Ramón Ábalo
Apenas llegado de unas templadas vacaciones por los mares del Caribe, al gobernador de la Provincia le esperan cálidas problemáticas a resolver en el mar proceloso de la gobernabilidad, como lo van a ser las exigencias salariales de los servidores estatales. Especialmente de los docentes, que en quince días más – el 1 de marzo – deberían dar comienzo a sus tareas específicas en las aulas mendocinas. Si no hay arreglo previo, no habría comienzo, como ya lo están adelantando las conducciones gremiales de los docentes, cuya representatividad adolece de cierto consenso de las bases, por lo que aquellos están obligados a una postura casi inflexible en las exigencias al Estado. No son los únicos trabajadores públicos que se proponen pelear con fuerza por sus reivindicaciones. Por otra parte, otras dificultades críticas llenan la agenda gubernamental, como son las emergencias por los graves daños sufridos por sectores de la producción agrícola – vitícola y frutícola – a consecuencia de duros embates de la naturaleza, como las granizadas caídas en amplias zonas de cultivos.
Y claro, con dinero en mano, las cuestiones se zanjan fácilmente, pero es todo lo contrario cuando las arcas están anémicas, aunque las esperanzas están en algunos cientos de millones que aportarían algunos empréstitos y lo que esté dispuesta la Nación a aportar a cuenta de coparticipaciones, más las recaudaciones fiscales provinciales. Pero, por ejemplo, los docentes exigen de salida nomás llevar el salario mínimo actual, de unos $ 1.400 a $ 1.900, lo que el gobierno, también de salida nomás, afirma que le será imposible.
Para Jaque aquello de veni, vidi, vici que algún emperador romano victorioso dijo hace cientos de años atrás, está lejos, en un campo de batalla con miles de dardos que le caerán, desde la trinchera de enfrente, para impedirle seguir viviendo en el intento de evitar tiempos sin borrascas.
Avatares de la práctica del desempate
Ya venía un poco en caída la gloria adquirida con aquel desempate de la famosa 125, porque empezó evidenciarse su poco pinet en la gestión política entre tantos mariscales en prácticas oblicuas y dobleces. Sin embargo, es en su propia cancha – sus pagos menducos – donde esos mariscales le están haciendo hocicar el terreno. Y quién lo iba a decir, es en una aislada y mínima disputa electoral en la Comuna de la ciudad capital, donde la hostilidad es más feroz y desde lo que consideraba su propia trinchera. A tanto, que no pudo armar una lista propia en la creencia de una apoyatura radical, pero el rechazo ha sido visceral porque no son pocos los que no le perdonan aquello de haber saltado de las filas partidarias a las del kirchnerismo. Y ahora menos que menos, con el desempate a favor del Ejecutivo, habilitándolo para que consiguiera el desplazamiento de Redrado. Un pecado capital entre las filas del purismo partidario UCR, en contra de lo que le sugerían sus pares en la disputa con los k. Un poco mirando bajo el agua, no hay dudas que también empieza a dirimirse una disputa que, aunque todavía está en un estado de larva, ya se avizora: en lo nacional, donde ya se habla de la candidatura a presidente, desde el radicalismo, de Ricardo Alfonsín. Precisamente el senador nacional mendocino Ernesto Sanz – radical – afirmó en el curso de esta batahola que ni él ni Cobos, ni nadie eran candidatos. Esto como un guiño a Alfonsín, lo consideraron algunos, menos Jaliff, el presidente del Confe, aquí en Mendoza y factótum de Cobos que le dio fuerte a Sanz, reiterando que el candidato natural es el Cleto
Algunos piensan que al Cleto le queda solamente esperar que se produzcan algunas debacles en las alturas, allí donde se dirimen realmente las disputas, niveles a los cuales ya casi no tiene acceso.
La Quinta Pata, 14 – 02 – 10
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