Lo que le falta a nuestro medio y a sus habitantes para entrar de una vez por todas al anhelado primer mundo, amén de la eliminación de la inaceptable exclusión social y de la pobreza, que todavía molesta.
Cotidianas
por Hugo De MarinisFantasmas 1
Unos cuantos fantasmas recorren nuestro territorio provincial, aunque a decir verdad, recorren asimismo casi toda la geografía nacional: algunos de ellos son las monedas que le faltan a los quiosqueros, pero no solo a ellos. Los quioscos venden principalmente puchos, cuyos precios son como éstos: $3,10 (Philips Morris); $2,20 (Viceroy), $3,60 (Marlboro), y así. Si no tiene cambio justo, prepárese para recibir tanto la ira del vendedor como caramelos y/o chupetines que van a contribuir a desmantelar su dentadura. Remate y exhorto: largar el faso porque además del tabaco que le jode los pulmones se le va a poner la boca a la miseria y, lo que es mejor, se va a terminar ahorrando unos mangos, que serán buenos para otros menesteres.
Fantasmas 2 Leer todo el artículo - CerrarOtros que a menudo se vuelven fantasmas son los taxis y los remises, un mal típico de la capital mendocina. Si la guita que se ahorró en los puchos la quiere usar para tomarse un taxi, no lo intente en horarios pico: le costará un estrés inconducente para la salud del cuore por riñas con pares, ancianas y jóvenes damas acompañadas de infantes de corta edad. Hace unos días un señor foráneo con pinta de hombre de negocios se lamentaba de la ausencia de taxis en la parada de la intersección de Mitre y Colón. Necesitaba llegar a El Plumerillo antes de que se le piantara el avión. "Esto no pasa en otros lados", aducía urgido a quien lo quisiera escuchar y para escarnio del orgullo local. Remate y exhorto: con el ahorro en la compra de puchos y una cuota de inclusión en el circuito recientemente expandido pero aún bastante acotado de nuestra economía, se presentaría al individuo corriente el acceso a un módico crédito; con él, aquel que tenga uñas de pequeño empresario, que adquiera un taxi o remís. Secos estructurales, abstenerse; propietarios de taxis truchos, ojo al piojo.
Fantasmas 3
Mendoza tiene fama de bella y limpia, a pesar de las hecatombes sociales que la han herido y que le han creado más pobres que los que necesita. El contexto nacional económico poco la ha ayudado. La tal fama de bella y pulcra se le disuelve con apenas trascender el ámbito de lo privado -la señora urbana que pasa el lampazo-: baste visitar cualquier espacio público o emprender una mínima expedición extramuros. Si sale de la ciudad, empiezan a aparecer unos fantasmas corpóreos y no degradables encarnados en bolsas de plástico(*) a roletes en cuanto terreno baldío, vacío, natural o inculto haya disponible. El sabio Abderrahman Beggar -nuestro corresponsal marroquí- le recordó no hace mucho a una audiencia de país opulento que es un agravio mayor sumarle mugre a la pobreza. Convengamos que hay un número inaceptable de asuntos que tienen prioridad sobre el mantenimiento del aseo público. Pero la suciedad nos hace indignos y no hay por qué dejar que la levanten como bandera de combate contra el campo popular los privatizadores, milicos, gansos y conservetas de toda laya. Remate y exhorto: a todo aquel clase media que tire bolsitas de plástico u otros desperdicios después de un picnic, cañazo y multa (lo mismo al que no mantenga higiénicos los baños de restoranes o tire desperdicios en las acequias). Es mejor -en especial para los que poseen grados aceptables de conciencia- luchar contra el imperialismo y sus testaferros autóctonos, limpitos y bien peinados que desarrapados y roñosos.
Fantasmitas 4
Sin necesidad de abandonar el medio alcalino de su sala comedor, en compañía de su aparato de televisión, usted puede -si se desconcentra de la tarea del zapping- toparse con la imagen de una cara percudida, de ojos vivarachos y oscuros, pelos revueltos y carpinchos, de no más un metro de altura, en pleno acto de introducir su desnuda patita izquierda en un charco semi-congelado de barro podrido. No discierne este chico la diferencia entre salubre e insalubre, entre bolsas de plástico versus bolsas biodegradables. Muy probable -usted no lo sabe porque cambia de inmediato el canal para que el chico no exista- que esta postal vil de fantasmitas indigentes se reproduzca por doquier en la barriada popular o villa mendocina donde habita. Sí, de Mendoza, la bella y pulcra. Ahicito nomás de la sala donde usted se encuentra tan cómodo y seguro (o inseguro) junto a su servicial televisor. ¿De dónde salieron? ¿Qué, quién los trajo?(**) Remate y exhorto: Vergüenza. Incuria, que algunos nombren el brillo de los indicadores macroeconómicos, la pulcritud del balance fiscal, lo saludable de la acumulación de divisas, entre otros, y no pierdan el sueño ni las esperanzas en el género humano, ni las ganas de mirar el sol ni de mandarse un suspiro. Que suspendan todo y socorran ya a estos pibes descalzos cuyas estampas debieran corroerles -a ellos- las tripas en primer lugar y luego el alma, si es que les queda.
Fantasmas 5
"Estas elecciones que vienen serán las más tristes de las que tengo memoria", se quejaba el amigo Mario R., una noche fría de agosto. Reflexión ésta que conduce a la identificación de un quinto fantasma: un político piola, íntegro, en quien se pueda confiar, a quien se pueda votar. Vemos que se amontonan como rara vez antes, peróneos y radichetas junto a otros pelajes del espectro partidario en cenáculos clausurados a la participación masiva y/o popular. Han cambiado los tiempos, qué duda. El partido eclesiástico acusa al oficialismo de autoritarismo y de la falta de distribución de la riqueza, entre otros asuntos, y le contestan que quién autoriza a la Iglesia, callada cuando debía haber gritado, de venir ahora de erigirse en juez de la puesta en acción de un país en serio. Nada sobre el supuesto autoritarismo ni de la alegada falta de distribución. Al candidato ganador de las elecciones para gobernador en La Rioja se le cuestiona el clientelismo de su campaña y responde que en su provincia, a la que ha caminado a conciencia, le faltan baños, de ahí su repartija de inodoros, bidés, lavabos y demás. En cambio Menem, dicen los sagaces, pierde por el airado rechazo popular a sus remeras y chupetines cachacientos. Del clientelismo, ahí queda. Remate y exhorto: menos mal que ha sucedido la reaparición providencial (aunque tardía) del copado Pino Solanas y su Proyecto Sur, uno de los últimos caballeros en pampas ahítas de politicastros confusos, cascotes y venales. Pero cuidado con los centristas y centroizquierdistas que se quieren acercar (Stolbizer, Binner, Giustiniani), no vaya a ser que se repita el affair Chacho Álvarez.
Fantasmas 6
Las colas, más que fantasmas parecen serpientes -que ojalá fueran marinas o emplumadas- con las que el tipo de a pie se topa en distintas y abundantes circunstancias. Por ejemplo: si uno va al banco a retirar el propio vento (jubilación, salario, ahorros, etc.), cola; en el cajero automático, cola; si se quiere abonar un servicio en un rapi-pago o similar, cola. Si va a Garbarino a comprarse un electrodoméstico lo atienden de inmediato, pero después hay que hacer cola para que le verifiquen la factura y otra más para retirar la mercancía; si pretende conseguir una entrada para Serrat-Sabina en la misma tienda la cola se convierte en el Leviatán; si quiere cargar la red-bus en los lugares donde lo hacen, no puede faltar un cartelito que diga: "haga cola para cargar la red-bus"; si usted es un niño y quiere subirse a la calesita, cola. Para sacar el D.N.I., cola; para hacer un trámite en la telefónica, cola. Ni mencionemos las amansaderas si se siente enfermo y precisa recurrir a la guardia de un hospital. Remate sin exhorto: ¿Es acaso tan formidable la demanda (que genera inflación) de productos y servicios que la oferta no da y para todo hay que hacer cola? ¿Qué pasa con el tiempo precioso del ciudadano, del cliente, del vecino al que menta Macri? Qué barbaridad.
(*) Frey Betto advierte que en la naturaleza, el plástico se toma 500 años en descomponerse, los chicles 5; la madera pintada 13; el vidrio un millón y el caucho tanto que mejor no enterarse ("Con muy poco se puede hacer mucho" Suplemento Cash, p. 7. Página 12, 26 de agosto de 2007). En Mendoza, a partir de 2008 y gracias a la ley 7.319 supermercados y otros negocios deberán entregar bolsas no solo biodegradables sino también oxibiodegradables, degradables e hidrobiodegradables. Todo aquel que no cumpla, dicen, les cobrarán flor de multa. Las cadenas Jumbo, Vea y Walmart ya comenzaron a proveer a sus clientes con estas bolsas amables (Vargas, Cintia, "Avance con las bolsas degradables" Diario Uno p.14, 31 de agosto de 2007). Admirable que estas mega-empresas se preocupen así en no ensuciar nuestro vapuleado medio ambiente. Pero ruin que embadurnen el ambiente laburante con el tipo de empleo basura que ofrecen y con la resistencia que presentan cuando surgen delegados representativos entre sus trabajadores. Preguntarle si no a Martín Blacki Falcón y a Jorge Chazarreta de Walmart y Carrefour respectivamente (allá lejos, en Avellaneda, provincia de Buenos Aires) que padecen atropellos y discriminaciones cobardes por intentar dignificar el estatus laboral de sus compañeros trabajadores.
(**) En los albores de la década del 70 había unas 40 villas inestables habitadas por alrededor de 15.000 personas (Baraldo, Natalia: "Conflictos y organización barrial en tiempos del cielo y del asalto" p. 41, en Natalia Baraldo et al: Mendoza 70, tierra del sol y las luchas populares, Bs. As., Manuel Suárez editor, 2006) ¿Cuántas villas y cuántas personas habrá en ellas en pleno 2007, luego de veintitantos años de democracia?
1 comentario :
buen trabajo, pibe, te felicito,
Luis
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