domingo, 4 de abril de 2010

Elecciones menducas: ¿quién gano? ¿quién perdió?

Ramón Ábalo

El Viti Fayad, el Lord mayor de la ciudad capital de Mendoza pergeñó la jugada de desprenderse de las elecciones nacionales de junio para lanzarlas por su cuenta, seguro de ser el máximo ganador. Al menos las cifras le dieron la razón, y se posicionó con una amplia mayoría de los concejales en juego, o sea que metió cuatro, seguido por el Partido Demócrata con uno y el socialismo con otro. Fue un verdadero plebiscito para el intendente, quien se presentó bajo el paraguas de la UCR, partido al que pertenece, aunque muy distanciado de sus actuales autoridades y las viejas estructuras desde hace tiempo, a los que en más de una oportunidad les hizo "pito catalán", en un alarde de autonomía que le salió redondo.

No solo apostó a esa estrategia. Contaba con un prestigio ganado muy anteriormente cuando estuvo, a comienzos de esta democracia, en el mismo cargo, dejando tras de sí un buen volumen de imagen positiva que viene repitiendo en el presente en la comuna capitalina. Un fuerte ganador que no se discute, y probable candidato a gobernador para el 2011, aunque los que suelen mirar bajo el agua avizoran que no le va a ser tan fácil, incluso para dirimir previamente, al interior de la UCR. Pero falta un buen tirón de tiempo para que comience esa carrera, que puede facilitar que las dotes electoralistas del Viti se repitan en las urnas futuras.

Los que sacaron una banca están igualmente eufóricos, especialmente los gansos, que no figuraban en la previa ni para entrar a "placé" con Guillermo Mosso, lo mismo que los socialistas, con Alberto Montbrun. Lo llamativo, es que los que lograron quedarse con las bancas no formaron alianzas con extrapartidarios. Más resaltante en este fenómeno es lo del socialismo, que dejó de lado una larga tradición frentista.

¿Y quién perdió? ¿o perdieron? Lógicamente, los que no entraron. Sin embargo no es tan así. Perdidosos-perdidosos fueron dos: el macrista y motociclista del Dakar, Orly Terranova, a quien le falló el "cambio" de primera, como lo publicitaba gran parte de la propaganda del PRO, su sigla partidaria. Fue el que gastó más dinero en publicidad, para nada. O para peor, porque el que se jugaba realmente era Macri, una oportunidad para reflotar lo que hasta las inundaciones capitalinas lo martirizan, es decir una gestión que hace agua en el maremágnum de la ineficacia, la prepotencia, el autoritarismo y la discriminación.
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Ahora bien, lo que se dice perdidoso-perdidoso es el "sojista" (de soja, por si acaso): el Cleto Cobos. Ni siquiera pudo hacer fuerza en la misma contienda electoral. No pudo, previamente, con las hostilidades de sus ex-correligionarios radicales, que le cerraron las puertas del partido con mucho ruido, y no lo dejaron entrar. Tampoco pudo estructurar un andamiaje propio, al mismo tiempo que su "claque" congresal ganada con su no positivo de la 125, cada vez se nota más enclenque y, en consonancia, entre sus propios y más conspicuos seguidores afloran las malezas de la decepción. Aún con una participación electoral no hubiera superado al Viti, el que incluso, hizo de su ojeriza contra Cobos un pilar de su campaña.

Quedaron otros en el camino, a los que no les hacen llagas las derrotas. Tal vez el ex-juez Leiva, enancado en la Coalición, se sienta más herido por no entrar, asentado en una buena imagen por su embestida contra el banquero Monetta, al que logró meter preso, lo que le costó el puesto a manos de la corporación jurídica, la misma que ya es visible en sus identificación ideológica con los mentores y ejecutores del genocidio.

En los últimos puestos, el centro izquierda y la izquierda. Aquella representada por Encuentro por la Ciudad, y las otras fuerzas por el Partido Obrero, el Partido Socialista de los Trabajadores y el Movimiento Socialista de los Trabajadores. En conjunto, más otros desprendimientos de los partidos tradicionales en el marco de cierto progresismo, sería una fuerza realmente alternativa, con claras definiciones de transformaciones profundas de las estructuras del Estado. Pero no aciertan en la unidad de acción.

¿Y el oficialismo justicialista? La respuesta para una próxima nota.

La Quinta Pata, 04 – 04 – 10

La Quinta Pata

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Gabó donde siempre ganarán. Pongan al que pongan en Capital, nunca ganará otro partido. La prueba más clara fue Cichitti. Este señor Fatad es uno de los grandes favorecidos por la vuelta a la democracia ya que ininterrimpidamente ha ocupado cargos: conceja, intendente, diputado y vualta a la intendencia. 27 años viviendo a costillas de nuestros impuestos y con el mucha gente mas: asesores, secretarias, etc...Esoeri que esta gestión suya sea la última y este cargo su límite ya que lejos está de su primera gestión...

Creo que debería haber un límite en este tema, ya que esto parece más una monarquia que una república.

Necesitamos otro color en capital : se han adueñado de la actividad de todos los profesionales que pasan por ahi con sus trámites y deben pagar PEAJE en cada baldoza que pisan

José Pepe Parrot dijo...

La derrota de Orly "A los caños" Terranova y por consiguiente, del PRO, acá en Capital Federal es cuidadosamente ocultada por el Mauri y su gente de relaciones públicas, o sea, los "medios serios". Al día siguiente de la paliza, Mauri salió al ruedo con su Ley Antitrapitos, con la que logró desviar la atención de su derrota. Tan bien le salió la estrategia, que hoy ya tiene en La Nación una nota sobre su "futuro" político y hasta se anima a invocar su "gestión" como referencia para gobernar el país.

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