lunes, 23 de noviembre de 2009

Nuevos paradigmas para la escuela pública argentina

Elia Bianchi de Zizzias

La percepción que la ciudadanía, en general, tiene de la crisis educativa es congruente con la realidad del país: el sistema educativo argentino ha colapsado y no responde a las complejas situaciones de un contexto signado por el aumento de la pobreza, la exclusión, la discriminación, la fragmentación, la violencia el avance de los conocimientos , especialmente los de la tecnología de la información y la expansión de patologías sociales.

La institución escolar como producción social, no debe ser ajena a estos escenarios, que nos plantean nuevas miradas para comprender y operar en estas realidades que nos demandan conceptualizaciones diferentes.

En esta situación las críticas y la desvalorización de la escuela pública se multiplican, también las declaraciones de gobernantes y políticos, los enunciados teóricos de pedagogos y especialistas y las demandas de instituciones religiosas y organizaciones civiles no gubernamentales. Sin embargo, no hemos acertado en soluciones estructurales que nos permitan construir estrategias viables para esta crisis cuasi terminal del modelo educativo actual.

Frente a esta realidad multicausal existen dos posiciones peligrosas: la primera, con cierto tinte de conservadurismo que sostiene que todo tiempo pasado fue mejor, sosteniendo el modelo societario de un Estado protagonista y que se ha denominado Estadocéntrica (Cavallo.1999). La segunda, consistente en fuertes argumentos se sectores económicos o religiosos, que proponen el retiro gradual de un estado cuestionado en algunas de sus funciones y exigen mayor autonomía de decisión en cuestiones de gestión y ordenamiento curricular. No nos ocuparemos aquí de criticar ambas tendencias, Lamentablemente, lo cierto es que estamos cansados de las marchas y contramarchas que suponen los cambios de gestión en las políticas educativas, que a juzgar por los resultados obtenidos han generado no solo mayores conflictos, exclusión, fragmentación, aumento de analfabetos funcionales, baja de la calidad educativa, sino que también están hipotecando el futuro de nuestros niños y jóvenes en un mundo altamente competitivo.
Leer todo el artículo
Entonces, lo que resulta evidente en este panorama es la necesidad de pensar y proyectar un cambio de modelo educativo, consensuado y sostenido en el tiempo: pensar en profundidad, reconceptualizar categorías para construir un modelo cuya organización responda a las variables contextuales y a la emergencia de subjetividades críticas, responsables, solidarias y libres.

En consecuencia tenemos que reflexionar, dialogar, debatir sobre nuevas significaciones como lo público y lo privado, lo común, recorridos curriculares, actores emergentes, el impacto de las tecnologías de la información, modelos organizacionales y de gestión, etc. Volver a pensar sobre conceptos tales como espacio y tiempo educativo, representación, interpretación, diferencia, inclusión, biopolítica y otros. Sin perder de vista que niños, jóvenes y adultos son actores del sistema con nuevas necesidades, capacidades y exigencias que emergen de un escenario social, político y económico complejo y en permanente cambio.

En consecuencia, el seminario que nos convoca pretende ser un espacio plural que nos convoca a pensar desde el diálogo multidisciplinar, la reflexión teórica de corrientes filosóficas que inciden en nuevas perspectivas de investigación para la educación, los enfoques sociológicos y éticos, la investigación y la observación crítica de los territorios concretos en los cuales se instalan las instituciones escolares.

Necesitamos un consenso global para salir de la crisis. El camino es arduo y difícil, pero caminamos y aspiramos a compartir nuestra ideas.

MDZ Online, 23 – 11 – 09

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario