sábado, 24 de enero de 2009

Obreros golondrina viven en condiciones infrahumanas en Tunuyán

Trabajadores golondrina viven en pésimas condiciones

Julio Luzuriaga

Por un error administrativo, 130 trabajadores siguen viviendo en pésimas condiciones en Campo Los Andes.

Tunuyán. La burocracia del Estado juega en contra de un grupo de trabajadores golondrina que habitan en un tolderío montado en tierras que el Ejército le alquila a empresarios agrícolas en Campo Los Andes. Un error en la confección de las actas de infracción hizo que el tema deba ser tratado por Asesoría Letrada de la Subsecretaría de Trabajo en Mendoza, pero a más de dos meses de labradas las actas todavía no llegan a destino para que se tome una decisión.

Desde la Subsecretaría de Trabajo en Mendoza se informó que los expedientes 678/08, 679/08 y 680/08 están en viaje por lo que no hay una resolución para los trabajadores que viven en ese tolderío.

El último viernes 21 de noviembre el diario UNO publicó las condiciones infrahumanas en las que niños, mujeres y hombres, en su mayoría procedentes del Norte del país y de Bolivia, viven en Campo Los Andes mientras levantan la cosecha de ajo.

El tolderío está ubicado en un predio inculto, situado en pleno descampado, por lo que las personas que allí residen deben soportar, entre otras cosas, la impiadosa intensidad del sol que por las tardes hace que el sitio sea un verdadero infierno.

Quizá estratégicamente colocadas, las 14 carpas están casi ocultas detrás de frondosas arboledas y totorales que hacen las veces de barrera a la mirada de los que transitan a diario la Ruta Provincial 92.

En medio de las precarias chozas armadas con toldos y palos secos, de improvisados postes penden cables que ingresan a cada una de las carpas para brindar un precario y peligroso servicio de energía eléctrica a los temporarios moradores.

Al doloroso cuadro ingresan niños descalzos que caminan la senda que forma la línea de carpas, mezclados entre chanchos que hociquean en la entrada de las tiendas y recorren junto a los pequeños ese espacio que ni siquiera se asemeja a un hogar.

Inspección
Una vez que el tema tomó estado público, inspectores de la Subsecretaría de Trabajo labraron actas y emplazaron a un consorcio empresarial a presentar la documentación que demuestre la contratación de estos trabajadores que levantan la cosecha de ajo y les dieron un plazo para brindarles condiciones dignas de habitabilidad.

El grupo deslindó responsabilidades respecto de las condiciones en las que viven los obreros y apuntaron a un solo empresario. En ese momento la Subsecretaría de Trabajo pasó el caso a Asesoría Letrada que definiría el tema en 20 días.

Ya pasaron dos meses y todavía no hay respuestas. Mientras tanto 130 personas, entre las que se cuentan unos 30 niños, sobreviven bajo las condiciones más indignas de seguridad e higiene.

Una muerte en 2008
El lugar donde se levanta este precario asentamiento es el mismo donde a comienzos del año pasado una joven boliviana de 17 años, identificada como Blanca Coredo Uscucil, perdió la vida al ser aplastada por un añoso sauce que cayó sobre una de las carpas a raíz de un fuerte viento Zonda que azotó la región el 10 de enero. Otras cuatro personas, entre ellas un niño de 4 años, resultaron heridas.

Sin respuesta

130 personas, de los que 30 son niños, viven en condiciones infrahumanas en un tolderío en Campo Los Andes.
La situación fue detectada en noviembre de 2008, pero por un error en las actas, el caso todavía espera resolución en la Subsecretaría de Trabajo.
En el mismo predio, en enero de 2008, falleció una joven boliviana cuando cayó sobre una de las carpas un añoso sauce en medio de un viento Zonda.

Diario Uno, 24 – 01 – 09

La Quinta Pata

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