Setenta familias viven desde hace un mes en asentamientos de El Bermejo

Francisco Guerrero

Son hijos de los ex habitantes del Costa Esperanza. Estaban inscriptos en una asociación que fue intervenida.

"Hace cinco años que estamos pagando para tener una vivienda y no tenemos ninguna respuesta, por eso, cansados de ir a golpear puertas, decidimos armar estas carpas porque no tenemos dónde vivir", señaló María Morales. Contó que la mayoría de los que allí están asentados lo hicieron desde el 18 de enero y son familiares del barrio vecino, hijos de los habitantes del Nueva Esperanza.

El sitio en cuestión queda en El Bermejo, se ingresa por calle Pedro Molina y Silvano Rodríguez hacia el norte. Allí se puede observar que entre los descampados y algunos barrios crecen tres asentamientos. Uno es donde vive María, junto a unas 35 familias. Otro está enfrente, junto al barrio Belgrano y ahí se asentaron unos 15 grupos familiares.

A esto se suma un tercer sitio, ocupado por unas 20 familias en donde estaba proyectado un espacio verde para los vecinos del Nueva Esperanza. Los tres lugares comparten similares características. Son muy precarios, las carpas están hechas con nylon negro, algunos palos, chapas y ladrillos para sostener las láminas plásticas, y nada más. Con cañas de la zona realizaron una suerte de cierre perimetral.

Niños de todas las edades juegan alrededor de las rudimentarias carpas. Algunos ya han empezado a construir su casa de ladrillo y otros hasta cuentan con energía eléctrica, mediante una conexión aérea clandestina que improvisaron con cables que peligrosamente recorren el nuevo asentamiento guaymallino.

"No tenemos otra, tuvimos que ocupar el predio donde iba a estar el barrio para nosotros, pero es que estamos cansados de las promesas. Hace unos años vinieron de la Municipalidad, con especialistas de la Universidad Nacional de Cuyo, hicieron el relevamiento y se determinó una solución habitacional para 24 familias de la zona, que somos parientes de la gente que vive en el barrio Nueva Esperanza", añadió Fernanda, otra joven que habita el asentamiento.
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Agregó que por mes comenzaron a pagar cuatro pesos. "Eso hace cuatro años y medio y vamos al IPV, a la Municipalidad y nos enteramos de que no estamos en ninguna operatoria y no hay ninguna solución a corto plazo. Ahora se han sumado más familias porque se va agrandando el problema de vivienda".

Estas personas explicaron que el problema comenzó justamente hace 4 años, cuando se intervino la asociación Domingo Faustino Sarmiento (que es la entidad encargada de la operatoria de vivienda) que debe hacer las primeras 24 casas programas que reclaman. A partir de allí, se cortó toda posibilidad de seguir avanzando en materia de vivienda.

"Hemos formado una comisión para encontrar una solución, de la cual formo parte, pero todo está estancado y por eso decidimos ocupar estos terrenos", agregó María Morales, mientras que José Riquelme, otro poblador, dijo que lo único que piden es ingresar a una operatoria de vivienda y todos reconocieron que bajo condiciones tan precarias no pueden continuar allí, en esos predios, especialmente por los niños más pequeños.

Resaltaron que como la mayoría son parientes de los que viven en el Nueva Esperanza, pueden ser cobijados ante una tormenta.

Respuesta oficial
Desde el municipio de Guaymallén explicaron que los problemas que puedan surgir con las entidades intermedias que llevan adelante operatorias de vivienda, no son responsabilidad de la comuna. En todo caso, si estas entidades han sido intervenidas se debe recurrir a la Dirección de Personas Jurídicas de la provincia, que es la que entiende en el asunto.

De todas maneras, en la comuna informaron que la anterior gestión municipal, que dejó el Departamento Ejecutivo a fines de 2007, no priorizó la operatoria de la asociación Domingo Faustino Sarmiento. "En el área de Vivienda no figura, pero el propio intendente invitó a las personas que ocupan el asentamiento a acercarse a la comuna para encontrar una solución en conjunto", señaló una fuente oficial del municipio.

Los Andes, 18 – 02 – 09

La Quinta Pata