Fernando Pino Solanas
*Todavía arrastramos una crisis estructural de un sistema político cooptado por el PJ y el panradicalismo (UCR-CC), que son cáscaras vacías de lo que fueron las causas originarias del radicalismo y el peronismo auténticos. El alicaído oficialismo ya ha encontrado todos los límites imaginables para cambiar el modelo de saqueo que padecemos. ¿Qué fuerzas políticas y sociales nos sacarán de esta tramposa realidad? No venimos a prestar testimonio. Tenemos vocación de gobernar y creemos que se puede – como se pudo antes – transformar esta Argentina degradada en una democracia con justicia, plena soberanía y protagonismo popular. En definitiva, para realizar nuestra causa sur.
Frente a los comicios de junio, los argentinos enfrentamos una nueva parodia. Desde 1983, se hicieron más de 50 modificaciones a las leyes y disposiciones electorales en beneficio del que gobierna. Hoy, al robo de boletas y al travestismo político más degradante, le sumamos el adelantamiento de las elecciones de Macri y del gobierno nacional y la farsa de postular candidatos que no asumirán si resultan electos.
El alicaído oficialismo ya ha encontrado todos los límites imaginables para cambiar el modelo de saqueo que padecemos. ¿Qué fuerzas políticas y sociales nos sacarán de esta tramposa realidad? Todavía arrastramos una crisis estructural de un sistema político cooptado por el PJ y el panradicalismo (UCR-CC), que son cáscaras vacías de lo que fueron las causas originarias del radicalismo y el peronismo auténticos. Son estos esqueletos partidarios los que obstruyen el necesario debate de ideas, al reducir la construcción política a la repartija de negocios. Un ejemplo de ello es el PJ de los hermanos Gioja, cuyo poderoso lobby permite que la Barrick Gold dinamite nuestras montañas y glaciares, contamine con cianuro nuestras aguas y se lleve sin control público más de 60 metales valiosísimos, subsidiados por el Estado y sin obligación de entrar al país un solo dólar de lo exportado.
Es este bipartidismo el que destruyó la Argentina en los ’90 y ahora se presenta aggiornando sus máscaras. Por un lado, la interna del PJ, entre el kirchnerismo y el viejo duhaldismo que expresa la alianza Solá-De Narváez-Macri. Por otro, el Acuerdo Cívico y Social – donde confluyen la CC de Carrió, el Partido Socialista, la UCR y el vicepresidente opositor Cobos – se muestra como la opción del cambio, reeditando la fallida Alianza de De la Rúa-Álvarez.
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