jueves, 16 de abril de 2009

Los intendentes al frente

Ramón Ábalo

Hasta hace unos atrás los intendentes comunales justificaban el favor de los vecinos con medidas cotidianas que se traducían -no siempre, por supuesto- en el barrido y limpieza de las calles, la basura hogareña, las acequias, las luminarias callejeras, "la perrera" (el secuestro de los perros callejeros) y, por qué no, la incorporación a la planta comunal, de algunas decenas de correligionarios. El poder comunal, así, podía ser placentero.


Ese poder administrativo se ha transformado en el transcurso de los últimos tiempos en una complejidad que suele quitar el sueño a los mandatarios departamentales por los nuevos roles que desde arriba – provincias y Nación – le derivan sin misericordia alguna. Una descarga de responsabilidades a compartir como el de la enseñanza, la salud, la seguridad, los salarios, las villas, el trabajo, la desocupación, el porro y el paco. Casi nada.


Pero tanto peso y sacrificio tiene su compensación en cuanto se acercan los momentos electorales. Los politicólogos y analistas sociales de toda laya han llegado a la conclusión de que la figura del intendente ha logrado, políticamente, dimensiones que lo colocan en un sitial expectante para su coterráneo elector. Claro, siempre y cuando su misión de barrido y limpieza brille con fulgor propio.


Seguramente que esta visión es la que ha estructurado la estrategia electoral del kirchnerismo al convocar a los intendentes bonaerenses – los del PJ, lógico – a que sean punta de lanza en las listas comunales, las que en conjunto pueden darle la victoria en la provincia que acapara el 40 por ciento de los votantes argentinos.


Y un poco a tono con esta estrategia parecen haber tenido en cuenta los popes pejotistas menducos al momento de acordar, entre sonoros desacuerdos previos, que el encabezamiento de listas para senadores y diputados nacionales sean de los intendentes del palo que tienen un perfil más o menos positivo en sus respectivos territorios. Es por ello que Omar Felix, el capo de San Rafael va como candidato a una plaza de diputado y Bermejo, de Maipú, como senador, ambos al Congreso de la Nación. Otros que sumarán fuerte son los de Guaymallén, Las Heras, Lavalle y General Alvear.


La jugada tiene razón de ser porque los candidatos tienen buena llegada con sus vecinos por la labor que cumplen y por ello, y lo principal, administran territorios donde se concentra la mayoría de la población de la Provincia. En conclusión, los gurúes partidarios ya sacan cuentas y desbordan de optimismo, porque suponen que al menos dos de las bancas, en el orden nacional, de las cinco en juego por Mendoza, serán justicialistas y, por ende, del kirchnerismo, y que se sumarán a una banca que se prolonga y que les pertenece. El 28 de junio, lo seguro es que será un día de alegrías y lágrimas para unos o para otros.

La Quinta Pata, 16 – 04 – 09

La Quinta Pata

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