Mario Hubert Garrido
Cochabamba. El eco de la VII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América(ALBA) ronda hoy por esta ciudad central de Bolivia, convertida en corazón renovado de Sudamérica.
Bastaron apenas dos jornadas de deliberaciones con la participación de presidentes, vicepresidentes y representantes de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Honduras, San Vicente y Granadinas, Dominica y Antigua y Barbuda para que ese bloque integrador saliera fortalecido.
Valga solo detenerse en los acuerdos suscritos aquí en este tipo de reuniones, llamadas a salir de ellas con acciones concretas.
La puesta en marcha desde enero de 2010 del Registro de Compensación Regional de pagos (SUCRE) es apenas una muestra de la voluntad de las naciones de ese mecanismo de independizarse del dólar estadounidense en la esfera del comercio y otro tipo de intercambio.
Los dignatarios también suscribieron un documento que establece los principios del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), una propuesta del presidente anfitrión, Evo Morales, para enfrentar el modelo hegemónico de los Tratados de Libre Comercios (TLC) que quiere implantar Estados Unidos en la región.
En la esfera económica no menos importante son los tratados para crear empresas gran-nacionales, entre ellas las dedicadas a la producción de energía, exportaciones e importaciones y minería.
Una Resolución especial llama a defender los derechos de la Madre Tierra y otro texto profundiza sobre el cambio climático, el cual será presentado por La Paz en la Conferencia de Copenhague (Dinamarca), el próximo mes de diciembre.
Asimismo, sobresalen los llamados a condenar de manera enérgica el bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto por Estados Unidos a Cuba hace cerca de medio siglo.
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