Ramón Ábalo
Sincero el hombre... recién ahora. El Paco se sacó la careta, y remedó a Menem que dijo aquello de "que si llego a decir lo que iba a hacer -como presidente que fue- no me vota nadie". Y el Paco se proclamó anticristinista cuando se mandó aquello de que " si no fuera gobernador estaría en la marcha", o sea en la carnestolendas del 18F anti k, pro partido judicial, pro Sociedad Rural, pro Clarín, pro La Nación, pro yanqui. Con la careta anti k no lo hubiera votado nadie.
Para muchos, como lo fue para los organismos de derechos humanos de la Provincia, ya este Paco anti K, se definía del riñón de Ciurca, de Bermejo, de Vila-Manzano, Cornejo, Sanz, Massa, Cobos, mostrando la hilacha ideológica, definida en un claro enfrentamiento con las políticas nacionales de DDHH. Prácticamente con todas las políticas nacionales y populares.
Para los organismos fue el día 10 de diciembre del 2014, o sea hace tres mes, en que en un acto que realizan frente al edificio del llamado Palacio Policial, donde funcionó -y lo sigue haciendo- un siniestro D2, o sea el aparato de antedicho acto. Pérez iba a concretar, lo que ya es ley, y se venía hablando desde hace años, o sea la entrega formal, aunque parcial, del edificio, centro siniestro en esta provincia, atentatorio y muerte a la condición humana.
Para el Paco y sus adláteres, con algunas excepciones, optaron por el ninguneo. Pareciera que también han asumido aquello de Macri: "la temática (los organismos incluso) son un curro".
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