domingo, 5 de mayo de 2013

Las volteretas de Carrió, Gustavo Gutiérrez y su giro radical

Roberto Vélez
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En el año 2007, constituimos en Mendoza la Coalición Cívica; adelantándonos a la fundación nacional. Nos proponíamos construir una alternativa frente a la entente Cobos-Kirchner.

En una nota de adhesión de Carrió decía: “Mendocinos, los convoco a adherir a esta nueva construcción política de un espacio opositor a la concertación promovida por el gobierno central”.

Kirchner no había cumplido sus compromisos programáticos para con la provincia.

A Cobos bien lo conocíamos. Desde sus ambigüedades, pasando por ineficacia en la gestión, episodios de corrupción y hasta por asociación con represores.

Exhortábamos: “Frente a la concertación es necesario confluir en un ámbito plural alternativo con tres ejes: contrato moral, republicano y redistribución de la riqueza”. Y denunciábamos “el concubinato entre los gobiernos nacional y provincial”.

Gustavo Gutiérrez participaba activamente de aquel lanzamiento.

Hoy, paradójicamente impulsa una alianza con Cobos como vértice. De la que formarán parte Libres del Sur (hasta ayer 100% K), el socialismo de la Alianza (Cavallo, Flamarique y González Gaviola) y la UCR.

En estos días ambos han participado de actos que nada tienen que ver con las definiciones liminares de la Coalición Cívica (tampoco con las del FAP.), que devienen de excesos verbales de Carrió.

Afirmar que el gobierno K es fascista e identificarlo con la dictadura, es tan irresponsable como sostener que la oposición es destituyente.
El que en oficialismo haya más de un colaborador de la dictadura y que en la oposición se movilice más de un fascista, de ninguna manera le da entidad a tales caracterizaciones.

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En consonancia con tales apreciaciones apocalípticas con una gran dosis de mesianismo, aparece la idea de la unidad de todos para enfrentar poco menos que al diablo.

En ese contexto aparece la foto con macristas locales, el peronismo no K., de Marchi (otrora enojado con Gutiérrez porque era mi amigo), Liberal, Cornejo, Cousinet y compañía.

En simultáneo, Prat Gay le pide disculpas a Cornejo en su bunker por los exabruptos de la Carrió referidos a Sanz.

Una asociación en marcha hegemonizada por las derechas que solo se explican por el espanto. Y por la desesperación por candidaturas entrables, en vista de los sondeos electorales que nueva y sorprendentemente, lo posicionan al ex vice presidente.

Todos ellos ahora quieren ser gente de Cobos. Haciendo realidad aquellos no tan viejos anuncios en carteles frustrados por las circunstancias, “Cornejo gobernador- Montbrun intendente”.

El acuerdo está definido. Solo falta cerrar posiciones en las listas, que conformen a unos y a otros.

La unidad de otras derechas no tan democráticas, como lo puso de manifiesto la Alianza de triste recuerdo (González Gaviola, Cavallo, Flamarique de por medio), está en marcha.

En verdad ni con unos ni con otros resolveremos nada. Mucho menos con volteretas con apariencia progresista que tanto de un lado como del otro, resultarán inconducentes.

Se trata de engaños electorales. Razonar de otra manera es al menos pecar de ingenuidad.

Es como pensar que Miranda es un adalid de los derechos humanos (olvidando entre otros muchos antecedentes que fue ministro político de Furfuri-funcionario de la dictadura en Las Heras). O que el PD nada tiene que ver con las tiranías y con Rico. O que Cobos nada tiene ver con Grillo y con el genocida Stuhldreher.

Aunque resulte hasta difícil imaginarlo, mientras no haya capacidad para construir una alternativa a la política tradicional seguiremos anclados en modelos cuyo carácter es la concentración, la extranjerización, la pobreza, la inflación, la inseguridad, el centralismo y la corrupción.

Lacras que los partidos que se alternan en el poder desde hace 30 años, no han resuelto.

* FORJA

La Quinta Pata

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