domingo, 23 de noviembre de 2008

Teatro Mendoza: historia y recorrida

Teatro Mendoza

Virginia Di Bari

Fue inaugurado en 1949. A fines del año pasado cerraron sus puertas por problemas edilicios y hoy la comuna capitalina busca venderlo. Fuerte defensa de la comunidad artística y especialistas.

Mendoza. El teatro Mendoza se inauguró el 7 de julio de 1949 bajo un manto de esplendor y fastuosos detalles decorativos. A partir de allí fue un espacio cargado de cultura y también el albergue incondicional de miles de artistas, músicos y espectáculos de alto vuelo.

Sin embargo, a fines de 2007 sus puertas se cerraron y hoy la comuna capitalina, a cargo del lugar desde 1999, busca venderlo porque no cuenta con los fondos suficientes para acondicionarlo estructural y arquitectónicamente. La decisión no pasó desapercibida y desató acciones de diferentes sectores sociales tendientes a evitar que se cumpla con la medida.

De acuerdo a las necesidades o posibilidades económicas de cada momento, el edificio fue cosechando modificaciones, pero ninguna fue de fondo. Más bien siempre se trató de mantenimientos superficiales para que la sala pudiera seguir funcionando durante las temporadas, que se extendían de marzo a diciembre.

El resto del tiempo el teatro se cerraba, porque como no cuenta con aire acondicionado era prácticamente imposible entrar.

Lo cierto es que el sitio tiene una grieta desde la década del 80, sólo que en aquel tiempo no tenía las dimensiones que adquirió en la actualidad. Es por eso que la comuna capitalina recurrió a la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Mendoza para que un grupo de especialistas del Centro Regional de Desarrollo para la Construcción (Ceredetec) encarara un estudio profundo de la estructura y el suelo del lugar.

La idea fue sumar ese informe a un relevamiento arquitectónico que realizó la propia Municipalidad a los efectos de determinar cuánto dinero se necesitaba para acondicionar por dentro el área cultural y agregar servicios.
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Las conclusiones de los técnicos revelaron que el edificio está asentado sobre un terreno irregular y la estructura del teatro se encuentra degradada. De esta manera, el monto total para arreglar el lugar -externa e internamente- es de cerca de 8 millones de pesos.

Recorrido teatral
La falla más notoria está ubicada en la pared Norte del espacio. Allí se percibe una grieta que empieza en el suelo, pero recién se torna visible cuando atraviesa el costado izquierdo de la platea alta. Luego, al mismo tiempo que trepa hasta la tertulia, se ramifica hacia la plataforma de este último piso.

El panorama se completa con azulejos sueltos en la parte de atrás de la tertulia, un sitio que dejó de funcionar mucho antes de que quedara clausurada para el público la platea alta del teatro, en 2005, ambas por cuestiones de seguridad.

Abajo, hay más espacio que antes. Es que algunas de las butacas originales del teatro se sacaron para llevar al microcine de Capital, uno de los lugares elegidos para el despliegue del Bafici. El piso entablonado no está dañado, pero tiene varios signos del paso del tiempo, la misma suerte que corren las alfombras de los pasillos.

Los baños conservan el diseño, los azulejos y sanitarios originales. Si bien superficialmente no presentan mayores inconvenientes, el informe de la UTN señala la necesidad de modificarlos para que sus cañerías no pasen humedad a la tierra.

El subsuelo alberga a más de 10 camarines y también talleres para guardar una que otra utilería. Así, lo que supo ser un pasillo ordenado y despejado para que transitaran los artistas, ahora es un sitio sucio y abandonado.

En pocas palabras, el teatro lleva años de desidia. Fue alquilado numerosas veces por privados hasta que ante la imposibilidad de seguir manteniéndolo, los hijos de los dueños originales del espacio cultural (un matrimonio español de apellido Pose) decidieron venderlo al municipio para que continuara siendo un teatro.

Actualmente, a pesar de que existen posturas disidentes de algunos concejales de Capital, el oficialismo busca vender el teatro. La comuna sostiene que no está en condiciones de invertir 8 millones de pesos para poner a punto "un inmueble que no tiene valor arquitectónico".

En cambio prefiere gastar 2 millones de pesos en recuperar los galpones ferroviarios del Parque Central. La intención es crear un centro cultural con salas más pequeñas y sitios para espectáculos que se adapten a las nuevas tendencias.

La noticia no cayó bien entre actores, asociaciones de actores y funcionarios de la Secretaría de Cultura de la provincia. Desde que el tema está en el centro de la tormenta, la comunidad artística ha desarrollado numerosas protestas y diversas reuniones con ediles para frenar la venta, evitar su demolición y lograr que se declare Patrimonio Cultural. Ellos consideran que si ese lugar se tira, será imposible construir un teatro de semejantes características.

En este sentido, el arquitecto e investigador Ricardo Ponte apuntó que es preciso que "el teatro se mantenga en la órbita municipal, porque es más fácil desde lo estatal garantizar ayuda oficial o privada. Así que no nos apuren con que no tiene valor patrimonial y que por eso lo quieren vender. Porque en nuestra ciudad no se han demolido los edificios malos y horribles, que los hay en abundancia, sino los más valiosos desde ese punto de vista, enfatizó Ponte.

También hizo hincapié en que primero se termine de construir el centro cultural del Parque Central para que recién ahí se discuta seriamente el valor y la funcionalidad del teatro Mendoza.

"No pretendamos vender este lugar para juntar recursos que se destinarán a un mega proyecto que nadie garantizará si se hará, en qué tiempo, en qué forma y con qué resultados", concluyó el arquitecto.

Los Andes, 23 – 11 – 08

La Quinta Pata

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