domingo, 15 de marzo de 2009

Los célebres médicos que Mendoza olvidó

Diego Paroissien

Carlos Campana

La historia casi no recuerda la curiosa vida de Diego Paroissien y Edmundo Day, profesionales ingleses amantes de la vida y la aventura.

La historia olvidó por completo a dos hombres de nacionalidad inglesa que dieron su trabajo y abnegación para salvar vidas humanas, especialmente personas que vivieron en Mendoza durante el siglo XIX. Uno fue el doctor Diego Paroissien, y el otro, menos difundido, llamado Edmundo Day.

Paroissien, me suena...
El nombre de Diego Paroissien, es bastante familiar entre los mendocinos que viven en Maipú. Así fue bautizado con justa razón el hospital del departamento. Pero, ¿quién fue Paroissien y qué hizo en Mendoza?

Este médico llegó al Río de la Plata a principios del siglo XIX desde Gran Bretaña hacia Montevideo. Allí fue detenido por las autoridades coloniales. Se sospechaba que era espía enviado por el gobierno del Reino Unido. Tiempo después se estableció en Buenos Aires y, al producirse la revolución de Mayo, se unió a la causa patriota.

En 1811 se hizo ciudadano de las Provincias Unidas y fue uno de los primeros extranjeros que recibió carta de ciudadanía del nuevo gobierno. Fue durante la campaña libertadora que Paroissien llegó a Mendoza como médico cirujano.

Pero muy pocos conocen que aparte de organización sanitaria para el Ejército de los Andes, prestó a cientos de mendocinos sus servicios médicos trayendo desde Europa su botiquín con importantes productos medicinales, los cuales salvaron muchas vidas a la población civil.

Tal vez su figura resulta más conocida por su abnegado trabajo en el Ejército como cirujano en los campos de batalla, extrayendo balas o amputando piernas a los soldados patriotas. Paroissien falleció en un viaje de Arica a Valparaíso en 1827.

Me voy a tierras extrañas
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En las postrimerías del gobierno de Juan Manuel de Rosas, llegó a nuestro país mister Edmundo Day, médico de origen británico quien tenía debajo de su brazo el título de doctor en medicina. Al poco tiempo su diploma fue revalidado en Buenos Aires, mereciendo felicitaciones de las autoridades universitarias argentinas.

El doctor Day se radicó en nuestra provincia y así empezó su consagración durante muchos años al ejercicio de la medicina en forma desprendida y sacrificada.

Tenía instalado su consultorio próximo a la botica del viejo Sicardi, en calle entonces Paraná, “y hacía tan poco caso del dinero que cuanto recibía de los enfermos en pago de su atención acumulábase sobre el escritorio, cubriéndose de polvo, sin que a su dueño importase mayormente el guardarlo”, decían las crónicas de la época.

Son muchas las anécdotas que quedaron en el recuerdo del doctor Day.

En una ocasión se cuenta que fue llamado en consulta junto con los doctores Julio Lemos, Adolfo Puebla, Primitivo de la Reta y Ventura Gallegos.

El doctor Lemos, recién graduado, hizo una larga y brillante exposición a sus colegas, respecto de las observaciones que le sugería, como médico de cabecera, el caso que se trataba en particular.

Luego de que hablara Lemos por espacio de casi media hora, se requirió la opinión de Day quien, fría e impasiblemente se limitó a decir: “Cuarenta gramos de magnesio...” Esta sencilla prescripción médica salvó al enfermo.

Los Andes, 15 – 03 – 09

La Quinta Pata

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