numerosos gremios docentes no empiecen normalmente las clases. Fue el resultado casi lógico de que el ministro Alfredo Sileoni, también por dos veces, cerró unilateralmente las paritarias, con un piso de algo más de 3.200 pesos, por debajo de los 3.600 que solicitaban los gremios.
Abonar esos salarios se hará cuesta arriba a varios gobernadores, aún los de distritos más pudientes, como Buenos Aires, donde algunos maestros harán paro de 48 horas y otros de 96.
¿No le dice nada a la presidenta que aún los sindicatos docentes más afines a su gobierno, caso de Suteba-Ctera, no hayan firmado la paritaria y le hagan huelga? Desde la Casa Rosada no se valora en serio la labor docente pues no atienden sus reclamos y a veces, como en el mensaje a la asamblea Legislativa de 2012, se emiten conceptos inexactos y muy peyorativos ("trabajan 4 horas y tienen tres meses de vacaciones", dijo CFK).
Es cierto que no toda la responsabilidad es del PEN y que también la tienen gobernadores como Scioli, De la Sota, Bonfatti, Urtubey y otros. Estos, en vez de gobernar bien, lo hacen para intereses concentrados, y luego se travisten de gauchos, como el oligárquico mandatario salteño el 20 de febrero. Son falsos gauchos, amigos de estancieros, sojeros y Expoagro.
Si al gobierno nacional le escasean recursos, pues que blanquee tal necesidad y plantee una urgente reforma impositiva, para recaudar más sobre monopolios, bancos, petroleras, mineras y terratenientes. No se atreve. No muestra voluntad política.
Muchas veces un dinero similar fue gastado en subsidios a empresarios inescrupulosos, como los hermanos Cirigliano, de TBA, concesionarios del ramal donde se produjo la catástrofe ferroviaria de Once. En este aniversario hubo insultos para la presidenta por una parte de los familiares de las 51 víctimas y los asistentes a los actos en Once y Plaza de Mayo.
Más allá del veneno extra que
Clarín inoculó a ese repudio, la presidenta debería reflexionar sobre por qué permitió hasta febrero de 2012 la concesión a TBA y mantuvo tanto tiempo a Ricardo Jaime y a Juan P. Schiavi en la secretaría de transporte. Fue su responsabilidad y debería hacerse cargo.
Más importante aún: Cristina tendría que reestatizar el tren, con fuerte inversión del estado y reactivación de los talleres ferroviarios en el país. Esa sería su mejor muestra de dolor por Once, en vez del "abrazo solidario" que cayó tan mal.
La Arena, 24 – 02 – 13
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