Catherina Gibilaro
Un duro ataque lanzaron ayer contra la Cámara Federal de Apelaciones Mendoza los familiares de detenidos desaparecidos durante la última dictadura militar por haber liberado a todos los acusados de delitos de lesa humanidad.
El blanco de las fuertes críticas fueron los camaristas Julio Petra, Alfredo López Cuitiño y Carlos Pereyra González, quienes hace algunos días dejaron libres a los dos últimos detenidos por delitos que son imprescriptibles: los comisarios Eduardo Smaha Borzuk y Armando Fernández.
Ambos formaban parte del temible D2, el Departamento de Inteligencia de la Policía de la provincia, por el que pasaron varios mendocinos de los que luego nunca más se supo.
Smaha fue liberado el 12 de este mes, mientras que Fernández quedó libre el 17. Ambos estaban detenidos y procesados por disposición del juez federal Walter Bento.
Los delitos de lesa humanidad que les endilgó el magistrado fueron por el asesinato del escritor y dirigente montonero Francisco Paco Urondo y la desaparición de Rosario Aníbal Torres y Juan Domingo Britos.
La manifestación de ayer contó con dos particularidades: una pancarta con las fotografías de 75 de los más de 200 desaparecidos en Cuyo y, como corolario, otra pancarta con el rostro de los tres camaristas que posibilitaron todas las libertades, con sus respectivos nombres y apellidos.
Abajo, una leyenda esgrimía: “Estos camaristas liberan a los asesinos de la dictadura“.
La bronca de los familiares
Ramón Ábalo, de la Liga Argentina de Derechos del Hombre, desafió a los magistrados federales, diciéndoles que “así como pudimos tirar abajo la dictadura, seguiremos acá hasta que se haga Justicia“. De fondo se escuchaba la canción La memoria, de León Gieco.
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