viernes, 19 de junio de 2009

Carta del MEDH a la Legislatura por CCD “Colonia de vacaciones” en Papagayos

Señores
Comisión de Derechos y Garantías
H. Legislatura de la Provincia de Mendoza
S / D.

De nuestra consideración:

El Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos- Regional Mendoza, representado por María del Carmen Gil de Camín y Elba Morales, conforme al poder institucional que acompañan en copia, con domicilio social en San Lorenzo 478, Mendoza, nos presentamos a los señores legisladores por el siguiente motivo:

I – OBJETO. Venimos a denunciar el funcionamiento durante la dictadura militar en Mendoza, de un centro clandestino de detención, y peticionar la investigación del mismo.

II – NOMBRE Y UBICACIÓN DEL CCD. El lugar es conocido como COLONIA DE VACACIONES, ubicada en Papagayos, provincia de Mendoza. La página Webb de la Dirección General de Escuelas expresa que el inmueble fue casa de fin de semana del Gobernador Francisco Alvarez a principios del siglo pasado, posteriormente utilizada como centro de salud, vivero forestal, etc.. Actualmente forma parte del programa de Colonias Educativas de la DGE como ESC. 5-009. En la misma página se lee: “El campamento de Papagayos se encuentra en el pedemonte, a 15 km.de la ciudad, 3 km. hacia el oeste detrás del autódromo Gral.San Martín …” Sus actuales instalaciones son, evidentemente, de mayor amplitud que la colonia originaria.

II – ANTECEDENTES. La zona de Papagayos fue escenario de hechos delictivos cometidos en la etapa previa a la dictadura militar, contra militantes políticos, sindicales, y otras personas, perpetrados desde los grupos paramilitares/policiales, y de ellos dio cuenta la prensa local en los años 1975 y 1976. Estimamos que resultaría útil establecer la relación que pudo haber existido entre tales hechos y la posible utilización del inmueble como base de esas operaciones. Para ello deberá establecerse qué institución y/o personas tenían a su cargo el lugar.

III - COMO LUGAR DE DETENCION ILEGAL.

A) Tenemos conocimiento de que fueron secuestradas y mantenidas ilegalmente privadas de su libertad en la Colonia de vacaciones de Papagayos, las siguientes personas:
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1. Ricardo PUGA. Detenido el 13 de enero de 1976. Trasladado directamente a Papagayos en el baúl de un Fiat 128 rural amarillo. Lo tienen en ese lugar entre 6 y 7 días sometido a torturas con picana eléctrica y otros métodos. Se encontraba en una habitación, esposado y vendado. En algún momento alcanza a ver parte de la construcción. Se trataba de una casa tradicional antigua. Escribió su apellido con las esposas en una de las paredes. En el exterior de la misma sufrió simulacro de fusilamiento, lo llevaron entre los cerros y le hicieron cavar un pozo. Percibió movimiento de autos todos los días, en especial en horario diurno. No escuchó gritos de mujeres, solamente de hombres torturados. Fue trasladado al D-2, y previo a la partida le permitieron lavarse en un surtidor que había afuera de la casa.
Después de su liberación, Puga reconoció el sitio en que había estado y tomó fotografías del mismo, incluida la imagen de su apellido rayado sobre la pared y también del surtidor, las que se acompañan.
Ricardo Puga no habría sido citado a declarar ante la Justicia.

2. Juan Basilio Sgroi (fallecido). Secuestrado el 13 de enero de 1976 en su domicilio de Gutiérrez, Maipú, a media noche, por un grupo numeroso de personas armadas, enmascaradas que habían cercado toda la cuadra, habían subido a los techos, ingresaron con suma violencia y se lo llevaron encapuchado. Sometido a idénticos tormentos que su compañero de cautiverio en Colonia de Vacaciones Papagayos (Ricardo Puga) escuchaba los gritos de otras personas. Lo sacan de la casa y lo someten a simulacro de fusilamiento. Le obligan a cavar una fosa donde se lo introduce y se lo cubre con tierra. Se lo somete a “ruleta rusa”. También fue trasladado al D-2 en fecha similar. Deberá verificarse si Sgroi fue citado a declarar ante la Justicia. Presentó testimonio ante Naciones Unidas en diciembre de 1980 cuando ya se encontraba exiliado en Bélgica. Se acompaña copia simple de la nota de recepción de su denuncia que le remitiera la Unidad de Comunicaciones, División Derechos Humanos.

3. Francisco Solano López Romito. Secuestrado en la misma fecha que los anteriores. Tanto Ricardo Puga como Juan B.Sgroi relatan que estuvo secuestrado con ellos en Colonia de Vacaciones Papagayos, sometido al mismo trato, y trasladado con ellos al D-2 y posteriormente a la Penitenciaría (Legajo 56175). También salió exiliado y se encuentra radicado en España.


B) LEGAJO CONADEP 5185. Se trata de una denuncia anónima que da cuentas de un fusilamiento masivo y voladura con explosivos, en la zona de Papagayos. Se acompaña copia simple de la misma. La Cámara Federal de Mendoza instruyó causa en 1986 aproximadamente.

C) DENUNCIA RECIENTE.
En el segundo semestre de 2008, concurrió a las oficinas del MEDH Regional Mendoza, el señor Sergio Luis Miranda, con el propósito de preguntar si se encontraba registrado como desaparecido o ex preso, un amigo suyo y compañero de militancia en la Juventud Peronista, llamado Juan Carlos Gutiérrez, a quien vio por última vez privado de su libertad en una casa de la montaña donde compartieron cautiverio. Constatamos que Gutiérrez Juan Carlos no se encuentra registrado como preso político ni como persona desaparecida. Lo describe como a un joven corpulento, alto, morocho, con bigotes, de unos 26 años para 1976/77. Trabajaba en un taller metalúrgico, vivía solo en un departamento interno de calle Maipú de ciudad, en la esquina había entonces una gomería.

Sucesivas conversaciones posteriores con Miranda arrojaron la siguiente versión:

Miranda y Gutiérrez, junto a otras personas, se encontraban pegando carteles alusivos al peronismo en la Plaza Independencia, a fines del mes de diciembre de 1976. Fueron detenidos en un operativo relámpago y subidos a una camioneta (cree recordar que era blanca), de inmediato a Miranda le taparon la cara con su propia camisa o remera. Eran cinco o seis detenidos, dos personas eran mayores como de 50 o 60 años.
Iban en la caja cubierta de la camioneta. A algunos los bajaron cree que en el viejo edificio de la Jefatura de Policía. Luego siguieron. El motor de la camioneta producía el ruido típico de ir ascendiendo. Al fin los bajaron en una casa grande y allí los distribuyeron separadamente y ya no estuvo junto a Gutiérrez. Posteriormente supo que su domicilio, la casa de sus padres, había sido allanada poco después de su detención.

La permanencia de Miranda en esa casa fue de unos cuatro meses, deducimos, pues él reconstruye ese período a base de referencias: cree que por lo menos una de las fiestas de fin de año la pasó en ese lugar. Su 21 cumpleaños (24 de abril) lo pasó ya en la seccional de Policía 2ª lugar desde donde fue definitivamente liberado, a mediados de junio probablemente el día 15.

En la casa (Papagayos) todos los prisioneros eran sometidos a incontables sufrimientos. Torturas, privaciones, vejámenes. A su llegada fue introducido en una habitación en la que había dos mujeres jóvenes que quedaron allí cuando él fue trasladado a la Seccional 2ª. Al cabo de algún tiempo de permanecer en la casa a él ya no lo torturaban y le ordenaban hacer algunas tareas, como traer a la casa agua que sacaba de un surtidor que había en el exterior. Describe que había un calefón a leña, que él solía encender, que había un veredín angosto de ladrillos cruzados que le hacían baldear, las ventanas estaban tapadas, algunas veces pudo ver a Gutiérrez que estaba en una habitación que parecía no tener ventanas, sólo una puerta. Dos o tres veces pudieron cambiar unas pocas palabras. Se trataba de una casa antigua, grande, con un sector alargado, había desniveles en los techos de los distintos sectores de la casa.
En cuanto al personal permanente del lugar, Sergio tiene presente al jefe, un hombre gordo, corpulento, muy morocho, de bigotes, de vientre prominente, conducta soberbia y sádica. Tenía una voz alta, fuerte, de mando y era precisamente el que mandaba en el lugar. A veces percibía que de afuera llegaban otros que también eran jefes.

Miranda relata que en los primeros días de su llegada a la casa en la montaña, las mujeres con las que compartía la pieza estaban en buen estado físico, como si hubieran sido detenidas recientemente. Aunque tenían prohibido hablar entre sí, lograron alguna comunicación en especial, una de ellas le dice que su nombre es Marta, que de sobrenombre le decían Negrita, que era docente (no está seguro si maestra o profesora), que tenía dos hijos. Era morocha, “linda y de buena figura”, con aspecto elegante, usaba melena, se expresaba bien, su voz sonaba firme. Procedía de un Departamento de la provincia el cual Miranda no recuerda. Había estado en Ezeiza cuando llegó Perón y se produjo el ataque masivo sobre la concurrencia que es de público conocimiento.

La otra joven tenía el cabello largo, muy espeso, oscuro, se le enredaba todo el tiempo y le ayudaban a desenredarlo, se lo ataba. Se destacaban sus ojos, que le parecen grises o verdosos. Era más baja que Marta y de aspecto más sencillo, muy bonita. No tiene idea de su nombre. Hablaba muy poco y en voz muy baja. Le dijo que en una habitación próxima estaba una amiga de ella, no habría mencionado su nombre, y puede ser que hayan sido detenidas juntas.
Miranda las ve como de 30 años o más, desde su óptica de persona muy joven (20 años) en relación a la mayoría de los desaparecidos y sobrevivientes del terrorismo de Estado, nacidos en general al principio de la década de los 50. El no sabe si sus dos compañeras de cautiverio llegaron a la casa al mismo tiempo, pero cree que no las detuvieron juntas y que no se conocían con anterioridad. Sí, recuerda con precisión que Marta ya estaba allí cuando él llegó.

D) DATOS COMPARATIVOS.
Una vez analizados los diferentes datos aportados por Miranda en el transcurso de varias conversaciones, fueron comparados con las denuncias anteriores, en especial de Puga, quien pudo establecer que la casa de la montaña en que estuvo secuestrado, era la Colonia de Vacaciones de Papagayos.
En el MEDH también se recibió una denuncia en la década del 80, que se refería a una casa de la montaña como centro clandestino de detención, de la cual era jefe Alberto Roque Rondinini, policía del D-2, con otro personal policial a su cargo.
Por su parte, el hoy detenido y condenado Carlos Alberto Vega, “el tío” de La Perla, relataba a sus secuestrados (testimonio de Teresa Meschiatti) que solía venir a Mendoza y en esas ocasiones visitaba a un amigo que estaba al frente de un ccd que era una casa ubicada en la montaña, no muy distante de la ciudad. Probablemente Vega que era como un “administrador” de La Perla, participaba en el traslado de detenidos.
A la vez, Rondinini está identificado como personal del D-2, del sector calle según lo describe Pedro Dante Sánchez Camargo, entonces Jefe del D-2, en su declaración indagatoria ante la Cámara Federal de Mendoza en 1987.

El sadismo de quienes dirigían y controlaban el lugar llegaba al punto de que, no obstante el frío nocturno en el piedemonte, había noches en que obligaban a los prisioneros a permanecer desnudos sin nada para cubrirse. Pasaban hambre. No se les pemitía higienizarse. A veces Miranda cuando iba a baldear podía mojar un trapo que les alcanzaba a sus compañeras para que se pasaran por la cara y las manos y también algunas veces le permitían alcanzarles un vaso de agua. Otras veces él se mojaba los bolsillos para que ellas se humedecieran las caras. Alcanzaba a ver árboles en los alrededores.
Las compañeras de cautiverio solían ser retiradas del lugar, a veces juntas, a veces una de ellas, por un día o hasta dos días, y regresaban cada vez en peor estado. Así transcurrió un tiempo que está fuera de todo calendario, que Miranda sólo puede referenciar actualmente por datos tales como celebraciones de fin de año, cumpleaños, que sus familiares recuerdan como días en que la ausencia del desaparecido (Miranda) los tornaba más angustiosos.

El segundo del jefe, quedaba al frente cuando este se ausentaba. Era un hombre de estatura mediana, ojos grandes oscuros, cejas anchas, bigote tupido, se notaba que era de barba tupida, cabeza redonda, pelo corto, se mostraba como de escasa instrucción, se comportaba como “un tipo nervioso” que imitaba a su jefe y usaba una exagerada voz de mando. Este hombre participó del operativo de detención de Miranda y Gutiérrez. Los guardias estaban en una habitación contigua a la que ocupaban Sergio Miranda y las dos mujeres, había un baño grande utilizado por los jefes que él a veces limpiaba, le parece que tenía dos puertas de acceso.

El sistema de permanencia de los jefes era rotativo, Miranda cree que durante tres días estaba uno y los tres días siguientes, el otro. Recuerda que en una oportunidad no estuvo ninguno y quedó a cargo un desconocido, que les hizo dar un buen plato de comida y les permitió acceder al baño y bañarse.

Miranda vio a otras dos mujeres en el lugar. Una de ellas lavaba la vajilla en la canilla de afuera a la que alude Miranda y alguna vez coincidieron allí, pero no cambiaron palabras. Dice que se trataba de una mujer de piel muy blanca “como de porcelana”, cree que ojos claros, tenía el cabello oscuro, le parece que castaño oscuro, un largo de melena, raya al medio. Estatura mediana, estaba vestida con pantalón, dice que se veía “una mujer fina, linda, de buena figura”. Puede ser que la viera usar lentes pero no está seguro. Era quien cocinaba. En cuanto a la otra mujer que a veces lavaba la vajilla, la vio muy poco porque si coincidían ella se alejaba como si no quisiera ser vista. Ambas eran jóvenes, de mediana edad. Era evidente que también eran prisioneras y que estaban desaliñadas.
En las escasas ocasiones en que cambiaron algunas palabras, Gutiérrez le dijo: “esta señora nos cocina” en referencia a la primera mujer descripta y otra vez le dijo “me están haciendo firmar papeles a lo loco” pues como dibujaba muy bien parece que le hacían “dibujar” firmas.

Un día lo trajeron a Miranda a la Seccional 2ª donde había algunas mujeres detenidas por prostitución. Ellas le dieron ropa pues él sólo vestía pantalón y la remera con que lo habían detenido y ya era fines de marzo o principios de abril. También había algunos hombres que parecían chilenos y que eran presos comunes. En este lugar no fue maltratado. Estuvo hasta mediados de junio, como si no hubiera definición respecto a lo que harían con él. Llegó el día en que el Comisario o Subcomisario José López García, lo llamó a su oficina, le entregó su documento de identidad, le recomendó que no le dijera a nadie ni una palabra de lo que había pasado y menos, que él lo había liberado, que se fuera y que se marchara de Mendoza lo antes posible. Este oficial de la Policía conocía de dónde venía Miranda.

Efectivamente, Miranda se fue a Neuquén a trabajar con un familiar y volvió alrededor del año 1980. En todos estos años y hasta que concurrió al MEDH, no habló con nadie acerca de la situación vivida. Tenía la expectativa de que las dos mujeres que compartieron el durísimo cautiverio también hubieran sido liberadas. En cuanto a su amigo Gutiérrez no supo nada más de él y su presencia en el MEDH surgió de la preocupación que no lograba superar, por el destino que corriera.

D) RECONOCIMIENTOS.

Al mostrarle las fotografías con que Ricardo Puga registró la Colonia de Vacaciones de Papagayos, y comparar la descripción que hizo de lo que pudo ver en el lugar, aparece claramente la Colonia Papagayos como el lugar en que estuvo secuestrado. Además, en las fotos de Puga aparece el calefón que menciona, los desniveles de los techos y el aspecto general del lugar son coincidentes.
Este lugar comenzó a ser demolido –sería el año 1984 o próximo- y el entonces Director de Escuelas señor Estrella recibió la denuncia de que se habría tratado de un centro clandestino por lo que suspendió en ese momento la demolición. No conocemos si el señor Estrella derivó aquella denuncia a la Justicia, suponemos que existe un expediente al respecto en la ex Dirección General de Escuelas.

Miranda reconoce a Alberto Roque Rondinini (ya fallecido) en una foto como al Jefe que dirigía el centro clandestino. Su LE es Nº 6.894.285, ingresó a la Policía de Mendoza en 1960. Fue trasladado al D-2 en 1964. En 1976 consta que está en comisión en la Escuela Superior de Policía, en septiembre consta su regreso al D-2, en octubre cumple el curso del CIC (contrasubversivo) y en diciembre de 1977 lo trasladan a la Seccional 25, para mencionar sólo la actividad policial que coincide con el período que nos ocupa.

En cuanto a las detenidas desaparecidas cuyos datos aparecen coincidentes con la descripción que hace Miranda de sus compañeras de cautiverio, en el MEDH concluimos que puede tratarse de las siguientes personas:

a) “Marta”, sobrenombre “Negrita”, maestra, con dos hijos, refiere Miranda y hace su descripción física. En nuestro archivo encontramos a :
Marta Elida Lourdes Saroff (Legajo CONADEP 04718-052209), nacida el 11 de febrero de 1950 en San Martín, Mendoza, se recibió de maestra normal nacional en el Colegio San Vicente de Paul en 1967. Estudió durante dos años en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Se desempeñó como maestra alfabetizadora en una villa de emergencia. Hacia fines de 1972 ingresó como empleada bancaria en Palmira. Se casó en octubre de 1973 con Armando Alfredo Lerouc quien tenía una imprenta en San Martín. A causa de un allanamiento en la imprenta y de una fuerte persecución sobre el grupo al que pertenecían, a mediados de 1975 se trasladaron ambos a San Juan junto con su compañero de militancia y empleado de la imprenta, Luis Roque Moyano.

En la querella promovida por el MEDH en autos 053 F-056 F (“abril de 1977”) decimos: “En noviembre (de 1976) se produce otro operativo en San Juan sobre militantes mendocinos montoneros: es detenido Luis Roque Moyano el día 19 (Legajo SDH 3103) oriundo del Departamento de San Martín, Mendoza, su novia Ana María Moral escapa a Mendoza donde relata que a Moyano lo habrían matado en la seccional policial en la que se encontraba secuestrado. El día 20 es ametrallado Armando Alfredo Lerouc (Legajo CONADEP 7151 como Leraux Alfredo A.) y secuestrada, desaparecida su esposa Marta Elida Saroff (Legajo CONADEP 4718 – 5209), ambos oriundos del departamento San Martín, Mendoza”.

El cadáver de Lerouc fue entregado a los padres quienes lo sepultaron en Mendoza. La hija del matrimonio, María Eva, estaba con sus abuelos. El día 25 o 26 de noviembre, en la noche, previo golpear fuertemente la puerta de la casa de la familia Saroff, desconocidos dejaron al bebé de pocos meses, Fernando Luis, con algunas ropas, su alimento, unos medicamentos y un papel escrito por la madre –Marta Saroff- indicando la forma de administrarlos. Otro papel, escrito a máquina, contenía el nombre, lugar y fecha de nacimiento del niño.

Es la última noticia que su familia tuvo de Marta Saroff. Todas las gestiones extrajudiciales y recursos de habeas corpus dieron resultado negativo. En el MEDH no hay fotografías de Marta Saroff, pues las hemos pedido a su hija María Eva Lerouc pero hasta el presente no las obtuvimos. Su dirección de correo es evalerouc@hotmail.com, y sus teléfonos 02623-430099 y 155666565. Vive en Pringles 456, Barrio Jardín, San Martín.

b) Liliana Gladys Riveros.
Viendo su fotografía, Miranda reconoce en esta detenida-desaparecida a la otra compañera de cautiverio, de quien no supo el nombre ni circunstancias de su vida. Además del reconocimiento fotográfico la descripción física de su persona es coincidente.

Legajo CONADEP 04359-05226. Nacida en Mendoza el 27 de febrero de 1952, DNI 10.041.423. Convivía con Federico Gustavo Suárez con quien tuvo una hija nacida el 5 de julio de 1975. Suárez (Director de Cultura del Gobierno de Martínez Baca) y Liliana militaban en la organización Montoneros, y a causa de la persecución que padecían, él se trasladó a la Provincia de San Luis donde el 9 de diciembre de 1975 fue muerto por fuerzas armadas. Liliana había permanecido en Mendoza en el domicilio de sus padres a causa de la escasa edad de su hija, pero al ocurrir el hecho en que Suárez perdió la vida, por miedo a igual represalia cambió de domicilio y se alojaba temporalmente en distintos lugares. Por último se fue a San Juan dejando la niña con sus padres, donde continuó con su militancia política. En agosto de 1976 Liliana se fue a Santa Fe en compañía de Héctor Hugo Vedia, donde habrían formado parte de un grupo que militaba en San Nicolás (provincia de Buenos Aires.)
Según el testigo Aldo José Eduardo Morán, denunció que ambos fueron apresados en Córdoba, en una reunión que se habría realizado el 29 de diciembre de 1976. Por su parte, la familia asegura que Liliana llamó por teléfono el día 7 de diciembre a las 17 hs. manifestando que iría a pasar las fiestas de fin de año con ellos y su hija y que se encontraba en San Juan. Hay versiones acerca de que en diciembre Liliana estuvo efectivamente en San Juan y que ya podría haber estado secuestrada por los militares en situación de aparente libertad pero controlada.
Si su secuestro se produjo el 29 de diciembre o a principios de diciembre, la fecha de su traslado a Mendoza aparece coincidente con la detención de Miranda y su inmediato traslado a Papagayos después de Navidad. El recuerda que a su ingreso al ccd ve a Marta en la casa pero no está seguro si Liliana estaba o llegó después.

PETICION.

Solicitamos que se investigue lo siguiente:

a) Colonia de Vacaciones de Papagayos: historia de la misma en los años 1975/1990 (aproximadamente) para establecer qué autoridades eran responsables del sitio y otras circunstancias tales como expediente que se haya instruido para su demolición, como así, denuncia anterior referida a su funcionamiento como ccd.
b) Se realice una inspección, dejándose constancia del lugar en que se encuentra o se encontraban las instalaciones en 1976 y croquis del sitio y sus accesos de caminos.
c) Se cite a Sergio Miranda a fin de que ratifique, rectifique o amplíe el relato contenido en esta presentación.
d) Se requiera del Ministerio de Seguridad, los legajos de los Policías que revistaban en el D-2, sección “calle” en los años 1976 y 1977.
e) Se requiera del Tribunal Electoral la información referida a ciudadanos de nombre Juan Carlos Gutiérrez, con domicilio en la provincia de Mendoza, de una edad de 25 a 28 años en el año 1976. Podría estar empadronado en la ciudad de Mendoza, en la calle Maipú.
f) Se solicite a la Secretaría de Derechos Humanos, archivo CONADEP, si se registran datos acerca de detención o desaparición de la persona mencionada.
g) Se oficie al Ministerio de Seguridad a fin de que la Policía de Mendoza, informe sobre la utilización de las instalaciones de la Colonia de Vacaciones de Papagayos como lugar de detención de personas por causas de subversión, desde y hasta qué fecha, personal asignado a dicha tarea, vehículos policiales asignados.
h) Se solicite al Juzgado Federal Nº 1, copia de los autos Nº 49.202-3236 por denuncia anónima a CONADEP instruidos en 1985/87.


El señor Sergio Miranda tiene DNI 11.809.710 y sus teléfonos son: en el domicilio 4444278, y celular 156217321.

Quedando a v/disposición para cualquier ampliación o aclaración que estimen necesaria, saludamos a ustedes muy atentamente.


La Quinta Pata, 19 – 06 – 09

La Quinta Pata

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