El fotógrafo Sebastiao Salgado, de 65 años, está inmerso en "Génesis", un trabajo de perfil optimista en el que da una vuelta de tuerca al tratamiento de la denuncia social, con fotos de ecosistemas que se conservan por no haber sido devastados por el hombre.
El proyecto "Génesis" significa un importante giro en los trabajos de este controversial fotógrafo, considerado el máximo exponente de la fotografía testimonial del 90 y cuestionado por algunos intelectuales por crear una estética bella de la miseria.
"Al inicio pensé fotografiar las fábricas que contaminan y los depósitos de basura. Pero, al final, decidí que la única forma de dar un estímulo, de traer esperanza, es exhibir las imágenes del planeta original, para que se vea la inocencia. Entonces podremos entender qué debemos preservar", dijo Salgado a la prensa.
Algunas fotografías de "Génesis" ya fueron divulgadas en exposiciones y en la página del diario británico "The Guardian", donde se ven fotos blanco y negro de ballenas de la Patagonia, la isla Galápagos y la Antártida.
El brasileño dejó así de apuntar directamente con su lente a las carencias humanas – que muestra en trabajos como "Éxodos" con cuidadas y crudas imágenes de refugiados de guerra – y comenzó un nuevo tratamiento de la empresa que mantiene hace tres décadas, denunciar los maltratos sociales y ambientales.
"Espero que la persona que entre a una de mis exposiciones no sea la misma al salir", dijo Salgado al definir el objetivo de su trabajo, que lo llevó a más de 120 países y le valió colaborar con la prestigiosa agencia francesa de noticias Magnum.
A diferencia de sus detractores – entre los que cuenta el escritor Ivan Lessa – intelectuales como el uruguayo Eduardo Galeano y el inglés David Campbell reconocen el valor de esas fotografías, que tienden un puente entre el arte y el compromiso comunitario al hacer visible la realidad de millones de marginados como hecho artístico.
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