Hay un plan, sí, ciudadanos. Hay un plan grande y elaborado... Lo que no quiere decir abarcador y mucho menos cultural.
por Sonnia De Monte
Hace unos días escuchamos en un programa radial a la Ministra de economía de la provincia. Anunciaba con parsimonia y seguridad, que podría traducirse como entusiasmo a su modo, el Plan estratégico de cultura.
No se pudo menos que prestar atención y seguir palabra por palabra la novedad esperada por muchos, escepticismo mediante más o menos.
Habló de Pro-Mendoza, de industria cultural, de gestión, de negocios y de vender y vender...
Hay un plan, sí, ciudadanos. Hay un plan grande y elaborado... Lo que no quiere decir abarcador y mucho menos cultural.Leer todo el artículo - Cerrar
Hay un plan, sí, para sectores determinados y autorizados, que no involucra ni contiene al sinnúmero de habitantes que hacen la cultura presente, esta de la desilusión, del "sálvese quien pueda" y el "como pueda" cotidiano.
Se retrotrae a los aspectos y realizaciones que podrán devenir en industria y por ende, colocarse en mercados. Se centra en producciones que posiblemente redunden en futuro reconocimiento y divisas: música, cine, algo de plástica, tal vez literatura. No está mal. Pero eso, ciudadanos, entiendo que NO es toda la cultura.
En este país, en esta provincia, y acordando con que la cultura va transformándose porque es móvil, es dinámica, es creativa y emergente (y estos no son términos que acaparen solo lo bueno), ha mutado en pocos años a concepción de exitismo como fórmula de adelanto; en poco trabajo y mucho lobby como recurso de subsistencia; en elementales conocimientos y flojo estudio, en nada de lectura ni reflexión; en perseverar, como herramienta de sostén, no importa con qué valores de vida; en negociar y/o anular pertenencias identitarias con el fin de permanecer. En establecer rotulación diversificada: se es delincuente por portación de rostro; no si se es figura pública, aunque se tengan todos los merecimientos para ello. En decir una cosa y hacer otra.
Por otro lado, la cultura, como de algún modo es libre, también sigue brotando con otros valores más estimables que los expresados. Es decir, es contradictoria, tanto como extensa y multifacética. Las expresiones no sólo artísticas (¡por favor!) sino sociales y de conductas que hacen a la identidad de un pueblo, continúan desarrollándose pese a todo.
Para no ir tan lejos, volvamos al Plan estratégico de cultura sin mucha más perorata, y descubriremos como Rodrigo de Triana ¡¡Tierraaa!!, pero limitadísima. Casi tan limitada como solo puede abarcar un ojo humano que no ve más allá de su mirada y de sus intereses.
Entonces me escuece preguntar: ¿y lo otro qué es? ¿Cómo "industrializamos" la expresión popular? ¿Dónde metemos al tonadero, al murguero, al teatrero, al poeta del pueblo (esto último, léase como se quiera), al finquero chico que debe vender la tierra de sus ancestros a capitales extranjeros, al club de pueblo o de barrio que se ahoga en su propia soledad?... ¿Cómo superamos las desgracias culturales de la falta de palabra, de la discriminación, del delito y de los programas Cajas PAN, "jefes y jefas", "pico y pala" o los que fueren? ¿Cómo reparamos el odio, el rencor del que nada tiene pero conoce la "oferta", que ataca y se enfurece y castiga sin medir? ¿Cómo abordamos la diferencia entre ese odio y desprotección, y la delincuencia planificada y consuetudinaria, venga de donde venga? ¿Cómo desterramos la conducta de la coima, salario casi cotidiano y aceptado naturalmente a estas alturas, por usos y costumbres?
Las cosas, ¿por qué no se hacen bien y se llaman por su nombre?
Este plan estratégico de cultura es, para más verdad, un plan estratégico sectorial de cultura que aborda, en este caso, solamente el arte, elemento constitutivo e integrado a aquella palabra inmensa, con sus significaciones.
A partir de ese sinceramiento y certeza podría llegarse a trabajar sobre otros aspectos y así mejorar, ilustrar y aprender, buena falta que hace.
Porque habrá unos cuantos que se laven las manos y decidan que ya está todo hecho al respecto, como si rasparan un título apócrifo de una placa en una puerta... Ya está. Se acabó. Tema cerrado. Borrado eso, lo demás no existe: ni la honestidad, ni el compromiso, ni la falta social y cívica, ni el "afano", ni el engaño, ni la estafa, ni el resto de los ciudadanos. Ni la preocupación por debatir y descubrir que el círculo que nos rodea no es el único; que hay necesidades desconocidas; ignoradas; desestimadas y lo que es peor, despreciadas. Y esas necesidades son de la gente, no de un monumento patrimonial decorado por palomas.
Vengan sí, premios y condecoraciones y viajes al exterior y mercado del arte... Pero vengan también los planes de justicia, solidaridad y equidad... ¡Qué quimera en este sistema!
Tuvimos la oportunidad de leer originales artesanales de un libro que presentó y analizó el profesor Luis Triviño que contiene rudimentos de poesía... mejor, Poesía ¿Por qué no? cuyos autores son jóvenes internos de la Di. N. A. A. D. y F. (Dirección de Niñez, Adolescencia, Ancianidad, Discapacidad y Familia).
Dije en principio rudimentos porque lo literario, al fin y al cabo, es lo que menos importa en esa cantidad de obra que escupen las byromes al testimonio, al reclamo, al llamado imperioso de la necesidad y de la angustia.
Con algún resquicio, uno que otro, a la esperanza:
II (de R.E)
En el hogar
Se respira un aire de tristeza.
En el hogar solo hay
Caos.
Pero ninguno nos damos cuenta
Que con el pasar del tiempo
La vida nos dará un giro.
Y a la desilusión, y al susurro por la compañía, la contención:
LA PIEL Y MAGIA (de D.P.)
La piel es apestosa
pero suave como la primavera,
como el frío metido dentro de una
piedra.
Despertando de la magia
con mi familia.
Y al descubrimiento de algún auxilio:
¿QUÉ ENTIENDO YO POR POESÍA? (de D.G.)
Para mí es una forma de expresarse
de sacar a la luz los sentimientos
es como correr por el agua
y me ayuda mucho a pensar
sobre las cosas de la naturaleza,
sobre las personas, sobre la vida
y que es un talento que pocos lo
tienen
y que escribiendo uno aprende
a conocerme a conocer a otras
personas
y también al mundo que nos rodea.
Y al dolor. Dolor. Dolor:
UN DÍA MAS EN ESTE MUNDO INJUSTO (DE G.O.)
Un día cualquiera bebiendo.
Y fumando para olvidar.
Para olvidar y enfrentar
esta difícil realidad
en la que estoy y en la que alguna vez
estuve.
Con mis amigos
en la esquina disfrutando
y personalizando la noche.
Saliendo del barrio
a buscar más medicina
para calmar este dolor,
sin límites a quienes respetar
ni pensando si voy a regresar.
Y a la belleza:
UN BARCO DE MADERA (de D.G.)
Un barco de madera
navega por las calles de mi barrio
donde no hay agua,
hay tierra
y papeles revoloteando
en el viento.
El cielo enojado larga puntazos
de fuego al barco.
El barco desesperado huye hacia la
cancha
donde se esconde el sol
y desde mi ventana
yo observo la batalla
que parece interminable
entre las nubes que soplan
pétalos de flores.
Cita uno de los acápites:
"La obra no solo es un intento de acceder a algo, sino también la huella de la imposibilidad del acceso" (Luis Felipe Noé)
Entonces, ¿no será que en este sistema lo que se sigue industrializando es la desazón, la separación social, la mezquindad, la ignorancia, la estafa, el incumplimiento, la marginalidad, la pobreza, el dolor, la desesperanza, la incomprensión y el abandono? Esto también es y hace la cultura.
S.D.
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