domingo, 22 de marzo de 2009

Venezuela: ante la crisis, huir hacia delante

Miguel Lozano

Caracas. Venezuela delinea hoy una estrategia propia para enfrentar la crisis mundial, ajena al tradicional apretón de cinturón en los malos tiempos, que incluye un ambicioso plan de 225 mil millones de dólares en inversiones.

En un programa anticrisis revelado el pasado sábado por el presidente Hugo Chávez resalta asimismo como aspecto clave la defensa de los gastos sociales, enfoque opuesto a las recetas neoliberales recomendadas en el pasado.

El plan incluye restricciones dadas por la necesidad de ajustar el presupuesto, estimado a razón de un promedio de 60 dólares por barril de petróleo, para llevarlo a una cifra más real en las condiciones de crisis de 40 dólares por barril.

Como resultado, el presupuesto fue reajustado 6,7 por ciento menos que lo estimado a inicios de año y pasó de 167 mil 474 millones de bolívares (77 mil 894 millones de dólares) a 156 mil 388 millones de bolívares (72 mil 739 millones de dólares).

La disminución será reajustada con recortes de gastos de la administración y aumentos del impuesto al valor agregados (IVA) del nueve al 12 por ciento y de la previsión del endeudamiento interno.

Para el aparato estatal se establece la eliminación del gasto suntuario: remodelaciones, nuevas sedes, publicidad innecesaria, regalos corporativos, agasajos, renovación de plataformas tecnológicas, viajes al exterior y otros.

Asimismo se establece un máximo para los salarios de funcionarios de alto nivel del gobierno y empresas estatales y un ajuste en los niveles superiores de la nómina de contratados.

El endeudamiento interno (bonos y créditos) se incrementa de los 12 mil millones de bolívares (cinco mil 581millones de dólares) a 34 mil millones de bolívares (15 mil 813 millones de dólares), nivel que, expresó Chávez “deja espacio de maniobra”.

Para las autoridades, la fortaleza financiera y económica de la nación suramericana, apuntalada por medidas tomadas en años pasados como el control de divisas, permite al país enfrentar la crisis sin afectar sus planes sociales ni de desarrollo económico.
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En ese sentido, Chávez confirmó que se mantiene las inversiones previstas para garantizar la expansión que incluyen en cuatro años 100 mil millones de dólares para el área no petrolera y 125 mil para la industria de hidrocarburos, su principal fuente de ingresos.

En cuanto a prioridades de desarrollo fueron identificadas tres áreas: energética (petróleo, gas, electricidad y carbón), alimentos y vivienda.

Como expresión de la decisión oficial de no cargar sobre los hombros de los más pobres el peso de la crisis, Chávez anunció un aumento en 2009 del 20 por ciento del salario mínimo, que hoy es equivalente a 372 dólares mensuales.

El ajuste deja intactos las misiones, programas sociales emblemáticos del gobierno de Chávez que garantizan a millones de personas educación y salud gratuitas, alimentos a precios subvencionados, capacitación laboral e impulso a la economía comunal.

Como parte de la proyección de no afectar a los sectores menos pudientes, Chávez confirmó que no habrá devaluación del bolívar (que se cambia a 2,15 por dólar) ni incremento del precio de la gasolina, el más bajo del mundo.

Esta proyección social se apoya en la potente industria petrolera venezolana que produce tres millones 172 mil barriles diarios, aún cumpliendo el recorte aprobado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Para Chávez, se trata de defender “lo que hemos venido logrando en los años precedentes. Cuidarnos de una gran amenaza que se originó en ese modelo económico (capitalista) tan defendido por la burguesía criolla”.

La propuesta anti-crisis venezolana tiene ahora por delante el reto de demostrar que es posible enfrentar una crisis huyendo hacia delante y sin la tradicional concepción de un apretón de cinturón que normalmente oprime a los sectores de menos ingresos.

PL, 22 – 03 – 09

La Quinta Pata

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