El documento que resumo a continuación es largo, pero describe los rasgos de la actual situación laboral en Argentina. El informe lo elaboramos junto con Tomás Raffo y Ana Rameri.
Las principales conclusiones que sintetiza al presente material son:
-Al 4to trimestre del 2007 (última información disponible de la EPH, aunque intervenida en el procesamiento del Aglomerado del Gran Buenos Aires) la tasa de desocupación es del 7,5% de la PEA, la cual asciende al 8,1% si no se considera al Plan Jefes/as como una ocupación principal. Los desocupados, en consecuencia son 1.349.954 trabajadores.
-Por su parte, dentro de los ocupados existen 1.515.728 que están subocupados (trabajan menos de 6 horas semanales y desean trabajar más. Así, la tasa de subocupación es del 9,1% de la PEA.
-Si se suman los trabajadores desocupados y los subocupados resulta que 2.764.954 trabajadores presentan algún tipo de problema en su inserción laboral. Se trata de una tasa de subutilización de la fuerza laboral del orden del 16,6% de la PEA.
-Al 1er trimestre del 2007 (último dato disponible), además de los desocupados, existían 3.009.381 trabajadores ocupados que demandaban otro empleo. Así la presión sobre el mercado laboral englobaba al 27,8% de la PEA. Por otro lado, la existencia de 1.134.829 ocupados que desean trabajar más pero no demandan (no buscan) supone que prácticamente el 34,5% de la PEA esté disponible (desee trabajar más) lo que representa un marcado grado de insatisfacción laboral de un espectro significativo de la fuerza laboral.
Leer todo el artículo - Cerrar-La constante presión y disponibilidad laboral que produce el funcionamiento del mercado laboral vigente es la contrapartida del bajo nivel de ingresos que se obtiene en el mismo. Así la pobreza afecta al 26,8% de los ocupados y la indigencia al 6,9% de los mismos.
-Lo expuesto afirma que en las condiciones actuales, obtener un trabajo no garantiza salir de la pobreza e incluso de la indigencia. Por ende, tampoco es de extrañar, que en este particular funcionamiento del mercado laboral, obtener un empleo no garantiza acceder al salario mínimo que fija la ley. Así el 38,3% de los ocupados ganan por debajo del salario mínimo.
-Los asalariados registrados ascienden a 6.688.675 trabajadores, éstos representan el 58,4% del total de asalariados y al 41,7% de la fuerza laboral total. La contracara del bajo peso de la asalarización formal es la emergencia de nuevas formas de precariedad de la fuerza laboral a las tradicionales ya conocidas. La precariedad laboral afecta al 58,7% de la fuerza laboral. Se trata de 9.423.516 trabajadores que padecen algún signo de degradación de su inserción laboral.
-El bajo nivel de ingresos que produce el mercado laboral es el que está detrás del exceso de horas trabajadas. En efecto, al igual que sucede con el salario mínimo, la jornada laboral lejos está de ser la que dice la ley. El promedio de horas trabajadas por los asalariados es de 12 horas diarias (en lugar de las 8 horas que fija la ley). La magnitud de la misma, permite afirmar que si se controlara la sobre-ocupación se eliminaría la desocupación.
-Más allá de la diferencia en la práctica de utilizar mano de obra sin registrar y el abuso de la jornada laboral en los distintos sectores, lo cierto es que los mismos están presentes en la mayoría de ellos. Se trata de mecanismos que al reducir el costo laboral financian la falta de inversión y la rentabilidad de los empresarios.
-Un somero análisis de las tasas básicas del mercado laboral correspondiente a la última medición de cada año para el período 2001 – 2007 arroja, a grandes rasgos, un proceso de caída en la generación de empleo (hasta estancarse en el último año), que es acompañada por una mayor caída en la presión / búsqueda laboral, lo que explica la caída de la tasa de desempleo, aunque a un ritmo menor que en el período 2003 – 2005, en el marco de una caída constante y sostenida de la subocupación.
-Detrás del proceso de estancamiento en la generación de empleo en el marco de una economía que crece a una tasa del 9% anual, se esconde un elevado grado de rotación de la mano de obra que sustituye puestos de trabajo consolidándose así la figura del "asalariado interino" que entra y sale de la empresa en función del ciclo de negocios en tanto el costo de entrada y salida resulta insignificante ante la vigencia de formas flexibles de contratación (períodos de prueba, becas, pasantías, trabajo clandestino, etc.).
-En la evolución anual del 1er trimestre del 2007 (último período para el que se cuenta con este tipo de información) se crearon 2.624.006 nuevos puestos de trabajo, de los cuales 2.260.097 fueron ocupados por trabajadores que rotaron de puesto. Se trata de una magnitud que supera el número de desocupados (1.250.000), con lo que si hubiera una estrategia de política laboral que garantice la estabilidad en la relación laboral, el impacto en la generación del empleo hubiera sido mayor (inclusive se habría podido eliminar la desocupación) al tiempo que al penalizar la salida laboral, fomenta una mayor inversión empresaria en la calificación de la fuerza laboral, gestando mejores condiciones de reproducción de la misma.
-Son las condiciones de precariedad en la relación laboral (expresada en el nivel de ingreso, en las condiciones de empleo y en la rotación laboral) las que explican que el impacto del crecimiento de la actividad económica sobre el empleo tiende a debilitarse cada vez más.
-La contrapartida de la baja generación de empleo en el marco del crecimiento del PBI es el aumento de la productividad laboral. Del 2001 al 2007 el PBI en términos constantes se expandió un 52,4% mientras que los ocupados lo hicieron un 32,4%. De este modo la productividad laboral creció un 15,1%.
-Si los ingresos de los ocupados hubieran evolucionado de acuerdo a la evolución de la productividad, los ingresos reales tendría que ser un 15,1% superior al del 2001. Sin embargo no es esta la situación. Tomando al conjunto de la fuerza laboral (descontando patrones) el ingreso real es apenas igual al del año 2001.
-Lejos de ser una situación homogénea, los asalariados no registrados presentan una caída del 13,7% respecto al 2001, mientras los formales tienen un salario real apenas 3,4% superior. Por su parte los trabajadores por cuenta propia presentan un ingreso real 8,2% superior al del 2001 (aunque parten de niveles de ingresos más reducidos).
-De este modo, no resulta extraño que la participación de la masa de ingresos de los ocupados en el PBI del 2007 siga estando por debajo de la del 2001, e inclusive se evidencia un retroceso de la participación respecto al 2006 en cada una de las categorías ocupacionales.
Corte X Lozano, 20 – 05 – 08
miércoles, 21 de mayo de 2008
Nacional-May2008
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