por Viviana Demaría y José Figueroa
Danny “el rudo” se cree Bruce Willis, por eso ostenta calvicie; y quizá también porque – como John McClane delira enfrentarse solo contra todos los malos. En verdad es en lo único que se asemeja, porque lo suyo es el sainete policial. Este género – por demás grotesco – no es algo insólito en esta provincia cuyana, es la regla. No estamos exagerando, cualquiera puede ver colgado en su estudio un cuadro donde aparece fotografiado junto al alcalde de California (que no es otro que Termineitor Schwarzenegger) donde Daniel (al lado del robot alimentado a anabólicos y no a facturas y ravioles tiene un curioso parecido al otro Danny (De Vito) Se lo ve sonriendo, casi orgulloso de estar al lado de alguien cuya única frase célebre “hasta la vista beibi”. Arnold no es racista, es selectivo que es otra cosa… justifica Daniel. Ambos coincidimos en la mano re-dura, re-afirma. Leer todo el artículo - Cerrar
Quizás un diván psicoanalítico daría la clave de la porfía con que asumió la cruzada irresponsable para abolir la seguridad jurídica vigente, enarbolando el aberrante “sistema (sic) de tolerancia cero”. En algún lugar de su inconsciente debe estar la herida dejada por la mala fama de su petrolero progenitor quien en la década menemista se habría quedado con un vuelto importante. Nunca se le aplicó aquello de “tal palo tal astilla” y siempre se las arregló para separar la paja del trigo. Sin embargo, parece que el Coco debe haber estado muy ocupado por aquel entonces y quizás no pasó mucho tiempo con su vástago y ahora adulto él, lo busca en cada delito por más insignificante que sea.
Y bueno, así las cosas, el “Reivindicador” policial tanto insistió que finalmente don Cleto terminó por traer un batallón de gendarmes que a paso marcial desembarcó en Mendoza. Es mi mejor discípulo, gritaba a viva voz desde Buenos Aires el ex “ingeniero” Blumberg. Ahora los delincuentes van a poner las barbas en remojo, decía convencido. Pero por lo menos uno de los tiros les salió por la culata.
Sucedió que días después, las frases iban por el derrotero de: ¿¡De quién fue la brillante idea de traer la gendarmeríaaa!? Resonaba en el barrio cívico esa voz. ¡Qué energúmeno pregonó la tolerancia cerooo! Mientras Dios lo vomitaba, el candidato a Vice se daba la cabeza contra las paredes como Nino Dolce en GH famosos.
Salimos de Guatemala y nos metimos en guatepeor, berreaba; si tenían que venir a labrar multas de tránsito y a entrar a barrios non sanctos y mirá con lo que nos salen, ¡mecachendié! ¿Se habrá puesto celoso el trompa de mi relación con Cristo que me manda a kagar por los verdes?, meditaba mientras advertía las trampas del doble discurso en la cual había caído. Tranquilo che no es para tanto, mirá el costado bueno – lo estamos en una ola mediática, todos hablan de Mendoza… mal pero hablan, ya quisiera el de La Rioja semejante oportunidad… además es la Federal y no es la nuestra – sugería mientras lo reanimaba – tenés que ser optimista, no hay mal que por bien no venga, decís que esto no es un problema nuestro y punto.
Resultó que los hombres de verde advirtieron – escuchas mediante – algunas “cosas raras” en diferentes allanamientos realizados por los hombres de azul e inmediatamente le pasaron el dato a don Walter quien ni lerdo ni perezoso invitó a los Blue Kids a pasar un tiempo entre rejas. Exacciones ilegales (en criollo: coimas), extorsión, ocultamiento de pruebas, falsedad ideológica y asociación ilícita son las escandalosas fechorías de los “12 apóstoles”.
Claro… como no podía ser de otra manera, sus defensores – de pronto dogmáticamente “garantistas” – sacaron a relucir sus destrezas como lo hicieron en el caso de Sebastián Bordón, cuyo asesino se encuentra suelto. También se dijo que lo que hayan hecho esos doce delincuentes de azul no debe “salpicar a toda la fuerza” aunque casi es toda. Claro; es otro caso aislado Doña Rosa. Ud., siga saliendo a las marchas contra la inseguridad, que esto es harina de otro costal… la policía nos defiende aunque a veces nos salga medio caro el precio (¿será por esto que la inflación en Mendoza es más alta?)
Y en el otro extremo tenemos otro doble discurso: no pedimos represión, sí mejores sueldos. Cual capellanes dejaron de lado la premisa de lo que es del César al César para usar el dolor y el temor de la comunidad en beneficio de la corporación.
Con todo esto, lo que se puede decir es que, lo más seguro respecto de la inseguridad es que estamos jodidos. Porque con la Demagogia no se come, no se cura, no se educa y menos se resuelve el problema de la criminalidad. De hecho, es muy mala “cornejosera”. Porque si mañana a los ciudadanos decentes se les ocurre que vengan los marines para resolver estos temas y a la dirigencia política se le ocurre delirantemente complacerlos, vamos a estar fritos.
Cual torneo por el ascenso, los integrantes de este sainete se debaten entre quién hace peor las cosas. Nos preguntamos entonces ¿quién ganará este campeonato? ¿los pibes chorros o los poliladrones? ¿la clase política será el árbitro? ¿la ciudadanía miserable hará la ola? ¿los coros de las iglesias cantarán los cantitos? ¿los medios harán la crónica roja del partido para obtener mayor audiencia? ¿quién se encargará de mantener la seguridad en la cancha: los hooligans o los cascos azules?
Como verán, algo está podrido y no precisamente en Dinamarca… y huele pésimo.
lunes, 31 de diciembre de 2007
Edición Impresa 1-6
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